jueves, enero 01, 2009

Los misiles Qassam: una vil excusa que no engaña a nadie



Yvke (de Rebelión)

Un genocidio a sangre fría





El poder mortífero de los cohetes Qassam quedó demostrado este sábado, después del peor ataque israelí contra los palestinos en 40 años, cuando Hamas lanzó 20 de estos proyectiles y dejó un saldo de una ciudadana israelí asesinada. Una víctima civil israelí contra más de 230 civiles palestinos asesinados.

Esa desproporción no es sino evidencia de la desigualdad de fuerzas entre uno de los Ejércitos mejor equipados del mundo y un movimiento de resistencia palestino que se alimenta de la desesperación de los palestinos en los territorios ocupados, donde la muerte parece el único destino claro: mártir o víctima, esa es la única opción para los niños palestinos que viven todos los días bajo la bota militar israelí.

La cuestión no es si se justifica o no el terrorismo, nadie se confunda. La cuestión es, de nuevo, de proporciones. Equiparar los crímenes de Hamas con los del Estado de Israel es como comparar a los judíos partisanos que combatieron la ocupación nazi en Europa con el III Reich. Sencillamente inmoral, y criminal, porque hace igual a la víctima y al victimario.

Claro que disparar proyectiles explosivos, así sean de fabricación casera y alcance limitado, contra población civil viola todo el Derecho Internacional Humanitario y la IV Convención de Ginebra. Nadie dice que eso esté bien. El asunto es que hay gobiernos, como el de Israel, Estados Unidos y Canadá, que esgrimen eso como justificación de un bombardeo masivo contra una de las zonas más densamente pobladas del mundo.

Según el cartel mediático internacional, los niños, las mujeres y los civiles que vimos tendidos en las calles, o con el cuerpo destrozado, son peligrosos “terroristas islámicos”. Pero sí nos hablaron con detalle de la mujer israelí que murió víctima del misil Qassam lanzado por Hamas.