Partidarios indígenas del presidente Evo Morales fueron violentamente agredidos, en Sucre, la capital: Reuters (Foto Ouest-France)
Presionar a los gigantes de la información para que publiquen con honestidad sobre las luchas sociales de Nuestro Continente, es el trabajo cotidiano de muchos latinoamericanos y bolivianos. Los comunicadores alternativos en Europa, Latinoamérica y Bolivia, están pendientes de los acontecimientos que vive el país y hacen buen trabajo ¡Felicitaciones aquellos que buscan la verdad y denuncian a la prensa oligárquica! (N. de R. Warakazo)
Traducido del francés por Waraka’zo
Las elites tradicionales aún no aceptan la elección de Evo Morales, un indio socialista, a la cabeza del país desde fines del 2005. Las regiones ricas y blancas quieren su autonomía.
Habían llegado en delegación a Sucre, la capital constitucional de Bolivia, para recibir ayudas de”su” presidente. El sábado último, estos dirigentes del campesinado indígena se encontraron arrodillados, torsos desnudos, impotentes delante de sus banderas y sus trajes tradicionales en llamas bajo los insultos y las piedras de estudiantes blancos armados de garrotes. Bajo la mirada complaciente de las autoridades locales.
Estos actos han provocado la condena de las Naciones Unidas y ha causado la repulsa de numerosos intelectuales franceses, que recuerdan “los períodos más oscuros de la época colonial”. Ponen en evidencia la deriva racista del conflicto que opone la mayoría indígena de la población boliviana favorable a Evo Morales y la oposición citadina dirigida por las elites blancas.
Este desbordamiento tuvo lugar unos días antes de un referéndum sensible, convocado por la oposición al presidente Morales: domingo, los electores de los departamentos ricos en hidrocarburos del Beni y Pando (Norte) deben decidir la autonomía de sus regiones. Una consulta juzgada “ilegal” por el gobierno.
Como sus vecinos de la próspera Santa Cruz (Oeste) lo han hecho a comienzos del mes, los “autonomistas” del Beni y Pando quieren también emanciparse del gobierno “izquierdista” elegido en 2005 y de su nueva Constitución, redistribuidora y pro indígena.
Pese a las tímidas excusas de la oposición, los sucesos del sábado traicionan un estado de ánimo extendido en las clases medias bolivianas. “Habrá que exterminar estos pueblos originarios para poder trabajar”, resumía, en 2003, una comerciante de La Paz en los bloqueos indígenas, musculosos y repetidos.
Las referencias sobre los nazis o ustachas , rechazadas pero…
En Santa Cruz, capital de la agroindustria, donde una forma de servidumbre mucho tiempo subsistió, los estudiantes de la Unión juvenil cruceñista (UJC) dispersan a golpes de garrotes las manifestaciones de Indios cuyo “subdesarrollo” desprecian. Algunos militantes no reniegan el uso de la cruz gamada.
El mito de la supremacía blanca no es nuevo en el país: el nazi Klaus Barbie, refugiado en Bolivia en los años cincuenta, se había dicho “reconfortado” a su llegada por un desfile de “falangistas” bolivianos. Con antiguos SS, ayudará, veinte años más tarde, a los dictadores a reprimir la extrema izquierda.
Las referencias sobre el pasado nazi o ustachas de numerosos Croatas anti Tito que se habían refugiado en Bolivia, no se los menciona en sus discursos. Pero el dirigente de Santa Cruz, Branko Marinkovic, evoca la “sangre que debe derramarse” en la “guerra” contra el “comunista” indio Morales.
Michel TAILLE
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