miércoles, agosto 20, 2008

Dos tercios de soberanía


Antonio Peredo Leigue

Un referendo revocatorio define causas, razones y efectos. Fue siempre una demanda de los pueblos como práctica necesaria de un proceso democrático. En Bolivia no se había propuesto -y menos ejecutado-, hasta el pasado domingo 10 de agosto. Los bolivianos y bolivianas con derecho a votar, le dijeron al Presidente: Sí Evo, continúa con el programa de cambio. La derecha, arrinconada en sus pocos reductos, reaccionó como fiera herida lanzando insultos y, poco después, cometiendo desmanes que pueden y deben ser castigados.

¿Cómo se llegó a esta consulta inédita en la historia de Bolivia? Paradojalmente, se origina en los peligrosos desbordes con que los grupos de poder intentan debilitar a este gobierno. Es que, Evo Morales, les está quitando, una a una, las prebendas que se adjudicaron, sin importarles que el pueblo muriese de hambre o alquilara como esclavo en cualquier otro país.

El desprecio hacia el indio -que constituye el 70% de la población boliviana- se convirtió en odio, y éste se expresó en violencia, desde el momento en que Evo Morales asumió la presidencia del país. Amenazas contra la nacionalización de hidrocarburos, obstáculos y trampas en el proceso de la Asamblea Constituyente, insolencia y desafío en la proclamación de autonomías apócrifas. No pudiendo debilitar al movimiento popular y su conductor, han desatado una ola de violencia que se prolonga un año, en medio de la cual retan a poner el mandato presidencial a consideración del pueblo.


Revocatorio para pacificar