El fracaso del golpe de estado de Venezuela en 2002 abrió los ojos a los Estados Unidos: ya no iba a ser tan sencillo poner y quitar gobiernos en Sudamérica de acuerdo con sus intereses económicos. La violencia y el estrangulamiento económico, como afirma Chomsky, habían sido las dos herramientas que durante el siglo XX permitieron a EEUU mantener el control de la región, ubicando a gobiernos títeres despóticos que cumplían sus dictados sumisamente.
Sin embargo, el nuevo siglo trajo nuevos bríos a Latinoamérica y a sus gentes, permitiendo el renacer del orgullo soberano y plantar cara a las injerencias de los intereses del Norte en su desarrollo. Así, Chávez y Morales han conseguido mantenerse en el poder con masivo respaldo popular pese al acoso mediático y económico externo.
¿Pero ha tirado la toalla Estados Unidos? Chomsky afirma que no. Al contrario, la escalada militar norteamericana en sus bases del Sur no ha hecho sino crecer, de modo que tiene más personal militar que civil en el subcontinente por primera vez desde la Guerra Fría. Prueba de ello es el acuerdo alcanzado con Colombia para la instalación de más bases militares en su territorio. ¿Para qué quiere Estados Unidos tener más presencia militar en el corazón de Sudamérica?
Asimismo, Chomsky revela que el control de las actividades militares allí ha sido desplazado del Departamento de Estado, sometido a las decisiones del Congreso, al Pentágono. De este modo las garantías democráticas y el sometimiento a la legislación desaparecen y el secreto y la arbitrariedad castrense se imponen.
Y hay mucho más en los poco más de ocho minutos de charla de Chomsky. Mucho más que en horas y horas de los discursos de papagayo de nuestros políticos.