La República multirracial de Bolivia, sin seguir las recetas del Fondo para enfrentar la actual crisis económica internacional surgida en Estados Unidos, logrará en el 2009 uno de los más mayores crecimientos del Producto Interno Bruto (PIB) en la región.
El subdirector para el Hemisferio Occidental del FMI, Gilbert Terrier, se vio obligado a reconocer que “la escasa exposición del país a las corrientes financieras mundiales y las políticas macroeconómicas del gobierno suavizaron el impacto de la crisis internacional y permitirán que la economía de Bolivia crezca 3,2 %, uno de los niveles más altos y con la tasa de inflación más baja”.
Las declaraciones de Terrier, que llegó a La Paz para presentar las perspectivas económicas de la región, se contradicen con todo el historial de la organización financiera que representa, la cual siempre ha sacrificado las políticas de apoyo sociales en aras de un crecimiento económico que ha beneficiado a las clases pudientes y ricas, es decir, la rancia tesis del sistema capitalista.
Terrier, que al hablar parecía un integrante de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) en vez de un funcionario del FMI, agregó que “la política social del gobierno boliviano es algo positivo e importante para la sostenibilidad del modelo económico”
Resulta verdaderamente sintomático que el Fondo presentara por primera vez en Bolivia su informe anual pese a que esta nación desde 2006 conduce independientemente su economía desligada de los asesoramientos y presiones del FMI, organización con la cual mantiene grandes diferencias.
En este sentido, el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce, aseguró que su país, a contrapelo de lo que aconseja el FMI, seguirá con la política de estímulo económico desde el Estado porque ello le está permitiendo mejores resultados en la lucha contra la pobreza y la distribución de ingresos.
Asimismo, rechazó las recetas del FMI de retirar los estímulos fiscales al consumo, esgrimidas por Terrier, y significó que en el caso boliviano la presencia del Estado en la economía no es un coyuntural, sino que data de tres años antes de la crisis, cuando Morales llegó al poder, rehusó renovar el programa de asistencia con el Fondo y desarrolló un nuevo modelo a partir de la nacionalización petrolera.
Debido a esa política, Bolivia pudo realizar una redistribución equitativa de los ingresos, enfrentó con éxito la crisis, mejoró la situación de la milenaria pobreza de su población e impidió que las transnacionales continuaran llevándose las riquezas producidas por la minería y el gas, sus principales rubros de exportación.
Para incrementar en 2015 la producción de gas natural en 5 000 000 de metros cúbicos diarios, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y las empresas que operan en el país suramericano invertirán 5 333 millones de dólares en tareas de exploración.
Bolivia cuenta en la actualidad con reservas internacionales evaluadas en 8 500 millones de dólares, suficientes para cubrir 16 meses de importaciones, cifras que nunca se lograron con anteriores gobiernos.
Pero los logros fundamentales del desarrollo progresivo en el país andino han redundado directamente a favor de las amplias capas de la población que durante decenas de años han estado olvidadas por los diferentes gobiernos.
Con la llegada de Evo Morales al poder se crearon más de 15 nuevas empresas pequeñas y medianas que han dado empleo a miles de habitantes, además de que el gobierno ha otorgado aumentos salariales del 5 y 6 % anuales a partir de 2005.
La educación fue llevada a todos los confines del país y con el método cubano Yo Sí Puedo y la colaboración de esa Isla y de Venezuela, Bolivia alfabetizó a más de 1 500 000 iletrados y el 20 de diciembre de 2008 la UNESCO declaró a esa nación libre de analfabetismo.
Ahora se realiza un nuevo programa que permitirá a un millón de personas continuar sus estudios para que en el 2010 alcancen el quinto grado.
La deserción escolar se ha reducido con la entrega de 200 pesos bolivianos (unos 28 dólares) a niños que estudian hasta el octavo grado en escuelas públicas.
Solo en ese proyecto el gobierno invertirá este año 51 millones de dólares al entregar 1 800 000 bonos en la operación denominada Juanito Pinto, la cual también ayuda a disminuir la pobreza familiar.
El bono lleva el nombre del niño héroe boliviano que murió combatiendo en la Batalla del Alto de la Alianza, en la Guerra del Pacífico, que enfrentó a Bolivia con Chile a finales del siglo XIX.
Desde el 2005 se lleva adelante los programas de salud gratuita a todo el pueblo, se han construido numerosos hospitales y policlínicos a lo largo y ancho del país y miles de bolivianos han sido operados de enfermedades oculares mediante la Operación Milagro con ayuda cubana y venezolana.
Parodiando un viejo refrán, los logros alcanzados en solo tres años por el gobierno de Evo Morales hasta un ciego los puede ver. Por eso el FMI ha tenido que reconocerlos.
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