martes, noviembre 03, 2009

Derrota bien merecida de la derecha boliviana en diciembre

La derecha cavernaria


Fue el escritor libertario y anti norteamericano de origen colombiano Don José María Vargas Vila que a finales del siglo 19 y comienzos del 20 en su larga y dilatada obra literaria, entre las que escribió La República Romana y refiriéndose a lo que significa la derrota y ocaso de los imperios dijo “No hay peor derrota que la que uno se merece”. Salvando la gran distancia entre lo que significó ese imperio y las andanzas de esta derecha criolla fiel servidora por extracción y condición de los intereses del capitalismo internacional, sólo me sirvo de dicha sentencia del ahora olvidado e incansable latinoamericano de las letras y la acción, para vaticinar que la derrota que sufrirá la derecha boliviana en las próximas elecciones de diciembre, “se la tiene más que merecida”.

Nos adelantamos a sostener que Evo Morales a la cabeza del pueblo mayoritario de Bolivia, nuevamente dará una lección de solidez política y convicción cierta de querer transitar hacia un nuevo sistema de equidad con justicia social al derrotar a la derecha boliviana en sus diferentes candidaturas este 6 de diciembre, no sólo sustentados en las encuestas interesadas de las transnacionales de la comunicación que pretenden incidir en el estado de animo de los votantes a ir jugando con las cifras y dando la sensación mentirosa de que los candidatos ya perdedores de la derecha van subiendo en las encuestas, tratando de dar esperanzas a sus votantes que se encuentran desanimados ante el empuje arrollador de la candidatura del cambio.

No otra cosa es el desbande que ha comenzado en la ciudad de Santa Cruz, cuna del conservadurismo más cavernario de los grupos de choque que hoy cierran filas a favor de la candidatura ganadora, amen de algunos empresarios que dicen “apoyar el cambio”, que ahora aducen ante su derrota que comprenden que “Evo está haciendo buen gobierno”, sólo el tiempo dirá si es una táctica de la derecha ante la inminencia de su derrota para mañana pasar su factura al proceso.

Así mismo la derecha menos cavernaria en el departamento de Tarija, un connotado senador furibundo opositor al proceso de cambio, aparece a lado del candidato Evo Morrales levantando manos en alto en son de reconocimiento de que en Bolivia hay cambios.

La derecha boliviana sabe que ya no le queda tiempo para fabricar mentiras ni matrices de opinión apoyados por los gringos, para tratar de desestabilizar el proceso electoral, pues ya no tienen credibilidad en el pueblo y sólo les queda el recurso de ir a las elecciones y tratar de amortiguar su rotunda derrota y esperar otra oportunidad el próximo 4 de abril del 2010 cuando se deben realizar elecciones de nuevos Gobernadores, alcaldes y consejeros en los nueve Departamentos del País.

Los trabajadores, campesinos los pueblos en general durante la larga historia de sus luchas por mejores condiciones de vida y por creer en sus principios políticos han sufrido innumerables derrotas unas más aciagas que otras, pero fueron derrotas inmerecidas en luchas desiguales contra una clase: la burguesía capitalista y su brazo armado el fascismo, como expresión genuina del imperialismo norteamericano, derrotas inmerecidas por que es una lucha por la vida, por la igualdad, por el derecho a la autodeterminación y soberanía de los pueblos dentro del sistema que así convenga a sus intereses.

En cambio la derrota que recibirá la derecha boliviana y las derechas en América Latina, sin lugar a dudas es y será una derrota merecida, por que cada día que pasa se le esta acabando el cuarto de hora que le dio la historia de la humanidad y que al no tener la capacidad de solucionar los problemas de los seres del planeta, por el contrario los agudizaron al grado de poner en riesgo la especie humana y el planeta. Por eso y mucho más, todas las derrotas que le propinen los pueblos en la forma que sea, se la tienen bien merecida.

José Justiniano Lijerón es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.