La derecha boliviana está aplicando un nuevo libreto para golpear al gobierno de Evo. Como no pudo ganar en cancha ahora ataca al árbitro, como no tiene equipo ni buenos jugadores se mete a los sindicatos e inclusive a algunos niveles de entidades gubernamentales con el pretexto de que apoya “el cambio”. Para muestra basta un botón.
En Sucre, aquellos que persiguieron, golpearon, escupieron y humillaron a los campesinos, ahora están deseperados por aparecer junto al gobernador masista Esteban Urquizu.
Entre esos está un diputado del desparecido Podemos, un esposo de una histérica y famosa parlamentaria manfredista y tutista, un ex prefecto adenista y el hijo de un edil preso. Con la filosofía de ser tolerantes, abiertos, democráticos y pluralistas, en algunos niveles del MAS se admitió a supuestos “ex” opositores. Los casos abundan.
Se está a tiempo de reconducir las cosas. Conquistar el gobierno para el pueblo, costó mucho. Y no está bien abrir las puertas de par en par a los que ayer hicieron gemir a los humildes. No se trata de excluir sino de no ser ingenuos ante los infiltrados. Los lobos disfrazados de mansas ovejas empezaron a actuar con un nuevo libreto y una planificada estrategia.
El paro indefinido convocado por la COB, la distribución de escaños, los líos en Caranavi, la reaparición de un comprobado paramilitar en las reuniones de la COB, un sector fabril asesorado por ex abogados de los italianos de la otrora capitalizada ENTEL y las archiconocidas declaraciones de trotskistas capos para hablar pero incapaces para ganar elecciones, son parte de esa conspiración.
No se trata de descubrir la pólvora. Simplemente hay que tener memoria. La extrema izquierda siempre beneficia a la derecha. En tiempos de la Unión Democrática y Popular (UDP), varios sindicatos y partidos de izquierda le hicieron la vida imposible al presidente Hernán Siles Suazo hasta derrotarlo.
De esa manera algunos líderes sindicales le tendieron la alfombra a la derecha. Los neoliberales volvieron con paso de parada y durante 20 años saquearon las riquezas del país, privatizaron, rifaron nuestras empresas, hicieron hambrear a la gente, masacraron, apresaron, declararon estado de sitio.
Hoy, los tutos, los samueles, los manfred, los gonis, los Sánchez Berazín, los gringos de la Embajada, no están físicamente en el país pero operan desde la oscuridad usando a tontos útiles con el pretexto de un incremento salarial justo.
Los medios de comunicación de la derecha ahora dan gran cobertura a los sindicalistas y al tema del salario cuando en sus empresas hay sueldos miserables, no hay seguro de salud, tiene esclavos y, en muchos casos no se permiten la sindicalización.
Los “analistas” a sueldo de los canales de tv y radios de los oligarcas derrotados en elecciones, califican de insensible al gobierno por no querer incrementar más del 5%. No faltan comentaristas ligeros que hablan del fin de la “luna de miel” entre el gobierno y los movimientos sociales.
El ex vicepresidente de Goni, Victor Hugo Cárdenas -que no tuvo los pantalones para presentarse en elecciones- reapareció en escena y criticó la política económica de Evo.
Doria Medina es dueño de la Burguer King en Bolivia, la empresa que no compra papas a los bolivianos sino a los extranjeros; y también es conocido como el “Barón del Cemento” porque es propietario de casi el 95% de las cementeras del país.
Me pregunto: ¿Doria Medina pagará salarios justos a sus obreros? ¿Será capaz de bajar el precio del cemento? ¿Podrá compartir su inmensa riqueza con los pobres?
Entonces: ¿Qué moral tienen estos neoliberales para hablar de justicia? ¿Cómo es posible que algunos sindicalistas estén codo a codo con los lobos disfrazados de ovejas?
En Santa Cruz el Comité Cívico dirigido por el empresario de pollos crecidos a la fuerza, Luís Núñez, se atrevió a criticar al gobierno por no querer incrementar más del 5% pero no le dice nada a su amigo el gobernador electo Rubén Costas quien prometió, hace más de un año, un salario mínimo de 1.000 bolivianos y hasta ahora no cumple.
El colmo de los colmos. Los cívicos cruceños –que son elegidos por una élite y no por la gente- crearon un grupo de “damas de blanco” imitando a las señoras cubanas.
Esas blancas y perfumadas señoras cruceñas, muy católicas, con rosario en mano, son las mismas que insultaron a collas y dejaron golpear a campesinas que se atrevieron a pisar la plaza central de Santa Cruz.
Las inmaculadas damas de buena presencia, anuncian que una vez a la semana irán a la puerta de la catedral del Cardenal (que hace mucho tiempo se sienta en la mesa de los patrones y no de los obreros) para denunciar al gobierno que persigue opositores.
Los únicos “perseguidos” son políticos corruptos, racistas, separatistas y terroristas que tienen cuentas pendientes con el pueblo y con la ley.
La derecha metida, ahora, en algunos sindicatos, ayer levantaba las banderas de “capitalía”, “dos tercios”, “nuevo padrón”, hoy tiene la bandera de “salario justo”.
Por supuesto que el gobierno tiene que aumentar salarios, mejorar las condiciones de vida, lograr mejor servicio de salud y educación, más fuentes de empleo, más desarrollo, más vida y menos muerte, más alegría y menos tristeza, menos tecnócratas y más autoridades con corazón y con inteligencia.
Pero los neoliberales no tienen moral para elevar la voz porque por su culpa los pobres estuvieron pisoteados durante mucho tiempo y hoy no sólo renace la esperanza sino se está construyendo una auténtica dignidad de ser humano.