martes, enero 13, 2009

¡Niños de Gaza, escapen con los ángeles!


Suzanne Baroud
Countercurrents.org

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Esa falta de fe se hizo más grande con cada toque de queda, con cada ataque que provocaba la muerte de un nuevo mártir, con cada decapitación causada hace tantos años por los disparos de artillería en la plaza principal de una tarde soleada en Ramala. Pero fraguó el día en que tuve que decir a uno de mis estudiantes de quinto grado que el ejército israelí se había llevado a su hermano. Su expresión fue quedándose como sin vida, los hombros empezaron a temblarle hasta que acabó llorando junto a sus compañeros de clase.

Han pasado casi veinte años desde aquel día y ahora estoy casada en una familia de Gaza. Soy esposa y madre, hermana y tía de tantos pequeños que viven el horror en que se ha convertido Gaza. Cuando contemplamos las secuencias que se están filmando sobre la masacre israelí, me oigo a mí misma susurrando como si tuviera ante mí otro más de los niños martirizados: “Corre con los ángeles… escapa”. Después de tantos años, esta pesadilla viviente está promoviendo un ardiente deseo de creer de nuevo en la otra vida.

Enjaulados, muertos de hambre, destrozados, asfixiados. Están siendo degollados como ovejas, pero los dirigentes del mundo libre parece que no pueden encontrar ni un momento para hacer algún comentario sobre los hechos. De golf, de vacaciones, Obama, Bush, ni siquiera la Unión Europea; es que resulta que esos niños no son lo suficientemente importantes. Mis murmullos se han convertido en una especie de galope desesperado. Y me pongo a gritar a esos damnificados y destrozados pequeños cuerpos que aún no habían vivido lo suficiente la vida como para haberla perdido. El único consuelo a ofrecer es el respiro hallado en la muerte.