lunes, julio 25, 2011

Los ataques en Noruega revelan un mundo de odio

Atentado en Noruega

Las reacciones iniciales a los ataques mostraron que existe un “choque de civilizaciones”, pero no el que muchos piensan

Al-Jazeera

Tomado de Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El terrorista noruego que asesinó a más de noventa civiles inocentes –muchos de ellos adolescentes– no actuó solo. O más bien, actuó dentro de un contexto cultural y político que legitima su visión medrosa y plagada de odio al mundo. Ahora es evidente que Anders Behring Breivik fue expuesto a mucha propaganda derechista. Esta tragedia subraya la urgencia de que la gente normal combata en todo el mundo a nacionalistas fundamentalistas y chovinistas dondequiera se encuentren. Pero también demuestra la medida en la que el fanatismo reaccionario ha infectado el pensamiento dominante.

Muchos reaccionaron ante las noticias de Oslo sabiendo lo que hacían y con un dedo acusador. Los reaccionarios más enardecidos se orientaron a la sección de comentarios del New York Times para emitir proclamaciones arrolladoras sobre el Choque de Civilizaciones y algo llamado “el culto de la muerte”. De muchas maneras, esos lectores solo reforzaban el reportaje deplorablemente editorializado del periódico. Como señaló útilmente Glenn Greenwald, los editores del NYT –el periódico supuestamente liberal de EE.UU.– reservan la palabra “terrorista” solo para su uso en conjunción con la palabra “musulmán”.

Cuando aparecieron noticias de que el perpetrador de los asesinatos –el terrorista– es un hombre cuya religión y color de la piel se parece en mucho a la de los editores del NYT, la historia cambió. El terrorista se convirtió en un “extremista cristiano” desquiciado cuyas tácticas reflejaban claramente “la brutalidad y los múltiples ataques de al Qaida”. De esa manera el periódico vinculó al terrorista con musulmanes, a pesar de su fuerte antipatía hacia ellos.

La culpa de la búsqueda jadeante de los medios occidentales de un pistolero musulmán inexistente se concentró rápidamente en la débil, crédula, excesivamente entusiasta e inepta fuente del fracaso periodístico del NYT. Will McCants –proclamado por uno de sus acólitos cómo en la cumbre de una “lista de cinco expertos en terrorismo en los que se puede confiar”– fue rápidamente desacreditado. En su defensa solo trató de ratificar el sesgo de confirmación que padecen él y los editores del NYT. “Cuando pasa algo malo, los responsables son los musulmanes”. Es el punto de vista dominante actual en EE.UU.; trasciende las líneas partidistas.

Modelando ambos lados de la narrativa

El que la pretendida izquierda estadounidense mantenga esa visión llena de prejuicios es una señal del éxito que ha tenido la derecha en la construcción de la escena en la que se realiza el debate público. Los dos principales temas antimusulmanes ya se dan por entendidos en ese país: Primero, todos los terroristas en Occidente son musulmanes; segundo, estamos en medio de una guerra global de civilizaciones. Son los dobles puntales en los que el Tío Sam se acuclilla en su retrete afgano.

Las fuentes objetivas han hecho un trabajo excelente al desacreditar la primera de las dos afirmaciones que informan la experiencia estadounidense del Siglo XXI. Con el segundo punto, sin embargo, –que estamosinvolucrados en una guerra de civilizaciones– estoy de acuerdo. Pero los combatientes no son el Islam y Occidente. En su lugar, la guerra es entre la gente sana y normal, del mundo y los fanáticos derechistas que ven la perdición, la destrucción, el fuego del infierno y la voluntad de Dios en cada esquina.

Anders Behring Breivik, Mohammed Atta y Baruch Goldstein están todos cortados con la misma tijera. Anwar Al-Awlaki y Glenn Beck –los mercachifles de la fe– comparten todos las mismas dolencias básicas.

Son hombres inseguros, de inclinación violenta, e intolerantes. El mundo exterior los asusta. Odian a los homosexuales y a las mujeres fuertes. Para ellos, la diferencia es fuente de inseguridad. Sus valores son militarismo, conformismo, chovinismo y jingoísmo. Lo peor de todo es que tratan de presionarnos a la conformidad, mientras ellos trabajan frenéticamente por destruirse a sí mismos y a todos nosotros con ellos.

La guerra continúa

Todas las indicaciones es que los promotores del odio –que están del mismo lado en esta guerra, no importa su religión– están ganando en EE.UU. Los irreflexivos, superficiales, vanos, editores del NYT son un indicio de hasta qué punto la derecha ha tenido éxito en invalidar a la izquierda.

Pero no todos los liberales se crean igual.

Honra al pueblo noruego que su primer ministro no haya respondido al ataque terrorista con una retórica de tierra arrasada o con una campaña de bombardeo de saturación. Como verdadero liberal de fuertes principios no sucumbió al miedo o a una especulación feroz.

En su lugar, prometió fortalecer la democracia noruega. Después de los ataques terroristas dijo: “Nuestra respuesta es más democracia, más franqueza para mostrar que no nos detendrá este tipo de violencia”. Sus palabras muestran la diferencia entre una sociedad que toma los principios liberales como fundamento y otra que los trata como un lujo inconveniente.

Las palabras del primer ministro Jens Stoltenberg dejan en claro dónde se ubica Noruega en la guerra global contra el extremismo derechista. ¿Dónde está EE.UU.?

Ahmed Moor es un periodista palestino-estadounidense que vive en El Cairo. Nació en la Franja de Gaza, Palestina

Fuente: http://english.aljazeera.net/indepth/opinion/2011/07/201172412744740495.html

viernes, julio 22, 2011

Se conmemoran 65 años del colgamiento de Gualberto Villarroel

Para vencer el olvido del martir asesinado por el fascismo el 21 de lulio de 1946

NOTA De R. El presidente martir Gualberto Villarroel fue colgado por hordas fascistas el 21 de julio de 1946. Organizó el Primer Congreso de Indígenas el 10 de mayo de 1945

Wilson García Mérida

(Datos & Análisis).- Encarnaba una realidad nacional distinta a la enfocada por el marxismo ortodoxo. Fue artífice del Primer Congreso Indigenal, promovió el fortalecimiento de los sindicatos proletarios e impulsó una reforma constitucional para consolidar sus medidas sociales mediante la Asamblea Nacional que presidió Franz Tamayo. Lo mataron por todo eso.



El 21 de julio de 1946, 65 años atrás, fue asesinado y colgado en un farol de la Plaza Murillo el presidente Gualberto Villarroel, cochabambino nacido en Punata, tras una revuelta del populacho paceño organizada por sectores reaccionarios que se aliaron con el pro soviético Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR).

El "rosco-pirismo" acusaba al presidente nacionalista como "fascista", alineándose con la política norteamericana que entonces, en plena Segunda Guerra Mundial, se enfrentaba a Hitler y Mussolini. Sin embargo Gualberto Villarroel encarnaba una realidad nacional distinta a la enfocada por el marxismo ortodoxo. Fue el artífice del primer Congreso Indigenal, celebrado en mayo de 1945, que legitimó medidas sociales y económicas a favor de las comunidades indígenas.


El gobierno de Villarroel favoreció también al proletariado minero y fabril dictando medidas que promovían el surgimiento de organizaciones sindicales. Impulsó asimismo una reforma constitucional para consolidar sus medidas sociales mediante la Asamblea Nacional que fue presidida por Franz Tamayo.


El 21 de julio de 1946 huestes del PURS y del PIR asaltaron el Palacio Quemado donde Villarroel se encontraba junto sus colaboradores más leales, negándose a huir de los agresores, quienes lo ultimaron en su despacho y luego arrojaron su cuerpo hacia la Plaza Murillo donde fue colgado en un farol, constituyéndose ese episodio en uno de los más trágicos de la historia boliviana.

lunes, julio 18, 2011

El golpe de 1980: Una demostración de intolerancia política y atropello de libertades

Paramilitares y la represión(1980)

Patricia Doris Nolasco Guillén


BOLPRESS

Los delitos de violaciones a los derechos fundamentales son dramáticos en dictadura, porque van en contra de la dignidad de las personas y son producto de la intolerancia política e ideológica y se cometen al margen de la ley, el justo y debido proceso. En ese sentido las personas e instituciones están impedidas de quejarse por el carácter represivo y por falta de garantías constitucionales.

La Convención Americana de Derechos Humanos[1], más conocida como el Pacto de San José, establece la prohibición de la tortura y los tratos y penas crueles, inhumanas y degradantes. Además, indica que toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.

Bolivia se adhirió a la Convención, el 13 de junio de 1979 a través del Decreto Supremo N° 16575[2] y ratificó su firma por medio de la Ley No. 1430, el 11 de febrero de 1993[3], con lo cual asumió el compromiso de consolidar las instituciones democráticas e instituir un régimen de libertad personal y justicia social.

Golpe de Estado de 1980

El golpe del 17 de julio de 1980 fue protagonizado por una parte de las Fuerzas Armadas a la cabeza del general García Meza y el coronel Arce Gómez, usando como justificativo diferencias ideológicas, hecho que generó violencia terror y muerte en la población boliviana.

Este gobierno dictatorial vulneró sistemáticamente los derechos humanos; desprestigio al país a nivel internacional al vincularse con bandas del narcotráfico y la inclusión de éstos en la administración gubernamental.

En declaraciones a la prensa internacional, como “La Tercera de la Hora” de Chile Meza dijo: “Me quedaré 20 años en el poder hasta reconstruir Bolivia. Mi gobierno no tiene plazos fijos, y en ese sentido soy como el general Pinochet”.

Asalto a la COB

En la sede de la Central Obrera Boliviana (COB) ubicada en El Prado de la cuidad de La Paz se realizaba la reunión del Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE) en la misma se produjo la incursión de paramilitares quienes utilizaron ambulancias de la Caja Nacional de Seguridad Social para ese efecto, alrededor de 50 mercenarios armados cercaron e ingresaron a la sede sindical de la COB.

La violenta acción, produjo las primeras víctimas: 2 muertes la del dirigente minero Gualberto Vega Yapura y el Diputado del POR Troskista Carlos Flores Bedregal; 3 heridos, el Primer Secretario del PS-1, Diputado Nacional Marcelo Quiroga Santa Cruz; el dirigente de la COB Simón Reyes y la representante de la Unión de Mujeres de Bolivia y activista de derechos humanos, Gladis de Solón Romero. Además de 35 detenidos conducidos en ambulancias al Estado Mayor en Miraflores entre ellos Juan Lechin Oquendo dirigente de la COB y los activistas de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDHB) Germán Crespo Infantes, Iván Zegada, Noel Vásquez y otros.[4]

Asalto al Palacio

Otro grupo de paramilitares y efectivos militares, transportados en ambulancias y vehículos militares, tomó el Palacio, cuando el gabinete se reunía, bajo la conducción de la presidenta de la Nación, Lidia Gueiler, quien fue recluida en la residencia presidencial, donde fue obligada a firmar su renuncia. Mientras que los miembros del gabinete fueron detenidos y trasladados al Estado Mayor, a excepción de los ministros del Interior y de Defensa, que pertenecían a las Fuerzas Armadas. [5]

Represión a medios de comunicación

La Intervención a la radio Fides fue hecha por paramilitares quienes destruyeron sus instalaciones y detuvieron de forma violenta a tres de sus miembros, los jesuitas: José Marco, Salvador Sanchiz y Claudio Pou.

Simultáneamente se repetían las mismas acciones en otros centros de información como ser: las radios “San Gabriel”, “Panamericana” y “Cristal” y el periódico “Presencia” que fueron intervenidos y acallados.

Las radios de organizaciones sindicales y de la iglesia organizaron una cadena radial denominada “Cadena de la democracia”, a cuya cabeza se encontraba la emisora “Animas” del Consejo Central Sud, “La Voz del Minero” y “Pío XII” de Siglo XX, “21 de Diciembre” de Catavi, “Llallagua” de Llallagua, “Vanguardia” de Colquiri, “Viloco” de Viloco y “Nacional” de Huanuni. Por efecto del bombardeo de la Fuerza Aérea, en la resistencia de los trabajadores mineros de Colquiri, se destruyó las instalaciones de la radio “Vanguardia”

El gobierno autodenominado de “reconstrucción nacional”, instauró el control de todos los medios de comunicación e implementando una cadena informativa, además de organizar la “cadena nacionalista” conformada por las radios estatales y militares.

Agresiones contra los trabajadores

Las acciones ejercidas por los paramilitares y fuerzas regulares del ejército fueron brutales. Federico Aguiló, en su libro “Nunca Más Para Bolivia”, resalta los siguientes hechos: La resistencia de los trabajadores mineros, comienza en Siglo XX, llamando a la resistencia y movilización social.

Los regimientos Max Toledo y Bolívar, reprimen violentamente a los trabajadores mineros de la mina Viloco, que presentan resistencia con piedras y dinamitas. El saldo un muerto por la espalda, detenidos y maltratos a la población.

El dirigente fabril René Sánchez, es asesinado por agentes paramilitares por excederse al horario establecido por el toque de queda. También se da la muerte por tortura de Florencio Gabriel, minero que fue detenido en enero de 1981 en las celdas de la Dirección de Investigación Criminal (DIC).

Varios centros mineros, que acataron la resolución de la COB, organizaron la resistencia en contra de las fuerzas regulares. Al final declinan en su propósito por la carencia de armas para su defensa. Los centros mineros, son: Chocaya, Tasna Rosario, San Vicente, Buen Retiro, Chorolque, Santa Ana y Siete Suyos.

El 24 de julio de 1980, los Rangers de Challapata, apoyados por helicópteros y armamento pesado, bombardean la población, el saldo de muertos y heridos.

En una incursión a la localidad minera de Viloco, donde se mantenía funcionando la última radio de la cadena radial de la democracia, se producen 6 muertos y 14 heridos.

Masacre de Caracoles

La represión más cruenta se registró en la localidad minera de Caracoles. Los regimientos: Max Toledo de Viacha, Tarapacá de El Alto y Camacho de Oruro, apoyados por la aviación, atacaron la población minera, utilizando artillería y armas automáticas, no costó mucho vencer la resistencia. Un fragmento de la carta enviada por las madres y esposas, de Caracoles enviada el 9 de agosto a Monseñor Manrique de La Paz dice “…hasta el lunes en la tarde la mayor parte de los mineros fueron exterminados y los sobrevivientes huyeron a los cerros y otros a las casas de “Villa Carmen”. Las fuerzas del ejército los persiguieron ultimando a los hombres en sus casas, a otros apresaron y los torturaron y a muchos les atravesaron con bayonetas. También a los heridos los degollaron. A un minero en plena plaza le metieron dinamita en la boca y le hicieron volar en pedazos…”[6]

Tipo de violación y víctimas

Según datos del Observatorio de Derechos Humanos y Políticas Sociales el Gobierno de Meza tuvo 2.258 víctimas (1873 hombres y 385 mujeres).

Asesinados (as) 36 hombres y 5 mujeres; Asesinado – Desaparecido 4 hombres; Torturado y asesinado 1 hombre; Desaparecido (as) 119 hombres y 4 mujeres; Detenido (as) 962 hombres y 90 mujeres; Detenidos (as) – exiliados (as) 673 hombres y 285 mujeres; Detenidos y torturados 5 hombres; heridos (a) 8 hombres y 1 mujer; Heridos y torturados 9 hombres; Retirados 51 hombres; Secuestrado 1 hombre; Secuestrado y torturado 3 hombres. Torturado 1 hombre.[7]

Derecho a la integridad personal

La Convención Americana establece el derecho a la integridad personal en su Artículo 5. El Artículo 5 (1) garantiza el derecho a la integridad física, psíquica y moral.[8] Abarca desde la tortura hasta otro tipo de vejámenes.

El Artículo 5(2) prohíbe la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes y establece que toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.[9]

La Convención de Belém Do Pará reafirma el derecho de las mujeres a no ser sometidas a tortura u otros tratos que no respeten su integridad personal y dignidad.[10]

Tortura

El Artículo 2 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura establece lo siguiente “Para los efectos de la presente Convención se entenderá por tortura todo acto realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal, como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con cualquier otro fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una persona de métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico o angustia psíquica”

Asimismo, la legislación interamericana determinó que para que un acto sea constitutivo de tortura en virtud del Artículo 5(2), deben estar presentes los siguientes tres elementos: 1) una acción deliberada o acto intencional 2) que la víctima sufra dolor o angustia físicos o psicológicos severos y 3) una finalidad por la que aplicar la tortura.[11]. Asimismo, en el Artículo 3 de la Convención Interamericana señala que el acto sea realizado por un agente del Estado o cometido a instigación de éste.

Desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales

La Corte y la Comisión consideran que la desaparición forzada es una violación múltiple y continuada de diversos derechos reconocidos en la Convención Americana.[12] Esto se debe a que la desaparición forzada no solamente supone una privación arbitraria de la libertad, sino que también pone en peligro la integridad personal, seguridad y vida de la víctima.[13]

Además, la víctima se encuentra en una situación de completa indefensión, lo que puede conducir fácilmente a más abusos. Según la Corte, la desaparición forzada denota “el desconocimiento del deber de organizar el aparato del Estado de modo que se garanticen los derechos reconocidos en la Convención”.[14]

Sufrimiento de familiares

La Corte ha estimado que son causas de sufrimiento y angustia intensos entre los familiares de las víctimas: la falta de información acerca del paradero de éstas, la obstrucción de la labor de la justicia y la falta de una investigación adecuada y de sanciones a los responsables. La Corte también dictaminó que la negligencia por parte del Estado a la hora de identificar los cuerpos y notificar a los familiares el fallecimiento de las víctimas, así como la mala manipulación de sus restos mortales, daña la integridad física y mental de sus familiares.[15]

Amenazas

La Corte y la Comisión, han concluido que “crear una situación amenazante o amenazar a un individuo con torturarlo puede constituir, en algunas circunstancias, al menos, tratamiento inhumano”.[16] La Corte declaró que las amenazas o riesgo real de ser sometido a maltrato físico causa, en determinadas circunstancias, una angustia tan intensa que puede ser considerada tortura psicológica.[17]

Condiciones de detención

Toda persona privada de su libertad tiene derecho a unas condiciones de detención que sean respetuosas de su dignidad personal y el Estado se constituye en garante de que se respeten estos derechos.

Cuando un Estado priva a un individuo de su libertad, confina dicho individuo en una institución en la cual los diversos aspectos de su vida se someten a una regulación fija, y se produce un alejamiento de su entorno natural y social, un control absoluto, una pérdida de intimidad, una limitación del espacio vital y, sobre todo, una radical disminución de las posibilidades de autoprotección. Todo ello hace que el acto de reclusión implique un compromiso específico y material de proteger la dignidad humana del recluso mientras esté bajo su custodia, lo que incluye su protección frente a las posibles circunstancias que puedan poner en peligro su vida, salud e integridad personal, entre otros derechos.[18]

Incomunicación

La incomunicación en la jurisprudencia del sistema interamericano suele referirse a situaciones en las que las personas detenidas no son llevadas ante un juez o funcionario autorizado por la ley para que examine la legalidad de su detención.[19]

El Artículo 7 de la Convención estipula que toda persona privada de libertad debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales.[20]

Detención ilegal

La Corte ha mantenido de manera constante que una persona detenida ilegalmente “se encuentra en una situación agravada de vulnerabilidad, de la cual surge un riesgo cierto de que se le vulneren otros derechos, como el derecho a la integridad física y a ser tratada con dignidad”.[21]

Uso excesivo de la fuerza

La Corte declaró que “todo uso de la fuerza que no sea estrictamente necesario por el propio comportamiento de la persona detenida constituye un atentado a la dignidad humana... en violación del artículo 5 de la Convención Americana”.[22]

Respeto y garantía

Los deberes generales de respeto y garantía consagrados en el Artículo 1(1) de la Convención Americana son principios rectores en lo que respecta a la atribución de responsabilidad a un Estado en virtud de la Convención Americana.[23]

Prevención

El deber de prevención abarca todas aquellas medidas de carácter jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan la salvaguarda de los derechos humanos y que aseguren que las eventuales violaciones a los mismos sean efectivamente consideradas y tratadas como un hecho ilícito.

En particular, el Artículo 1 formula la obligación general de prevenir la tortura.[24] El Artículo 6 exige que los Estados partes criminalicen los actos de tortura y los intentos de cometer dichos actos conforme a sus derechos penales nacionales y castiguen la tortura con sanciones severas que reflejen la gravedad del delito.[25]

El Artículo 7 obliga a los Estados a entrenar a los policías y otros funcionarios públicos responsables de la custodia de los detenidos en relación con la prohibición de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Investigar y sancionar

La Comisión ha declarado que el deber de investigar y sancionar “requiere que se castigue no sólo a los autores materiales de los hechos violatorios de derechos humanos, sino también a los autores intelectuales de tales hechos”.[26]

Reparar

El Artículo 63 (1) de la Convención Americana establece que si la Corte concluye que ha habido una violación de los derechos protegidos por este tratado, debe proporcionar a la víctima, cuando corresponda, las reparaciones adecuadas.[27]

Responsabilidad del Estado

Según la jurisprudencia interamericana relativa a la atribución de responsabilidad internacional por violaciones de derechos humanos, hay dos motivos por los cuales se puede declarar responsable a un Estado. En primer lugar, la responsabilidad internacional se puede imputar directamente a un Estado como resultado de los actos y omisiones cometidos por sus agentes u órganos; en segundo lugar, por actos cometidos por actores no estatales cuando éste no toma las debidas precauciones para prevenir, investigar y reparar la presunta violación (deber de garantía). Estos dos motivos se explican con más detalle en los siguientes apartados.

También se puede declarar responsable a un Estado por no adoptar medidas para garantizar el pleno ejercicio de los derechos consagrados en la Convención, tal como lo estipula el Artículo 2 de dicho tratado.[28]

El 11 de marzo del 2004 se emitió la Ley No. 2640, que creo la Comisión Nacional para el Resarcimiento a Víctimas de Violencia Política (CONREVIP) en la cual se inscribieron 6 mil 500 personas para exigir el pago. El 27 de julio del 2009 se aprobó la Ley No. 4069 que extingue al CONREVIP y el Ministerio de Justicia se encargo de la calificación de los sumarios que concluyó con 1600 beneficiarios de 2.450 partidas que ingresaron al proceso.

Según el viceministro de Justicia, Nelson Cox, “en los siguientes meses, esta cartera de Estado presentará un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa para que el Ministerio de Economía desembolse el dinero que se utilizará para esta compensación económica. Por último, a través de un decreto supremo, se hará oficial la lista de los beneficiarios y el monto económico a recibir”.[29]

Sin lugar a dudas, las víctimas deben ser muchas más, las cuales no han recibido la debida reparación a sus derechos conculcados, que están amparados en la Convención Americana. Asimismo, el Estado, en sus distintas administraciones políticas, no ha asumido como obligación: la investigación, el procesamiento, la sanción y la reparación de las violaciones a los derechos humanos en este caso y otros tantos, que han quedado en la impunidad.

Nota. Las referencias del No. 8 a la 28 han sido tomadas del texto La Prohibición de la Tortura y los Malos Tratos en el Sistema Americano: Manual para víctimas y sus defensores de Claudia Martín y Diego Rodríguez. Editado por la Organización Mundial Contra la Tortura, Ginebra, Suiza, 2006.


[1] Suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos.

[2] www.gacetaoficialdebolivia.gob.bo/normas

[3]www.bolivia.justia.com

[4] El Militarismo en Bolivia, Jorge Echazu A. Ediciones Liberación, La Paz Bolivia, 1988

[5] Ibidem

[6] El Militarismo en Bolivia, Jorge Echazu A. Ediciones Liberación, La Paz Bolivia, 1988

[7] Observatorio de Derechos Humanos y Políticas Sociales. Registro de violaciones a los derechos humanos (1970 – 2007), presentado en agosto del 2008.

[8] Convención Americana, nota 17, art. 5(1)

[9] Convención americana, supra nota 16, Art. 5(2)

[10] Convención de Belém Do Pará, supra nota 25, art 4(b), 4(d) y 4(e).

[11] Gómez-Paquiyauri, supra nota 252, párrs. 115-116; Bámaca-Velázquez, supra nota 171 párrs. 156-158; Cantoral Benavides, supra nota 171, párrs. 97-98.

[12] Bámaca Velásquez, supra nota 171, párr. 128

[13] Ibidem

[14] Ibíd., párr. 129; Godínez Cruz, supra nota 187, párr. 165; Velásquez Rodríguez, supra nota 187, párr. 158.

[15] Niños de la calle, supra nota 314, párr 173.

[16] Niños de la Calle, supra nota 27, párr. 165; Prada González y Bolaño Castro, supra nota 381, párr. 34.

[17] Tibi, supra nota 298, párr. 147; Maritza Urrutia, supra nota 252, párr. 92.

[18] Menores Detenidos, supra nota 322, párr. 135.

[19] Suárez Rosero, supra nota 203, párr. 51; Maritza Urrutia, supra nota 252, párr. 73.

[20] Convención Americana, supra nota 16, art. 7(5).

[21] Cantoral Benavides, supra nota 171, párr. 90 y casos aquí citados; ver también Bámaca Velásquez, supra nota 171, párr. 150.

[22] Loayza Tamayo, supra nota 112, párr. 57.

[23] Ver la sección 3.6, infra.

[24] Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, supra nota 23, arts. 1.

[25] Ibídem art. 6.

[26] Massacre de Corumbiara, supra nota 498, párr. 256.

[27] Convención Americana, supra nota 16, art. 63(1).

[28] Ciertas Atribuciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, supra nota 652,párr. 26; Responsabilidad Internacional por Expedición y Aplicación de Leyes Violatorias de la Convención (arts.1 y 2 Convención Americana sobre Derechos Humanos), supra nota 162, párr. 37.

[29] La Razón, 13 de junio del 2011



domingo, julio 17, 2011

Así fue asesinado el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz

Marcelo Quiroga Santa Cruz Asesinado el 17 de julio 1980

El País

El relato de un testigo presencial

El líder socialista Marcelo Quiroga -el hombre más odiado por los militares bolivianos llegados al poder- fue asesinado el 17 de julio, día del golpe, en los locales de la Central Obrera Boliviana (COB), en La Paz. Quiroga, que había obtenido el cuarto lugar en las elecciones presidenciales de junio y era la estrella política en ascenso de la izquierda boliviana, asistía con otros dirigentes políticos y sindicales, entre ellos Juan Lechín, a una reunión de emergencia del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade).

La siguiente narración fue obtenida por EL PAÍS en la capital boliviana, de un testigo presencial del asalto a la COB y del ametrallamiento de Marcelo Quiroga -«muerto en combate», según la versión oficial- por fuerzas paramilitares al servicio de los golpistas. El cadáver del líder socialista no ha sido devuelto por la Junta Militar. «Todo el poder del Estado, respaldado por tanques y metralletas, teme a un muerto», ha declarado su esposa Cristina.Se han respetado en la transcripción los modismos y expresiones peculiares bolivianas, para no alterar el valor testimonial del documento magnetofónico.

«Llegué a las once y diez de la mañana a la Central Obrera Boliviana y ya estaba reunido el Comité de Defensa de la Democracia. Estaban presentes todos los dirigentes políticos del comité, don Juan Lechín, Marcelo Quiroga Santa Cruz..., muchas personalidades. Cuando se terminó la reunión, todos salieron fuera, al corredor. Yo era la primera vez que venía a la COB, como a La Paz mismo. Entonces empezaron a oírse unos tiros, muchos. Nosotros nos tiramos al suelo y nos recogimos en otra pieza. Yo no lo vi a don Juan Lechín después, que estaba con nosotros, pero parece que se quedó en otra pieza...»

Tiroteado en el suelo

«Uno de los señores, al que yo no conocía, dijo: "Marcelo, ¿sería posible que nos levantáramos con las manos en alto, hermano". "Bueno, como no tenemos armas no creo que nos hagan nada". Don Marcelo todavía fue de la opinión de que cantáramos el himno nacional. Entonces el padre Tumiri se levantó y pidió en nombre de la Iglesia que no tiraran, que nos íbamos a entregar y que nadie tenía armas.»

«Contestaron que bajásemos inmediatamente. Y así fue. Fuimos desfilando todos, uno por uno, con las manos en la nuca. Antes de llegar a la calle, bajando la escalera de la Central Obrera, un señor le tiró una ráfaga a uno de los que salían... Otro de los paramilitares dijo entonces: "No es a ése, no es a ése". Marcelo Quiroga iba delante de mí. Entonces retiraron a Marcelo Quiroga. Yo me quedé pegada contra la pared y me quitaron el bolsón y me revisaron; seguramente creían que llevaba armas o algo...»

«Y cuándo me estaban revisando, le dijo un señor al que había disparado la primera ráfaga: "Rematadlo a ése". Cuando dijo "rematadlo a ése" yo apenas me di cuenta, pero miré al suelo y vi que era Marcelo Quiroga el que estaba tiroteado. Había otro junto a él que estaba muerto, porque no hacía ningún movimiento. Sólo vi que hizo una convulsión su cuerpo después de que le tiraron otra ráfaga».

«Quiroga todavía estaba vivo; por eso dijeron "rematadlo a ése". Entonces el hombre que había recibido la orden dijo: "Yo ya no tengo el arma, la pasé a otro..."»

«La verdad es que fue matar así, a sangre fría, porque nosotros estábamos sin armas, sin nada. Yo salí a la calle, me estaban llevando a la ambulancia, donde los demás, y vi un edificio donde en ese momento estaba abriendo un chico una rejita... Me entré ahí y dije al chico que me dejara pasar... »

«Yo quiero dejar esto bien claro. Como la situación política es tan inestable, por ahí lo agarran a uno y lo hacen desaparecer..., en fin, vaya a saber las cosas; si son capaces de matar así, a mansalva, a sangre fría...»

«No es raro que ciudadano por ciudadano que no estén de acuerdo con las ideas de los señores militares, pues vayan desapareciendo, ¿no? Entonces yo quiero que esto sea un testimonio para los familiares y para todo Bolivia y que conozcan la clase de gobernantes que vamos a tener, si es que se quedan...» (Sollozos.)

Asesinato de un hombre limpio

«Es a un hombre limpio que se ha asesinado; no lo conozco al otro y no puedo decir quién era; para mi manera de pensar era un periodista de Presencia, pero no lo puedo afirmar porque yo es primera vez que estoy viniendo acá y no conozco mucho a la gente».

«¿No recuerda detalles de la persona que disparó contra. Quiroga?»

«Todos ellos eran de cabello corto y estaban con camisa blanca. El que tiró a Marcelo y después pasó el arma a otro era un petizo de cabello crespo. frente amplia, con entradas. Era un chiquito nomás...»

«¿ Cuando usted salió de la COB los cuerpos quedaron dentro?»

«Sí, los cuerpos quedaron en el suelo, en las escaleras. Yo tuve que saltar por encima. El que su pongo yo que era un periodista quedó abajo y Marcelo Quiroga encima de él, pero estaba vivo todavía, yo lo he visto, estaba vivo todavía cuando el señor insistía en que lo rematara el que decía que ya había pasado su arma a otro...»

«El grupo que asaltó la Central Obrera, ¿iba uniformado de alguna manera?»

«Todos iban con pantalón oscuro y camisa blanca. De lo que vi en todo mi nerviosismo me llamó la atención un cosa: que todos fueran de cabello corto, bien recortado, parecía gente más o menos con un tratamiento bueno..., aunque no conozco las costumbres ni los tratos que se dan acá a la gente paceña, porque de un departamento a otro varía mucho, especialmente como es el mío».

jueves, julio 14, 2011

Los talibanes asestan un golpe devastador a la OTAN


Oh la belle guerre que voilà ! Propre, chirurgicale, pour nous préserver des affreux terroristes barbus susceptibles de nuire à notre tranquillité de braves Occidentaux !

Encore un mensonge des médias assassins de la vérité, de la liberté, et complices des génocides !
Eva




Asia Times Online

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Los manipuladores de información de Washington a Bruselas y Kabul pasarán muchas noches sin dormir. La opinión pública mundial ha sido incansablemente horrorizada y sobrecogida por la quimera de que EE.UU. y la OTAN están “ganando” la guerra combinada AfPak.

Veamos los hechos en el terreno. Inmediatamente después de que el gobierno de EE.UU. decidió “suspender” 800 millones de dólares de ayuda al ejército paquistaní, el ministro de defensa de Pakistán, Ahmed Mukhtar, declaró al canal local Express TV: “Si todo se pone difícil, retiraremos todas nuestras fuerzas”, sugiriendo que no habrá más soldados de Islamabad para combatir a las guerrillas de mayoría pastún en las áreas tribales.



Mukhtar no podía haber sido más explícito: “Si los estadounidenses se niegan a darnos dinero, bueno… No podemos permitirnos que los soldados estén en las montañas durante un período tan largo”.



Esto muestra gráficamente, una vez más, que el ejército paquistaní está participando –a disgusto– en el juego de contraterrorismo/contrainsurgencia de Washington en las áreas tribales. Por mucho que Islamabad tema al nacionalismo pastún, el ejército sabe que debe proceder con extrema cautela, de otra manera enfrentará una masiva rebelión tribal pastuna que plantearía el supremo tabú: la consolidación de "Pastunistán", que despedazaría al Pakistán que conocemos.



Señor de la guerra derribado



Y luego el presidente Hamid Karzai, la marioneta que apenas controla su propio trono en Kabul, según dicen en el lugar, dijo en una conferencia de prensa conjunta con el liberador de Libia visitante, el neo-napoleónico presidente francés Nicolas Sarkozy:





“Dentro de las casas de los afganos, hemos sufrido el mismo tipo de dolor. Y nuestra esperanza es que, si Dios lo quiere, haya un final del dolor y el sufrimiento del pueblo afgano y se instauren la paz y la seguridad.”



Se puede decir que no hay muchos afganos que sentirán “el mismo tipo de dolor” por el asesinato de Ahmad Wali Karzai, hermanastro del presidente, importante narcotraficante, elemento en la nómina de la CIA y máximo traficante de influencias en Kandahar como jefe del consejo provincial de Kandahar.



Ya que es posible que los talibanes controlen realmente hasta un 70% del país, el asesinato es un golpe inestimable, y el portavoz de los talibanes Usuf Ahmadi reivindicó debidamente la responsabilidad: “Es uno de nuestros máximos logros desde el comienzo de la operación de primavera. Asignamos recientemente a Sardar Mohammad para que lo matara y Sardar Mohammad también llegó a ser un mártir.”



Una contra-manipulación noticiosa en Kandahar dice que Sardar Mohammad, comandante de confianza de Karzai, de la misma tribu Popolzai, mató a Ahmed Wali de dos tiros en la cabeza, “por drogas” y por motivos personales.



En todo caso, los talibanes ya están ganando la guerra de relaciones públicas. Desde la primavera de 2010, los talibanes han logrado matar al jefe provincial de policía de Kandahar, al vicegobernador, al jefe de distrito de Arghandab y al vicealcalde de la ciudad de Kandahar.



Ahora se libraron del principal protagonista favorable a Washington, no solo en Kandahar sino en todo el sur de Afganistán, donde la OTAN ha estado involucrada masivamente para aplastar a los talibanes en su hogar espiritual y terreno preferido. El asesinato destroza la narrativa de que “la OTAN está ganando”.



El rey de Kandahar



Pasé una larga tarde con Ahmad Wali en Quetta, la capital de la provincia Baluchistán en Pakistán, cuando EE.UU. estaba bombardeando a los talibanes en el otoño de 2001, semanas antes de que él y su hermanastro pasaran de ser “vendedores de kebab” (dice la calle) a personajes influyentes.



Entonces Ahmad Wali ya era un activo de la CIA –ocupada lanzando en paracaídas a Hamid Karzai a Afganistán– y un importante contrabandista de opio, por no mencionar que además era líder tribal y una personalidad mucho más enérgica que su hermanastro.



Durante los años 2000, mantuvo todos esos roles, así como el de propietario de hoteles, bienes raíces e incluso un concesionario de Toyota, pero sobre todo esforzándose por “contener” Kandahar, que siempre estuvo fuertemente "talibanizada", como comandante de la Fuerza de Ataque Kandahar, un duro grupo paramilitar privado que ayuda a las Fuerzas Especiales de EE.UU. y a la CIA en asesinatos selectivos de altos comandantes talibanes.



Era el gobernador de facto, conocido generalmente como “rey de Kandahar”, mucho más poderoso que el gobernador y el desdentado consejo provincial.



La lección que tayikos, uzbekos, hazaras y pastunes seculares aprenden de su asesinato es que el gobierno de Karzai es un simulacro (bueno, la mayoría de los afganos ya lo sabía), incapaz de proteger incluso al más poderoso de los Karzai. En cuanto a la ficción de que la OTAN está en proceso de conquistar los corazones y las mentes de los afganos y logrando que se enamoren del gobierno central de Kabul, pueden tratar de engañar con algo semejante a una roca en el Hindu Kush.



Basta de hablar de que la OTAN “gana” en Afganistán. Y en cuanto a que EE.UU. está “ganando” en las áreas tribales de Pakistán, basta con ver lo que piensan el poderoso jefe del estado mayor del ejército, general Ashfaq Parvez Kiani –un favorito del Pentágono– y el jefe del directorado de Inteligencia Inter-Servicios (ISI), el teniente general Ahmed Shuja Pasha. A través de sus acólitos dicen que pueden arreglárselas sin los 800 millones de dólares “suspendidos” por Washington, o pedir cualquier cosa que necesiten a China, su “amiga de siempre”.



Según el portavoz del Pentágono, el coronel David Lapan, Islamabad puede recibir los 800 millones de dólares si emite muchas más visas, en particular para espías estadounidenses, y restablece el entrenamiento generalizado de paquistaníes en contraterrorismo y contrainsurgencia. Islamabad –que ya encara una guerra de drones estadounidenses en las áreas tribales– no muestra interés.



El “ganador” en este caso es realmente al-Qaida, que ha utilizado a los talibanes paquistaníes en una confrontación con el ejército paquistaní en las áreas tribales como una táctica de distracción, mientras conspira para expandir su agenda basada en el califato hacia Asia Central.



Pero,esperad un poco, ¿no iba “ganando” EE.UU. contra al-Qaida? Es lo que el general David Petraeus –que ahora pasa de máximo comandante en Afganistán a jefe de la CIA– ha estado contando: “Se ha hecho un daño enorme a al-Qaida en las Áreas Tribales bajo Administración Federal… y representa la perspectiva de una derrota realmente estratégica” de al-Qaida.



Bueno, no realmente. A menos que destruyan a fondo las áreas tribales.



Pepe Escobar es autor de “ Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com .



(Copyright 2011 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.)



Fuente: http://www.atimes.com/atimes/South_Asia/MG14Df02.html



rCR

lunes, julio 11, 2011

¿Por qué los “rebeldes” libios no pueden tomar Trípoli?

Asesinatos masivos de la OTAN en Libia

Basem Tajeldine
Más de 4 meses de intensos bombardeos de la OTAN; más de 4300 operaciones aéreas y centenares de bombas de precisión compuestas con uranio empobrecido [1] que han sido arrojadas indiscriminadamente sobre el pueblo libio desde el inicio de las agresiones imperiales contra ese país, causando la muerte de más de 1000 civiles inocentes e hiriendo a varios miles más, y nada parece hacer tambalear al gobierno libio. Intensifican los bombardeos y masacran al pueblo libio bajo la falsa excusa de “defender sus vidas”, más, sin embargo, nadie sabe explicar el por qué aun el pueblo libio se mantiene firme y leal a su gobierno y se planta en resistencia ante las más duras condiciones de criminal bloqueo económico y frente al sistemático terrorismo de Estado ejercido por los países que conforman la OTAN.

Los infames “aliados” de la OTAN nunca esperaron enfrentar la tamaña resistencia popular Libia. Muchos están confundidos. ¿Cómo es posible que el supuesto “monstruo y genocida” –tal como catalogan los medios a Gaddafi- haya podido resistir a semejantes ataques, por varios flancos, y cuente todavía con el arrojo de muchos libios? ¿Por qué los “rebeldes” no han logrado en tierra la misión de barrer con el “tirano” más odiado por su pueblo? ¿En donde reside la fortaleza de Gaddafi?

Extrañas son esas misiones “humanitarias” que matan a civiles inocentes y destruyen toda la infraestructura civil de un país bajo la excusa de defender al pueblo libio. Extraños son esos “rebeldes” o “revolucionarios”, o mejor dicho –según los medios internacionales- “civiles armados” quienes se enfrentan al gobierno de Muammar Al Gaddafi apoyados por fuerzas extranjeras. Extraña es su dirigencia agrupada en el Consejo de Transición Nacional (CTN) quienes exigen al extranjero dinero y más armas para asesinar a sus propios hermanos libios. Mentirosos son los periodistas miembros de las cadenas transnacionales quienes todos los días nos cuentan sobre los supuestos avances de los grupos “rebeldes”, y nos muestran absurdos vídeos sobre fingidos combates entre “rebeldes” y tropas libias, mientras que las zonas en supuesta disputa continúan bajo el control del ejército y las milicias populares leales al gobierno libio. Estúpidos son quienes creen en todas esas mentiras y se hacen eco del falso discurso imperial. Preguntémonos algo, si el pueblo libio odia a Gaddafi, ¿por qué luego de 4 meses de intensos bombardeos los “rebeldes libios” no avanzan y terminan por tomar el control de la zona más poblada de Libia, la capital, Trípoli? ¿Se les puede denominar “Rebeldes libios” a quienes cumplen las ordenes militares de las potencias imperiales, avalan la destrucción de su propio país y la muerte de sus hermanos, y, frente a sus propios fracasos militares, no buscan una salida negociada y reconciliación con la otra parte? ¿Gozan de autonomía esos “rebeldes”? ¿O son, más bien, descarados mercenarios al servicio de las potencias extranjeras? Rebeldes son los pueblos y su vanguardia que lucha contra el sistema imperante en razón de ideales progresistas. A la realidad y proceder de estos grupos me remito. Los mal llamados “rebeldes libios” no son más que vulgares mercenarios al servicio de la OTAN quienes persiguen imponer los intereses de sus amos. Su existencia y accionar en Libia fue producto de un plan claramente orquestado con mucha antelación y preparación, tal como lo reseñan muchos otros investigadores del conflicto libio [2].

He estado presente en Libia en los momentos más difíciles de la agresión imperialista de la OTAN, y he sido testigo presencial de lo que en realidad allí sucede; de la más cruel, cruda y triste realidad que enfrenta ese pueblo hermano [3]. Ello me permite ratificar todo lo que he venido escribiendo. Las tropas libias no se enfrentan directamente a los grupos mercenarios. No. El ejército libio resiste a la agresión imperial de la fuerza aérea de la OTAN quienes bombardean los pueblos y barren el terreno que posteriormente será ocupado por los mercenarios. Estos últimos cumplen el triste papel encomendado por la OTAN de ejército de ocupación. Luego del repliegue táctico del ejército libio ante los bombardeos, inmediatamente se produce el contraataque libio que hace correr a los cobardes mercenarios.

Cada día que transcurre sin que la OTAN pueda lograr el declarado objetivo de asesinar a Gaddafi –en violación de la propia Resolución 1973 de la ONU- los grupos mercenarios se desacreditan cada día más ante los pocos libios confundidos que aun existen, y también frente al mundo. Mientras más tiempo perdure la agresión, y las caretas de las fuerzas mercenarias imperiales se rompen, al mismo tiempo crece la resistencia militar y popular del pueblo libio en moral y determinación para seguir luchando.

La OTAN y sus aliados saben que el tiempo juega en su contra, que la conciencia y el odio del pueblo libio hacia ellos crece en la medida que se incrementan sus crímenes.

He aquí el secreto rebelado que explica una de las razones de la fortaleza de Muammar Al Gaddafi. La peor desgracia de un ejercito colonizador son las mentes descolonizadas y un pueblo decidido a perecer por lo que cree.

Basem Tajeldine es miembro del Centro de Saberes Africanos.

Referencias

[1] Reportes de Rolando Segura, Reportero de TeleSur.

[2] Ver artículos de Michael Chovsodosky, Pepe Escobar, James Petras.

[3] Ver artículo: De Túnez rebelde a Libia resistente. En Web. CubaDebate