viernes, febrero 27, 2009

La CIA, en acción


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(de REBELION)

El viernes 20 de febrero, una sorprendente denuncia del presidente Evo Morales, conmocionó a la población boliviana, aunque los medios de comunicación opuestos a su gobierno, prefirieron ignorar y no darle la importancia que se merecía.

Morales se encontraba en la región tropical de Cochabamba, conocida como El Chapare, desde donde denunció la infiltración de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), como parte de sus operativos para derrocar su gobierno.

“Lamentablemente, ha habido presencia de la CIA en YPFB y algunos de nuestros compañeros han sido atrapados por esa infiltración externa”, dijo Morales al referirse a los recientes acontecimientos que involucran a Santos Ramirez, uno sus más cercanos colaboradores dentro del gobierno y que es procesado por presunta corrupción.

Desde su llegada al gobierno, la embajada norteamericana, no descansa en su afán por terminar con el gobierno del primer indígena sudamericano que pretende ejecutar una política antiimperialista.

Hasta ahora, los organismos de inteligencia norteamericanos coaligados con la oposición política y los sectores gamonales de Bolivia, fracasaron primero en impedir la llegada de Morales al gobierno mediante el voto, luego, el propio embajador Philip Goldberg, se involucró en un golpe civil-militar y tras su expulsión, la CIA comenzó a actuar de manera más contundente.

El nombre de un primer sospechoso de ser agente al servicio del organismo norteamericano, salió como consecuencia del escándalo en YPFB. Se trata del exgerente Rodrigo Carrasco, a quien se ha identificado como un expolicía al servicio de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) y luego del Centro de Operaciones Policiales Especiales (COPES), otro organismo financiado por la embajada norteamericana.

Las investigaciones de los organismos nacionales, permitirán que en poco tiempo se conozcan detalles sobre el accionar de la CIA en Bolivia, actividades que en anteriores ocasiones ya fueron descubiertas, incluso durante el gobierno del ultraderechista Hugo Banzer.

En esa ocasión, el italiano Marino Diodato, casado con una sobrina del dictador, pretendió congraciarse con Banzer y descubrió que en Palacio de Gobierno, existían más de 35 micrófonos encubiertos que permitían a la embajada tener detalles de cuanto se hablaba allí. Este incidente, provocó la ira norteamericana que terminó con el desprestigio del terrorista italiano y su final desaparición.

Dólares para conspirar

Hace poco, la abogada venezolana-estadounidense, Eva Golinger (1), estuvo en el Programa La Hojilla de VTV, donde mostró la forma cómo se utilizaron a organismos estadounidenses como la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Agencia para El Desarrollo Internacional (USAID), además de otros, para organizar “programas de ayuda” y transferir fondos a organizaciones no gubernamentales y grupos de la oposición de Bolivia. Golinger aseguró que Estados Unidos, ha transferido más de 120 millones de dólares anuales a los opositores de Evo Morales.

Si esto es así, se puede explicar claramente la vehemencia empleada por todos los sectores opositores, tanto de políticos, como de organizaciones cívicas, medios de comunicación y hasta organismos sindicales, adecuadamente estipendiados por esos dineros.

martes, febrero 24, 2009

¡Qué caros son los enemigos gratuitos!

Chismes y mentiras

Jorge Mansilla Torres *

En la saga de libelos que la revista electrónica "Pukara" está publicando contra lo que denomina "la diplomacia del MAS", Hugo Rodas ha elaborado un texto infundioso acerca de mi gestión en la embajada boliviana en México; el desaguisado se titula "¿Indigenistas de izquierda, ciudadanos de ´clase mundial´?".

El número anterior de ese mensuario escarneció el trabajo del ex embajador en Estados Unidos, el digno periodista Gustavo Guzmán, y salpicó de insultos a casi todos los representantes diplomáticos del gobierno de Evo Morales; aludió a la artista Luzmila Carpio por ser cantante, al pastor evangélico Eugenio Poma por ser protestante y a mí por ser poeta.

Es la guerra sucia. Ya rueda el rodillo opositor contra el gobierno del cambio estructural republicano para evitar, entre sus otros objetivos, la reelección de Evo en los comicios de diciembre.

Presa literal de un estado de ira, producto de vaya uno a saber qué frustraciones personales, Hugo Rodas se subió a un ladrillo de dómine intolerante y esgrimió una palmeta de justicia por mano propia para golpear a los que no encajamos en sus veleidades y prejuicios de supuesta ética política.

Todos los que nombra en su kilométrico artículo salimos raspados: los argentinos Piero y Zivac; el líder mexicano López Obrador, los partidos PRD (izquierda) y PAN (derechista), el diario "la Jornada", Venezuela, el MAS, el presidente Lula y, cómo no, Evo, García Linera y el canciller Choquehuanca. Del rapto de cólera de Rodas no se salva ni el actual pasaporte boliviano y su gráficas interiores: el Cristo de Cochabamba ("privilegios a la religión católica"), la "cholita tarijeña" y los "Tobas" que aparecen bailando en una página.

Muestra rodante del "ck'aickeo", es decir el abrupto y violento desahogo verbal de alguien que, bajo los efectos del alcohol o de un rencor largamente mascullado, se desbarata con voz altisonante y rajada, palabras de una vez, ante quienes lo tenían por amigo, familiar o pareja sentimental, el tal Rodas exuda, de una vez y de corridito, su reserva visceral y biliosa guardada para mí.

En tal cometido, recurrió al fácil y perverso recurso de seleccionar frases de discursos o conferencias de prensa que di en Morelia, Michoacán; las mutiló a discreción y sonsacó contenidos para exhibirme como un portador modelo de incoherencias.

Ha de resultar farragoso ponerme a rebatir o aclarar palabra tras palabra lo que la idiotez rodante del escriba me hace decir en su texto atrabiliario. Hacerlo supondría dejarme arrastrar a lo que busca la generalidad de los "analistas" opositores de Evo: meterme en diatribas de nunca acabar.

¿Qué sacaría, además, con un capataz del idioma que escribe "en base a" cuando lo correcto es con base en?

Me tiene sin cuidado el ánimo beligerante de este escarbador de textos. Yo sé lo que digo en mis declaraciones y discursos acerca de la obra del gobierno más definido y claridoso que tiene Bolivia. No necesito inventar vocabularios ideológicos ni atenerme temblorosamente a los cánones de una izquierda dogmática.

El año pasado participé en no menos de 120 eventos políticos y culturales en todos los foros que se me ofrecieron, desde sencillas plazuelas campiranas hasta sacros auditorios de academia. Los públicos son siempre los mismos: gente ávida de saber del avatar democrático boliviano, pueblos que amarran su solidaridad a nuestro destino revolucionario.

Sin embargo, porque sé que nada sale más caro que un enemigo gratuito, me detendré en el trauma rodiano de apostillar con "sic" y "sic", ad nauseam, incluso las pausas de cuando hablo. En 2007, por ejemplo, expliqué en Morelia lo esencial de la campaña internacional de revalorización de la hoja de coca y la lucha contra el narcotráfico lanzada por el gobierno de Evo Morales. Al interpretar aquellas mis declaraciones a la prensa, Rodas elaboró un menjurje, un jach'u intragable, un bodrio, vamos.

Con su moralina de ayatola descontinuado Rodas descalifica mis expresiones a favor de la hoja de coca y, al referirse a otro hecho, otro discurso ocurrido en el DF, censura que el Comité Mexicano de Solidaridad con Bolivia hubiese celebrado el triunfo electoral del 10 de agosto, que ratificó a Evo en la Presidencia, con una creativa frase inscrita en mil pancartas: ¡Viva la dEvocracia!

Tampoco le gustó que el diario "La Jornada" haya comentado al día siguiente aquel memorable mitin de mexicanos y latinoamericanos y menos aún que la Embajada hubiese invitado mates de coca a los concurrentes.

A propósito, léase esta parrafada digna de un "sic": "La incontinencia verbal de un embajador, añade así la equívoca noción de que la democracia reemplazaría a los electores por el candidato triunfante, fijando en un nombre la lucha obrera y popular desde fines de los años ‘70".

Inaugura Rodas una nueva historia: las luchas obrero-populares comenzaron en Bolivia "desde fines de los años ‘70". En su galopante fiebre de neohistoriador establece, además, que "una de las modalidades de cooptación neoliberal" sucedió "durante la crisis energética del sistema capitalista de 1973." Los bolivianos sabemos que en los años setenta no hubo ninguna crisis del sistema porque, al contrario, los pueblos estábamos sometidos a la brutalidad capitalista de la Doctrina de la Seguridad Nacional, bajo Banzer, Pinochet, Videla y otros sátrapas fascistas.

En su amargo escrito, Rodas se presenta como defensor de la alcaldesa racista de Sucre, distorsionando mi texto testimonial "No soy el embajador del racismo" acerca del desventurado encuentro que tuve con Nava en el DF. Pero, como para equilibrar su balanza de filiaciones, el libelista se autoproclama adherente del movimiento indígena zapatista y recrimina a Evo por usar la frase "mandar obedeciendo" del Subcomandante Marcos.

La oscura raíz del resentimiento

De falacias e insultos se trata la guerra sucia de los viejos y nuevos reaccionarios contra la irreversible revolución democrática, socialista y comunitaria que comanda Evo. Junto a los ya conocidos voceros del anti indigenismo que lucran en la prensa y la TV, pasarán a jugar su rol confundidor los "indigenistas" que recalen en Pu-k'ara. No les faltará financiamiento ni cinismo.

Pero, ¿quién es este Rodas? ¿Por qué suda estas fiebres? Vino a México hará unos ocho años con un libro, "Huanchaca", bajo el brazo, afirmando, pollito huyendo del zorro, que la mafia lo tenía a tiro. Pidió ayuda y la recibió en todo el horizonte de la solidaridad.

Receptor de favores y contactos claves los usó todos; se hizo de un presupuesto de profesor en alguna universidad y desapareció de la escena amical. No se dejó ver por años. Una vez le pregunté al filósofo Mario Miranda Pacheco qué sabía de Rodas. "No me hables de ese carajete", repuso el sabio. No quise saber por qué.

Otro día trascendió que aquel "su" libro no era más que el extracto adocenado de una tenaz, valiente y documentada investigación de los diputados Roger Cortez y Edmundo Salazar sobre el siniestro episodio ocurrido en Huanchaca. Por ese trabajo esclarecedor, la mafia transnacional acribilló a balazos en Santa Cruz al diputado Salazar.

¿Quién perseguía a Rodas si en ese volumen no agregaba nada a lo ya dicho por otros? No hay una sola línea que testimonie su involucramiento en esa investigación. Frente a esa impostura, está el ejemplo del periodista Wilson García Mérida que desenmascaró con pruebas y valentía a los mafiosos de la droga. Por eso lo acuchillaron en Cochabamba y por eso está salvando la vida en otros atentados.

¿Quién es Rodas? Ya nos dirán los que lo trataron a tiempo y en su tiempo. Por ahora, quisiera reproducir lo dicho por Martha, mi compañera: "tanto odio destilado contra vos, ¿qué favores le hicimos?".

"Boliviano clase mundial"

El falaz compilador de textos ajenos, incluidos los míos, suscribe un alegato extenuante porque en el año 2003 recibí en Santa Cruz una nominación llamada "boliviano clase mundial".

Fue a propuesta unánime de la Federación de Trabajadores de la Prensa, co organizadora de ese evento, que se me confirió esa presea en presencia de los secretarios generales de los sindicatos de periodistas de los nueve departamentos.

Junto a mí fueron galardonados el genial matemático Jaime Escalante, el concertista de guitarra Piraí Vaca, el director de la orquesta y coro Urubichá, Rubén Darío Suárez, las deportistas Geovana Irusta y Fernanda Alvarez, el audaz empresario agroindustrial Cristóbal Roda y la Academia de Futbol Tahuichi.

Según Rodas, por haber recibido un trofeo de la empresa Transredes -una zampoña con tubitos de fierro abrillantado- fui "cooptado por el neoliberalismo" tras haber "extraviado" mi "conciencia clasista" (resic).

A ver, a ver. Unos años antes de ese acontecimiento, la Asociación de Periodistas de La Paz me designó Premio Dignidad de la Prensa "Luis Espinal" y la bella placa creada por la artista señora Ostermann me fue entregada, en ceremonia pública, por el Presidente Sánchez de Lozada.

Pregunto a Rodas si por haber aceptado ese trofeo de manos de Goni podrá él catalogarme de bastardo capitalizador de los recursos naturales de mi patria y, al final del día, de coautor de las matanzas de octubre de 2003 en El Alto.

Ahora deseo confesar que en ese junio de 2003 viajé a Santa Cruz para ver mis cenizas en la Plaza 24 de Septiembre donde, 32 años antes, fui quemado por una enardecida multitud cívico-separatista.

Va la historia: en 1971, los comiteístas de Melchor Pinto Parada y la juventud cruceñista de Carlos Valverde Barbery se pronunciaron contra el gobierno "comunista" del general Juan José Torres y pidieron su renuncia. Para ello reflotaron la amenaza de la guerra civil con el viejo truco-cruco del separatismo.

Ante tamaña amenaza, el gobierno revolucionario, la COB, las universidades, la Asamblea Popular y especialmente las radios y la prensa de Occidente denunciamos el exceso de querer partirnos la madre geografía si a la oligarquía camba no se le cumplía el capricho de más dinero presupuestal, más negocios exclusivos con los recursos naturales y más favoritismo fiscal.

Por entonces, era yo el director suicida del programa radial de humor político "Olla de Grillos" (iniciado en 1965 para hacer frente a la dictadura de Barrientos) y mi amigo Pepe Luque dirigía la revista satírica "Cascabel". Contra aquel amago separatista publiqué el "Manifiesto Cunumista" y los cascabeleros Luque, Rifrico, Rulo Vali y otros caricaturistas se mandaron unos cartones de filoso humor. Yo no hacía ni hago caricaturas, como afirma el sibilino Rodas. Ojalá hubiese tenido esa bendita gracia.

La reacción de los cívicos melchoristas llegó puntual con la ferocidad valverdiana de reglamento. En junio de ese año, hordas bien pagadas asaltaron, destruyeron y quemaron las sucursales de los diarios "Presencia", "Hoy" y "El Diario" en Santa Cruz y en una concentración realizada en la Plaza 24 prendieron fuego a dos muñecos de paja que tenían letreros con estas leyendas: Pepe Luque y Coco Manto.

Los muñecos ardimos, además, bajo la grita de "comunijtaj collajemierda".

Por eso, digo, que cuando en 2003 regresé a Anta Cru, lo primero que hice fue ir a la hermosa plaza cruceña para imaginar el sitio de mi inmolación de paja en la pira inquisitorial de los cívicos de entonces.

Ese pesado tramo de historia boliviana culminó, como se sabe, con el golpe fascista. Torres fue derrocado sangrientamente el 21 de agosto de 1971, día en que murieron 74 patriotas en las calles. A su turno, los golpistas collas, generales Rogelio Miranda y Humberto Cayoja, entre otros, tuvieron que ceder posiciones a la coerción camba de "nos dan todo el gobierno o nos acogemos al Protectorado brasileño". Por eso Banzer fue presidente, Gutiérrez canciller, Selich mingobierno, Valverde Barbery salud y venganza anticomunista. Bah.

Escribo testimonios. No especulo sobre textos ajenos. No hablo de oídas ni acomodo mis orejas para escuchar sólo lo que me conviene. Sepa Rodas que aquél día de la derrota popular fui uno de los periodistas que resistió al fascismo en Radio Illimani, emisora del Estado. Allí estuve con el pellejo jugado hasta la hora en que los tanques golpistas llegaron a la Plaza Murillo.

Derrota igual de trágica a la que padecí con los mineros de Colquiri el 23 de mayo de 1965 en la pampa Hilbo. Director fundador de radio Vanguardia -"labor empírica", cierto, porque para sufrir la muerte de los proletarios no se estudia masterado alguno-, narré en esa desolación altiplánica la muerte por ametrallamiento de 26 trabajadores que a, su heroico modo, luchaban por una Bolivia más justa con ellos, patria dueña soberana de sus recursos naturales y pueblo beneficiario, al fin, de la democracia ejercida con soberanía y libertad. Como está ocurriendo ahora.

* Embajador de Bolivia en México.

viernes, febrero 20, 2009

Encarcelar a los niños por dinero


USA: La industria de las cárceles privadas

Jueces corruptos encerraron a miles de menores tras ser sobornados por constructores y propietarios de cárceles privadas

Democracy Now (REBELION)

Casi 5.000 niños en Pensilvania fueron hallados culpables, y 2.000 de ellos fueron encarcelados por dos jueces corruptos que recibieron sobornos de empresas constructoras y propietarias de cárceles privadas que se beneficiaron de los encarcelamientos. Ambos jueces se declararon culpables, en un sorprendente caso de avaricia y corrupción que apenas comienza a revelarse. Los jueces Mark A. Ciavarella Jr. y Michael T. Conahan recibieron 2,6 millones de dólares en sobornos por enviar a prisión a niños que, en la mayoría de los casos, no tenían acceso a un abogado. El caso ofrece una mirada extraordinaria a la vergonzosa industria de las cárceles privadas que está floreciendo en Estados Unidos.

Vean por ejemplo la historia de Jamie Quinn. Cuando tenía 14 años de edad, estuvo presa durante casi un año. Jamie, que ahora tiene 18, describió el incidente que causó su encarcelamiento:

“Me puse a discutir con una de mis amigas. Y todo lo que sucedió fue una simple pelea. Ella me dio una bofetada y yo se la devolví. No hubo marcas, ni testigos, nada. Fue solo su palabra contra la mía.”

EL CIRCO MEDIÁTICO BOLIVIANO


Por Rafael Bautista S.


El interés excesivo y hasta morboso que los medios dedican a los actos de corrupción en YPFB, retrata muy bien la naturaleza de estos. Porque lo que proyectan no sólo es la condena, sino una potestad que asumen de modo exclusivo e ilimitado: la potestad de condenar. Es decir, la proyección nos muestra algo más que la simple proyección, nos muestra la naturaleza del que proyecta. Si en el circo romano se descuartizaban cristianos para el deleite general, ahora el circo de los medios adopta para sí esa potestad; su público precisa de linchamientos y los medios gustosos cumplen las exigencias del cliente. Y en esa lógica caen primero los incautos. Pues no se trata de denunciar para transformar sino exclusivamente de denunciar para condenar. En tal caso no interesa ya la justicia sino la condena, no interesa la corrupción sino el linchamiento. Medios y espectadores se enfilan para el apedreamiento y, con ello, creen poder satisfacer una sed de violencia generalizada.


“El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. El sermón es sabio porque, aunque reconoce la falta cometida, lo que se cuestiona es la ligereza de la condena. Quien se otorga, para sí, el derecho de condenar, es quien cree poder decidir sobre la vida y la muerte, es quien se cree dios y, como él, se cree omnipotente y omnisciente; habla en nombre de todos, porque quien pretende decidir la vida de todos, rapta la palabra de todos. No se trata sólo de soberbia sino de irresponsabilidad absoluta; sin responsabilidad no hay conciencia moral. Por eso, precisamente, los medios nos privan, en primer lugar, de conciencia moral: sin ella el apedreamiento es inocente. Nadie se siente responsable de algo que fue hecho porque todos lo hicieron. La unanimidad se vuelca contra el sentido común; no hay escapatoria, uno mismo avala la sentencia que lo condena como cómplice. En esa lógica no se salva nadie. Nos condena a todos. Deseando justicia nos hacemos injustos. Porque la sentencia mediática oculta una intención que la corrompe de principio, como es doctrina en el fascismo: no interesa comunicar algo sino lograr un efecto.


Esta manipulación es arrogante y quiere hacer de sus sentencias juicios apodícticos. Pero en esta intención cava su propia tumba; pues no hay violencia impune y se cosecha lo que se siembra. Porque el poder nunca es absoluto. Es cuando el poder de la prensa advierte que su poder es ficticio; por eso deriva en impotencia, porque no se trata de una demostración real de fuerza sino de iracunda impotencia. Pues ante esta demostración lo que se colige es: entonces condenemos a todos los corruptos. Pero esto es algo que este poder no puede, por eso la impotencia se ensaña contra un cordero, porque es ineficaz contra los verdaderos lobos. Por eso hacen mutis mientras Chito Valle (autor de los mas grandes desfalcos a la prefectura paceña), amparado en recursos legales, goza de libertad comprada; hace mutis mientras los implicados en la masacre de octubre (los ministros de Goni) recusan constantemente con chicanerías legales el juicio, permitido este abuso en la misma Corte Suprema de Justicia (corrupción mayor, pues la supuesta “casa de la justicia” permite esta burla en sus narices); hacen mutis mientras otro ministro de Goni huye de la justicia, al igual que Ana Melena, instigadora de la matanza del Porvenir, en Pando. Pero ya no hacen mutis cuando se detiene a implicados en la matanza del Porvenir; es más, ahora reclaman iracundamente los “derechos humanos” de los agresores, “derechos” que no existían para las decenas de campesinos masacrados, a la luz del día, y con la complicidad de los medios privados, quienes no sólo documentaban alegremente esa matanza sino hasta conducían los interrogatorios (adiestrados en tanta película gringa). Porque nadie puede osar tocar su circo, menos la justicia, y nadie puede tocar a los operadores de ese circo. Por eso, una intervención a si circo es lo que despierta el encono de los medios; de ahí se explica la saña en contra de un alguien señalado (ya sea Quintana o Ramírez, lo que interesa no es la corrupción sino linchar a todos, sean culpables o no, eso ya no interesa: el linchamiento se justifica por sí mismo; los medios después se lavaran las manos, como Pilatos, de una complicidad general). Por eso es saña no contra este o aquel, es, en realidad, saña contra un gobierno que pretende acabar con el circo mediático (manifestación de la corrupción estructural), contra el proceso y, en definitiva, contra el pueblo boliviano.


Ensañándose creen, los medios, lavar su imagen. Porque ellos, y advertir esto no es difícil, viven gracias a la corrupción. No pueden siquiera imaginar acabar con esta. En esa constatación advierten su impotencia: aunque la prensa crea ciegamente luchar contra la corrupción, no puede llevar a cabo esta lucha: no pueden cortarse el financiamiento que hace posible su ejercicio. Por eso: su poder no puede ser ejercido de modo absoluto (pues no pueden denunciar a sus padrinos); así confirman, impotentes, que su poder no es tal: aquello que nunca hicieron, ahora lo realizan del modo más tajante; demostrando la impotencia de la bestia encadenada, que descuartiza a su víctima como quisiera hacerlo con sus cadenas. Por eso su denuncia no nos otorga esperanza sino miedo; porque ese alarde de fuerza es saña que busca siempre víctimas para su espectáculo.


Por eso se trata de un circo; donde lo que menos interesa es la verdad y la justicia. La corrupción no se enfrenta corrompiendo a un público ávido de inquina. La corrupción es un componente estructural de una sociedad como la nuestra: desigual, injusta, racista, discriminadora. Es un algo constitutivo que arrastramos como cultura política. Desde que unos cuantos se atribuyen la potestad de decidir por los demás, empieza la corrupción de una sociedad que, naturalizando la desigualdad, perpetúa esa corrupción original.


Es algo que pervive incluso en un proceso de liberación. Para ello nos sirve la analogía: cuando sale el pueblo esclavo del Egipto (de la dominación), sale entremezclado con todo aquello que constituía el orden que deja atrás; sale una “mezcla de gentes”, sale con todas sus contradicciones. Por eso no faltan quienes se adhieren al proceso por puro cálculo político, y son quienes lo abandonan cuando aparece la incompatibilidad con sus intereses. Si la inocencia es sorprendida es porque todavía no es actora de un proceso que precisa de su control vigilante. Una liberación no se da como regalo divino. Lo que cuesta es lo que se expresa con la analogía del desierto.


El “poder obediencial” es el criterio que inaugura una transformación de la política misma. Algo imposible para un Estado colonial. Por eso la transformación es un proceso; por eso es estructural y es lo que más cuesta, porque no se trata de un cambio ligero sino cambiar nuestra forma de vida. Una enfermedad, como la corrupción, no se enfrenta con calmantes (como los que ofrecen los medios) sino cambiando los hábitos (por eso es un tratamiento que supone una transformación total), cambiando un modo de vida que se sostenía en la injusticia y la desigualdad humana.


La dignificación es un acto intersubjetivo de responsabilidad compartida. En la responsabilidad es donde empieza la conciencia moral, la capacidad de ser responsable, de responder, de modo autónomo, por los actos de uno. Pues, aunque parezca paradójico, el corrupto deslinda siempre responsabilidades amparándose en la norma, en la ley; nunca admite responsabilidades, pues para eso existe la manipulación jurídica, para hacer aparecer su acto (injusto) como legal. Por eso se trata, en definitiva, de una transformación de las estructuras que posibilitan la reproducción de la corrupción.


El que se ensaña sólo contra el corrupto es aquel que no sabe cómo enfrentar a la corrupción; es fácil acabar con el drogadicto pero lo difícil es acabar con la drogadicción. Las medidas ejemplares son corresponsabilidades. Si hubiera un mínimo de honestidad en los medios y en la derecha, deberían ser los primeros impulsores de la ley anticorrupción. Pero eso es, precisamente, lo que tratan de aplazar siempre enlodando todo. Por eso, su ataque contra los actos de corrupción en YPFB es, más bien, un ataque de envidia: denuncian aquello que ya no lo realizan ellos mismos. Denuncian el asalto de su patrimonio: la herencia colonial que recibieron de sus antepasados.


La Paz, febrero de 2009
Rafael Bautista S.
Autor de “OCTUBRE: EL LADO OSCURO DE LA LUNA” y
“LA MEMORIA OBSTINADA”
rafaelcorso@yahoo.com

martes, febrero 17, 2009

El litio recarga a Morales, el escarnio quiere quebrar al MAS por dentro

Salar de Uyuni

Preservado por la población de Potosí desde 1992, el litio ha retornado mundialmente requerido a la actualidad boliviana, recargando las pilas de un gobierno golpeado por una nueva ofensiva opositora que intenta quebrarlo desde adentro, y por el costo político de la corrupción investigada en la estatal YPFB.

Diez y siete años después que los activistas de izquierda impidieron que el régimen neoliberal de Jaime Paz y Hugo Banzer "rifara" la reservas de ese recurso natural a la LithCo (EEUU), el gobierno tiene ante sí al menos cuatro propuestas multinacionales para emprender la millonaria explotación de este metal contenido en los salares de Uyuni y Coipasa.

"Bolivia tiene la llave para los carros eléctricos del futuro", dice "Industrial Metals" una publicación londinense que recientemente auspició una reunión de productores de litio en Santiago de Chile, donde el metal está considerado una prioridad en la agenda económica chilena.

"En los altos Andes, en una remota esquina de Bolivia descansan las más grandes reservas de un mineral que puede reducir radicalmente nuestra dependencia del petróleo y otros combustibles fósiles", agrega la publicación al recordar que el litio es indispensable para las baterías de computadoras portátiles y teléfonos celulares, incluido el moderno "Blackberry".

Las japonesas Sumitomo y Mitsubishi han sido las primeras en apuntarse ante el presidente Evo Morales para explotar los recursos estimados en 5.4 millones de toneladas, la mitad de las reservas mundiales, según estimaciones del servicio geológico de EEUU, que calcula 3 millones en Chile, 1.1 millones en China y sólo 410 mil toneladas en Estados Unidos.

sábado, febrero 14, 2009

Tres ex presidentes piden a Obama un plan antidroga más humano porque la política represiva de su país ha fracasado

Bolpress

Evo denuncia "una especie de chantaje permanente" de la Agencia Nacional Antinarcóticos de EE.UU

El Presidente Evo Morales sospecha que Estados Unidos planea perjudicar a su gobierno desertificando la lucha antidroga en Bolivia, y denunció "una especie de chantaje permanente" de la Agencia Nacional Antinarcóticos de EE.UU. (NAS en inglés). Tres ex presidentes latinoamericanos recomendaron al presidente Barack Obama que busque una nueva estrategia antidroga más eficiente y más humana porque la política represiva promovida por su país en las últimas décadas ha fracasado.

El Presidente Morales declaró que la potencia del norte volvería desertificar al país en materia de lucha contra el narcotráfico para impedirle el acceso a cooperación internacional. Aseguró que sigue esperando recursos económicos comprometidos para la erradicación de cultivos. El jefe interino de la misión diplomática Kris Urs aseguró que la cooperación seguía en pie y anunció que la erradicación se reanudará el sábado en Chapare.

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) incautó 28 toneladas de cocaína por un valor de 45 millones de dólares, destruyó 4.744 fábricas, hizo 10.340 operativos y detuvo a 3.413 implicados en el tráfico de estupefacientes en la gestión 2008. La erradicación de plantaciones de coca fue superior a la meta trazada para 2008, según certificación de la Oficina de Lucha contra las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas.

La fracasada política de Estados Unidos

martes, febrero 10, 2009

FENOMENOLOGÍA DE LA CORRUPCIÓN

Por Rafael Bautista S.

“La corrupción es un derecho del Estado colonial”

Evo Morales


Si bien el fenómeno de la corrupción atraviesa casi toda la historia de la humanidad, en países como Bolivia, nos referimos específicamente a la corrupción como componente estructural del patrón colonial del poder. La corrupción es un derecho, como privilegio, que se otorga el Estado colonial. Su legitimación consiste en una tradición que, por ejemplo, se especificaba en el “derecho de pernada” (derecho que se atribuye el señor feudal de complacerse con la flamante esposa de su siervo) o el “derecho de patronato” (privilegios y facultades que se le otorga al patrón por ser patrón). Estos “derechos” reclaman la naturalización de los privilegios; es decir, los privilegios vienen con la sangre, secularizadamente quiere decir: el novo ordum se legitimiza eternamente por sucesión hereditaria.


El Estado colonial se otorga estos “derechos” antes de todo derecho. El espíritu mismo del derecho positivo no es otra cosa que la secularización de estos privilegios naturalizados; el ius gentum (derecho de gentes) y el ius peregrinandi (derecho internacional) no es el derecho de todos sino el derecho de quienes se considera gentes: la determinación moderna del individuo: el ciudadano. Por eso quienes logran acceder a esta nominación lo harán renegando de su condición originaria (blanqueamiento histriónico del que niega lo que es y asume lo que no es), adoptando las determinaciones últimas de la ciudadanía: libertad de contratos y propiedad privada; por eso estos derechos, después, se expanden al espejo de esta ciudadanía abstracta (aunque con color específico): las personas jurídicas, las empresas; quienes gozarán también, en lo sucesivo, de derechos humanos.


En ese sentido, la corrupción no riñe con el derecho, pues la misma ley consagra esos privilegios. Por eso se presenta como el “imperio de la ley”. Como tal, lo que tiene enfrente, ya no son sujetos, cuya dignidad deba respetar, sino meros súbditos, vasallos. Los seres humanos se transforman en esclavos de un imperio que dice: fuera de mí no hay dios, ni juez, ni rey. Por eso violar la dignidad humana no es contrario al derecho colonial; es más, ese derecho consiste en la legalización de esa violación. Por eso la corrupción está en su origen mismo. La clasificación racial constituye el suelo de la discriminación positiva que realiza el derecho moderno-colonial: hay Estado de derecho para unos cuantos (los operadores que precisa la ley) pero Estado de guerra para el resto.


John Locke lo manifiesta explícitamente, porque el ser humano del cual habla (el ciudadano europeo moderno) “tiene el derecho de castigar a un culpable, haciéndose ejecutor de la ley natural”. El culpable que, por supuesto, somos nosotros, por transgredir aquella ley natural (el oponernos, por ejemplo, al robo de nuestras riquezas o la expulsión de nuestra tierra, o sea, nuestra “insensata” negación a los business) “viene a manifestar que con él no rige la ley de la razón, que es la medida que Dios estableció para los hombres”. Es decir, nuestra negación es negación diabólica. La secularización del derecho divino de los reyes ha producido los modernos derechos humanos liberales; derechos del propietario que, como mediación de la circulación del capital, globaliza estos “derechos humanos” y, en nombre de los cuales, se niega y aplasta todo derecho humano.


La corrupción está en el origen; pues estos derechos son el atropello del derecho de los demás. Si la corrupción es consentida como un derecho natural, la negación de esta a los subalternos es coherente con el espíritu del Estado colonial: es un privilegio del patrón, no del vasallo. Por eso la iracundia del sector conservador, ante los actos recientes de corrupción, no impugna la corrupción misma sino ese su derecho arrebatado por los vasallos (si la corrupción es cometida por las elites no hay problema, el problema aparece cuando este derecho ya no pueden ejercerlo las elites mismas): la corrupción de su sociedad es el espejo de su misma condición, la imagen y semejanza de su creación. Por eso la diligencia acusatoria de los medios no clama justicia sino venganza; reclama el desencubrimiento de algo que sostenía la reproducción eficaz del sistema de dominación, porque ello les obliga a impugnar ese fenómeno, a poner en suspenso una moral acorde a la corrupción estructural de una sociedad adicta al enriquecimiento ilícito. Por eso la saña (¿qué decía Caifás?: “os conviene que muera uno solo y no perezcamos todos”). Se trata del resentimiento típico del poder. 20 años de corrupción neoliberal no merecían la más mínima denuncia sino el consentimiento tácito de su naturalidad. Si ahora los maestros de la corrupción (como los senadores de ¿podemos?) acusan, se demuestra lo corrompido del derecho. Por supuesto, los maestros no dejan huella y, en su sorna, señalan la inocencia del primerizo. Lo cual no produce su perdón sino su encono: mancillar ese su oficio descubierto es lo que les irrita. Por eso se ensañan contra los acusados, pero no apoyarán jamás la ley anticorrupción, porque eso sí sería el desmantelamiento total de su condición.


Por eso señalan amenazantes: fuera de mí no hay juez. El derecho colonial consiste en eso: en negar que todos sean jueces. Si uno es juez, todos son jueces. Pero la mentalidad colonial dice todo lo contrario: fuera de mí nadie es juez. Esa es la corrupción originaria, inicio de todo despotismo. Presente también en la ley, como la autoridad suprema. Por eso: no hay autoridad legítima en sí misma. Toda legitimación proviene del reconocimiento recíproco e intersubjetivo de la dignidad de todos. El juez no puede jamás impartir justicia si no asume que los demás son también jueces, que sus actos son también objeto de juicio. Este reconocimiento le devuelve dignidad otorgando dignidad a los demás. Si todos son jueces, nadie puede atropellar a nadie. Por eso la justicia no puede ser unívoca. El pluralismo jurídico va más allá de la diversidad jurídica. Consiste más bien en la constatación de que todos somos jueces, es decir, sujetos ante la ley y no meros vasallos de ésta. Por eso la ley está hecha para el ser humano y no al revés. Acabar con la corrupción no consiste en afirmar ciegamente un “imperio de la ley” sino en negar todo imperio. Porque ciego es aquel que no asume responsabilidades. El sujeto no es deducido de la ley sino el productor de leyes. Esta potestad es lo que le otorga cordura, lucidez, es decir, responsabilidad. En esta responsabilidad radica su libertad ante la ley: la vida concreta del sujeto viviente como criterio último de la ley.


Una lucha contra la corrupción es parte constitutiva de un proceso de descolonización. La cual debe enfrentarse en todos los ámbitos, porque la corrupción no es patrimonio exclusivo de una sola instancia, es parte constitutiva de la estructura del sistema colonial; y es algo que, en los últimos 20 años, ha atravesado también dirigencias y organizaciones populares. El show de los medios insistirá, como dios, en repartir culpas a granel; pericia del que gusta enlodar todo para que su propia suciedad no sea tan obvia. Pero la acción del presidente, por demás encomiable y nunca reconocida por aquellos que nunca habrían hecho algo semejante (pues semejante destitución de un hombre clave es inédita), merece ser acompañada de una abierta recomposición moral de las dirigencias. En definitiva, es lo que el proceso va exigiendo: la reconstitución de cuadros políticos coherentes con esta nuestra revolución descolonizadora.


La Paz, febrero de 2009
Rafael Bautista S.
Autor de “OCTUBRE: EL LADO OSCURO DE LA LUNA” y
“LA MEMORIA OBSTINADA”
rafaelcorso@yahoo.com

sábado, febrero 07, 2009

Los “arregladores” de entuertos

Encomenderos

ALAI AMLATINA (de Rebelión)


Un senador opositor, dueño de tierras y reses, luego de ratificada la Constitución Política del Estado, se asombra del veredicto popular que sanciona, como latifundio, la propiedad de tierras por sobre las 5 mil hectáreas. Pide una revisión a cargo de gente entendida. Comprensible en alguien que considera, a las leyes, como normas que deben favorecerlo.

El caso es que se suma a un catedrático que llegó a ser dignatario, reclamando una revisión de la constitución por entendidos, como él. Ya no se trata, a su entender, de uno o dos artículos, de un tema u otro. Quiere hacer una revisión completa. En otros términos: quiere invalidar el trabajo de la Asamblea Constituyente; desprecia los avances que se hicieron en reuniones con prefectos y otras autoridades; no le interesan los ajustes que, por último, permitieron la convocatoria a los referendos. Que el pueblo se haya pronunciado, no tiene importancia. Él es la autoridad que pondrá en regla la Ley Mayor. Nosotros, debemos acatar su inapelable sentencia.

Pero dos son poca muestra. Se suman analistas, politólogos y, ¡cuándo no!, comiteístas que no se han enterado de que el país cambió. Ninguno de ellos contribuyó, con algún aporte a este avance; fueron opositores desde antes que se redactara un solo artículo de la nueva Constitución. Es decir, no querían, no quieren y no querrán por ningún motivo, que cambien las reglas del juego. Así siempre sucedió con los grupos de poder, y sus acólitos, que quedan fuera de la historia.

La tierra improductiva

Es cierto que no es lo mismo una extensión determinada en Santa Cruz o La Paz, en El Chaco que en Pando. Hay condiciones diferentes, por supuesto. Pero el acaparamiento de grandes extensiones rurales, ha sido una constante para los dueños del poder. Y, esa constante, es factor principal del despoblamiento de nuestro extenso territorio nacional.

Un poco de historia, no nos caerá mal. Las encomiendas coloniales fueron eso: encomiendas, no concesiones ni donaciones, ventas o transferencias. Los encomenderos eran responsables de que la tierra produjese, para lo cual debían cuidar que los indígenas originarios mantuviesen un nivel de trabajo al menos suficiente. El producto de la encomienda era vendido por el privilegiado. Esa era la norma, aunque aquel patrón colonial se considerase dueño de la tierra. En esa condición, los criollos que se beneficiaron con la creación de la república, se proclamaron dueños de la tierra y de los colonos; es decir, dueños de haciendas y vidas.

jueves, febrero 05, 2009

“Bolivia y su democracia de alta intensidad”


Entrevista con el sociólogo Boaventura de Sousa Santos

Cambio (de REBELION)

Suele sorprender, sobre todo en Bolivia, que una de las expresiones más importantes en el área de la sociología a nivel mundial, se encuentre en el país. Boaventura de Sousa Santos, es Doctor en Sociología del derecho, catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra (Portugal), Director del Centro de Estudios Sociales y del Centro de Documentación 25 de abril. Pero quizá el mayor de sus méritos personales e intelectuales es haber intentado por todos los medios, ser más latinoamericano que europeo. Acabó siendo el amigo siempre necesario. Con un español, casi perfecto aunque a ratos, esforzado, el señor Boaventura de Sousa Santos, nos obsequia apreciaciones imperdibles sobre la realidad de nuestros países. Sin desperdicio.

P: ¿Qué opinión tiene del proceso social, político y cultural boliviano, y dentro de ello las elecciones del último referéndum?


Como usted probablemente sabe, vengo acompañando desde hace tiempo este proceso político cultural, pienso que es uno de los hechos más importante del mundo no sólo del continente latinoamericano. Y es importante porque se están promoviendo cambios políticos, sociales y culturales; incluso la idea de país, todo esto está en discusión en Bolivia. Con todas las dificultades que conocemos, se está dando dentro de un marco democrático. Es un marco muy rico, porque incluye democracia representativa, referéndums que se ha hecho para los presidentes, para las prefecturas, para todas las instancias de poder. Hay una combinación entre democracia representativa y democracia participativa. Y esto para mí, en términos de teoría democrática en el mundo es muy enriquecedor. Estos momentos de consultas, normalmente obligan a otros momentos de negociación, de concertación. No es digamos, excepcional, que estos resultados deban ser tratados a través de una concertación. Cualquiera sea la posición que tengamos sobre Evo Morales, y mi posición es muy positiva, Evo ha colocado a Bolivia en la agenda mundial. Mire, como europeo, porque como usted sabe yo vengo de Portugal, hoy en día, por lo que pude espectar el domingo, yo me quedo muy humilde, humilde por ver todo el cuidado, la capacitación, el entrenamiento de jurados ciudadanos. Todo muy novedoso. Bolivia está realmente en la delantera en crear un sistema logístico, técnico, muy bueno; con garantías de seguridad, de transparencia que no son comunes en el mundo hoy día. Por otra parte, yo estoy aquí para aprender de alguna manera, y me molestó la actitud de algunos observadores de la Unión Europea que vienen siempre con la idea de que EE UU y la Unión Europea le deben dar lecciones democráticas a Bolivia. Mirando lo que ocurre en las elecciones en Europa y en EE UU, estos países deberían recibir lecciones de Bolivia, de cómo se intenta crear un marco de democracia de alta intensidad. Eso es radicalmente importante. Estuve en áreas urbanas y rurales, la seriedad fue lo que más me impactó. La democracia llevada en serio en Bolivia, el cuidado extremo. Me doy cuenta de esta participación ciudadana, y es notable, en otros países no sucede de este modo. Estoy muy satisfecho con todo esto. Pienso que este marco democrático es irreversible. Estamos hablando de gente que tiene muchas dificultades, que trabaja 12 ó 15 horas por día, que tienen trabajo precario y que tienen poco tiempo para la capacitación; pero el esfuerzo que han realizado no debe ser frustrado. Los líderes políticos, el gobierno, las oposiciones, deben saber que este es un capital democrático que no se puede desperdiciar. Porque si la gente al final del día, llega a la conclusión que este esfuerzo es vano, porque después no hay gobernabilidad, y hay violencia en las calles; entonces la gente se queda muy deprimida, muy decepcionada con la democracia.

martes, febrero 03, 2009

El litio de Bolivia despierta interés mundial

El salar Uyuni rico en litio (archivo). ABI

Evo promulga el sábado la primera Constitución aprobada en referéndum popular


Inclusión de la Nueva CPE dentro el estado boliviano - Gobierno rechaza oferta sediciosa de líder cívico

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