MEDIO ORIENTEEmir Sader
Carta Maior (de Rebelión)Las palabras, hechas para designar las cosas, pueden perfectamente esconderlas. Si no fuese así, el enunciado de algo develaría su significado. Pero quien trabaja con palabras sabe de las trampas que pueden contener. Las palabras pueden prestarse a manipulaciones ideológicas. Vamos a abordar un caso muy significativo y difundido en los discursos contemporáneos, reproducidos usualmente por los medios de comunicación.
Un periodista holandés analiza la utilización de algunas palabras para referirse al conflicto entre Palestina e Israel, y cómo ellas revelan operaciones ideológicas que precisan ser descifradas. Joris Luyendijk usa ejemplos de la cobertura de ese conflicto para demostrar como la forma por la cual se denominan las cosas imprime inmediatamente un carácter a las noticias y al sentido mismo del conflicto.
¿Debemos usar "Israel", "entidad sionista", "Palestina ocupada? ¿"Intifada", "Holocausto", "lucha de Independencia?" ¿Los territorios son "cuestionados", u "ocupados?" ¿Deben ser "cedidos", o "devueltos"? ¿Se trata de una "concesión", si Israel llega a cumplir las resoluciones de los tratados internacionales que definen los territorios como ocupados, y por lo mismo, de obligatoria devolución?
No hay palabra neutra, dice Luyendijk. Y nos invita a un ejercicio de múltiple elección, frente a la noticia de una agencia internaciona
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