Idón Moisés Chivi Vargas
Bolivia inicia el 22 de enero del 2010, el año por la Madre Tierra, de eso no hay duda en el país, el continente y el mundo.
Pero a su vez, inicia también el año cinco de la descolonización de los modelos normativos, diseños institucionales y proyectos de vida.
Nuestros mayores marcaron el camino y los senderos posibles, desde el momento mismo de iniciado el colonialismo, su lucha anticolonial es hoy la lucha por la Madre Tierra...
Llegar a este tiempo, no fue nada fácil, al contrario, la derecha tradicional y esclerótica ha demostrado con creces hasta donde es capaz de llegar en defensa de sus intereses económicos y políticos, despreciando al país, contratando terroristas, pasando por el asesinato, ofertando candidatos impresentables y huyendo de la justicia.
Llegar a este tiempo fue un proceso complejo, políticamente acelerado y lleno de baches en la gestión pública, pero a la vez, se comprendió también cómo el neoliberalismo –versión superada del colonialismo interno- funciona en la arquitectura institucional, en sus prácticas internas y hábitos sociales.
Se dio cuenta, de una vez por todas, que la defensa universal de la Madre Tierra, es el planteamiento político que concentra la lucha anticolonial del siglo XXI.
¿Cómo debe expresarse esto en: a) los modelos normativos; b) diseños institucionales; y c) los proyectos de vida?
Ésta, me parece, es la pregunta que debe responderse a lo largo del desarrollo normativo (legislativo), las políticas públicas (ejecutivo) y la construcción de una nueva ciudadanía política solidaria y comprometida con la dignidad de las personas y pueblos pero -y esto es fundamental-, la dignidad de la Madre Tierra, la dignidad de la Pachamama.
Este es el lugar donde las recetas, -al igual que ocurre con la descolonización-, no existen, todo deber ser pensado desde otra perspectiva, todo debe pensarse desde un mapa anticolonial y anticapitalista. Realizar -al igual que los cartógrafos- una visión de mundo y dentro de ello una visión de país, y a la inversa, desde una visión de país una perspectiva de mundo, en este segundo escenario no hay mejor ejemplo que la lucha por la Madre Tierra en el seno mismo de las Naciones Unidas.
Pero, ¿cómo hacemos que la visión de mundo, asentado en la defensa de la Madre Tierra, se convierta en políticas públicas, diseños legales y proyectos de vida de nivel nacional?, este parece ser el gran problema donde la descolonización y el anticapitalismo medirán sus fuerzas en contra del neoliberalismo travestido al interior del nuevo campo político.
Y será una lucha donde el Estado (legislativo, ejecutivo, judicial y electoral) deben probar su capacidad política, probar en la lucha el desafío de Descolonizar el Estado desde el Estado, como lo ha señalado el Presidente Evo Morales…
Esa inmensa maquinaria a la cual hace referencia Álvaro García Linera, encuentra en la Constitución Política sus tareas esenciales, inevitables para construcción de una sociedad equitativa e igualitaria (Arts. 8 y 9) y que constituyen el núcleo prescriptivo de base para cualquier modelo de desarrollo normativo, el núcleo que no admite interpretaciones minimalistas o razonabilistas, sino mas bien ampliatorias y/o progresivas.
Se adviene así una “nueva cultura del trabajo y con ello una nueva conciencia política” de estos órganos del poder publico, una nueva cultura donde la dignidad de la Madre Tierra, las personas y los pueblos, parten del cumplimiento estricto de la Constitución Política Plurinacional en esos dos artículos: el ocho y el nueve…
Sin duda, que la Madre Tierra tiene enemigos en el frente, lo de Chile es un claro mensaje del capitalismo salvaje, la ocupación militar de Haití por el ejército de los EE.UU., con el pretexto de ayuda humanitaria no es una casualidad, ni las bases militares en Colombia, o la democracia escamoteada en Honduras…
Bolivia ha iniciado una campaña mundial por la vida, por la Madre Tierra, y ello es una responsabilidad inmensa ante el mundo, de cómo se toman acciones en el nivel local y que ejemplos se pueden dar al mundo dependerá la sostenibilidad de la propuesta y su capacidad de contar con aliados permanentes, de personas, pueblos y naciones.
Y ello solo es posible convirtiendo la descolonización en un debate profundo sobre el “colonialismo interno” en la elaboración de modelos de construcción normativa, en los diseños institucionales y los proyectos de vida
Colonialismo interno y lucha anticolonial no son -como se cree-, debate de historiadores sino cuestiones de estado, de un Estado en proceso de Descolonización.
Bolivia esta viviendo su propio Pachakuti…
Pero a su vez, inicia también el año cinco de la descolonización de los modelos normativos, diseños institucionales y proyectos de vida.
Nuestros mayores marcaron el camino y los senderos posibles, desde el momento mismo de iniciado el colonialismo, su lucha anticolonial es hoy la lucha por la Madre Tierra...
Llegar a este tiempo, no fue nada fácil, al contrario, la derecha tradicional y esclerótica ha demostrado con creces hasta donde es capaz de llegar en defensa de sus intereses económicos y políticos, despreciando al país, contratando terroristas, pasando por el asesinato, ofertando candidatos impresentables y huyendo de la justicia.
Llegar a este tiempo fue un proceso complejo, políticamente acelerado y lleno de baches en la gestión pública, pero a la vez, se comprendió también cómo el neoliberalismo –versión superada del colonialismo interno- funciona en la arquitectura institucional, en sus prácticas internas y hábitos sociales.
Se dio cuenta, de una vez por todas, que la defensa universal de la Madre Tierra, es el planteamiento político que concentra la lucha anticolonial del siglo XXI.
¿Cómo debe expresarse esto en: a) los modelos normativos; b) diseños institucionales; y c) los proyectos de vida?
Ésta, me parece, es la pregunta que debe responderse a lo largo del desarrollo normativo (legislativo), las políticas públicas (ejecutivo) y la construcción de una nueva ciudadanía política solidaria y comprometida con la dignidad de las personas y pueblos pero -y esto es fundamental-, la dignidad de la Madre Tierra, la dignidad de la Pachamama.
Este es el lugar donde las recetas, -al igual que ocurre con la descolonización-, no existen, todo deber ser pensado desde otra perspectiva, todo debe pensarse desde un mapa anticolonial y anticapitalista. Realizar -al igual que los cartógrafos- una visión de mundo y dentro de ello una visión de país, y a la inversa, desde una visión de país una perspectiva de mundo, en este segundo escenario no hay mejor ejemplo que la lucha por la Madre Tierra en el seno mismo de las Naciones Unidas.
Pero, ¿cómo hacemos que la visión de mundo, asentado en la defensa de la Madre Tierra, se convierta en políticas públicas, diseños legales y proyectos de vida de nivel nacional?, este parece ser el gran problema donde la descolonización y el anticapitalismo medirán sus fuerzas en contra del neoliberalismo travestido al interior del nuevo campo político.
Y será una lucha donde el Estado (legislativo, ejecutivo, judicial y electoral) deben probar su capacidad política, probar en la lucha el desafío de Descolonizar el Estado desde el Estado, como lo ha señalado el Presidente Evo Morales…
Esa inmensa maquinaria a la cual hace referencia Álvaro García Linera, encuentra en la Constitución Política sus tareas esenciales, inevitables para construcción de una sociedad equitativa e igualitaria (Arts. 8 y 9) y que constituyen el núcleo prescriptivo de base para cualquier modelo de desarrollo normativo, el núcleo que no admite interpretaciones minimalistas o razonabilistas, sino mas bien ampliatorias y/o progresivas.
Se adviene así una “nueva cultura del trabajo y con ello una nueva conciencia política” de estos órganos del poder publico, una nueva cultura donde la dignidad de la Madre Tierra, las personas y los pueblos, parten del cumplimiento estricto de la Constitución Política Plurinacional en esos dos artículos: el ocho y el nueve…
Sin duda, que la Madre Tierra tiene enemigos en el frente, lo de Chile es un claro mensaje del capitalismo salvaje, la ocupación militar de Haití por el ejército de los EE.UU., con el pretexto de ayuda humanitaria no es una casualidad, ni las bases militares en Colombia, o la democracia escamoteada en Honduras…
Bolivia ha iniciado una campaña mundial por la vida, por la Madre Tierra, y ello es una responsabilidad inmensa ante el mundo, de cómo se toman acciones en el nivel local y que ejemplos se pueden dar al mundo dependerá la sostenibilidad de la propuesta y su capacidad de contar con aliados permanentes, de personas, pueblos y naciones.
Y ello solo es posible convirtiendo la descolonización en un debate profundo sobre el “colonialismo interno” en la elaboración de modelos de construcción normativa, en los diseños institucionales y los proyectos de vida
Colonialismo interno y lucha anticolonial no son -como se cree-, debate de historiadores sino cuestiones de estado, de un Estado en proceso de Descolonización.
Bolivia esta viviendo su propio Pachakuti…
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.