miércoles, abril 26, 2006

EL FRACASO DE LA CAN


(De Execlub)

¿Nos hemos integrado los puneños a La Paz o a nuestros hermanos de Bolivia? Estamos en ese camino; pero no por decisión gubernamental, sino porque los lazos culturales, sociales y comerciales de nuestras poblaciones son tan intensos que nos sentimos “casi” en nuestro hogar si estamos en El Alto y La Paz y ocurre lo propio para el paceño o alteño que nos visita.

¿Y se ha integrado Perú a Bolivia? Estamos lejos. No sólo porque las fronteras y sus instituciones son aún una valla insalvable para ese objetivo, sino porque nuestros gobiernos han dado pocos pasos serios en ese sentido. No exageramos si decimos “casi ninguno”.

¿Y entendemos los puneños y los peruanos el contenido concreto de lo que significa integración latinoamericana o sabemos qué significa la Comunidad Andina de Naciones (CAN)?

No; no solamente no la entendemos sino ni siquiera tenemos el interés en conocerlo. El reciente resultado electoral para representantes al Parlamento Andino así lo demuestra. La amplia mayoría de la población votó en blanco o viciado; lo que corrobora nuestra afirmación.

¿Pero hay una vocación integradora entre nuestros países y nuestras poblaciones? Como lo dijimos en una opinión anterior, hasta la década del 70 y algunos años del 80 se hablaba de la “gran patria latinoamericana” y hacer “el sueño integrador de Bolívar una realidad”.

Después, la voraz política neoliberal se encargó de liquidar ese deseo integracionista. Hoy, pocos son los que se interesan sobre lo que ocurre en los países vecinos y si su problemática nos afectará o no. Y si la política neoliberal se encargó de liquidar ese deseo integracionista, ¿para qué servía entonces la CAN?

Solamente para avalar las políticas dictadas por el FMI, el Banco Mundial y el gobierno norteamericano. (¿Es dura esta afirmación? Sí, pero es la realidad.)

Y ahora, Hugo Chávez, el presidente venezolano, solamente se ha dignado en corroborar su defunción y anunciar su entierro.

¿Quién fue su sepulturero? La unilateral firma del TLC efectuada por el gobierno peruano y la que suscribirán Colombia y Ecuador.

¿Tenemos los peruanos y puneños en particular argumentos para alarmarnos por la decisión de Venezuela (y probablemente de Bolivia) de abandonar el CAN? No; porque si el CAN ya está muerto, el abandono de Venezuela o de los países que lo deseen no modificará en absoluto la realidad social. El CAN no existe como organismo que integre a los latinoamericanos en base a sus necesidades históricos de bienestar y soberanía.

Así de simple.

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