Lo que el humo no deja ver … de los incendios rurales
Escrito por Leila Cortez (*) CIPCANotas 208
Cuando pasa el humo olvidamos que estuvo con nosotros y que hasta hace poco nos tuvo preocupados por los incendios forestales, que yo prefiero llamarlos incendios rurales.
Las autoridades han colocado en lo público esta contingencia desde diversas perspectivas. En lo que sí han coincidido los prefectos de la oposición –en cuyas zonas el problema ha alcanzado niveles alarmantes- y las autoridades de gobierno, ha sido en apuntar como origen de los incendios a los chaqueos.
Cabe preguntarse entonces quiénes son esos chaqueadores, esos culpables de tanto mal al medio ambiente, a los recursos naturales, a los bosques, a la biodiversidad, al ganado y especialmente a la salud de las personas.
La lista está compuesta por indígenas, campesinos, ganaderos y agroindustriales. ¿Cómo actúan todos ellos? La siembra empieza más o menos en octubre, para entonces los terrenos deben estar aptos, por eso, entre agosto y septiembre “chaquean”, justo los mismos meses de seca y fuertes vientos.
Pero hilemos más fino y particularicemos cada caso. Indígenas y campesinos chaquean, es decir, tumban árboles (más o menos en mayo, junio) y queman (agosto y septiembre) sus áreas donde pretenden cultivar, al final de cuentas con esta actividad aseguran la supervivencia de sus familias. Es que el chaqueo es la técnica más barata para habilitar terrenos para la siembra; es difícil determinar en qué extensiones lo hacen, pues unos años habilitan una parte de su parcela, otros años habilitan otra en mayor extensión, en fin. Pero un dato que nos puede dar idea de hasta cuánto chaquean son sus límites de producción, por lo menos en el casos de los pequeños productores. Por lo general cuentan con mano de obra familiar y pocos recursos para la compra y uso de agroquímicos. La experiencia de CIPCA -que trabaja impulsando la economía de las familias campesinas e indígenas en varias regiones del país, a partir de su propuesta basada en los sistemas agroforestales que no incorpora la práctica de las quemas- señala que la agricultura campesina indígena, chaquea alrededor de 3 hectáreas.
¡Pero se habla de cientos de hectáreas quemadas!
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