"Difundir, avanzar y legitimar el consumo de la coca no es una violación a las convenciones internacionales sobre el tráfico de drogas y la lucha contra el crimen organizado", subrayó el funcionario suizo en una entrevista concedida al diario "La Prensa", de La Paz.
Ziegler encabeza una misión enviada a Bolivia para evaluar los esfuerzos que realiza el gobierno de Morales para garantizar el derecho a la alimentación de sus habitantes.
"Pienso que es el derecho normal de un Estado soberano favorecer el cultivo de esta planta", comentó Ziegler al rotativo paceño.
"Otra cosa sería si el Estado colaborara con narcotraficantes y no es el caso aquí", puntualizó.
El relator de Naciones Unidas recordó, además, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la hoja de coca tiene "cualidades terapéuticas" y que en Bolivia su consumo es "una costumbre social" arraigada en el país "desde hace mucho tiempo".
A su juicio, la legitimación de la planta impulsada por el gobierno de Morales "no perjudica" la candidatura de Bolivia a entrar a formar parte del Consejo Permanente de Derechos Humanos de la ONU porque con ello el país "no viola ninguna de las convenciones internacionales" de la organización.
La normativa en Bolivia autoriza una superficie máxima de 12.000 hectáreas de coca, pero el presidente Morales pretende incrementarla hasta 20.000, en el marco de su campaña para industrializar y dignificar los usos tradicionales de la hoja.
La campaña engloba, entre otras cosas, estudios sobre el mercado legal de la coca en el país y el posible uso de la hoja como medicamento vegetal e, incluso, proyectos de inclusión de la llamada "sagrada planta milenaria" en la nueva Constitución y el escudo oficial boliviano.
El gobierno estadounidense ha mostrado en numerosas ocasiones su rechazo al aumento de cultivos legales propuesto por Morales, con el argumento de que una mayor producción de coca generará más cocaína.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) anunció recientemente que, en el primer trimestre de este año, fueron confiscadas en Bolivia cuatro toneladas de cocaína, frente a las 2,7 decomisadas en el mismo período de 2006.
No obstante, la FELCN estima que las cuatro toneladas son un 40 por ciento de la cocaína producida en estos tres meses, por lo que calcula que entre enero y marzo salieron del país seis toneladas del estupefaciente.
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