Buenos Aires, 21 nov (Tomado por la ABI de Página 12).- El ex presidente del Senado boliviano, el opositor José Villavicencio, se pasea ante la cámara a los gritos. “Si Evo quiere sangre, va a haber sangre”, arengaba, mientras de fondo una turba corría a tiros a un grupo de indígenas.
Las imágenes se suceden como si fuera un documental, mientras el auditorio en la Cancillería argentina observa en el silencio más absoluto. Una mujer indígena relata la masacre de Pando mirando directamente a la cámara. Con los ojos nublados por las lágrimas recordó cómo un grupo de “hombres de la ciudad” quemó viva a una de sus compañeras el 11 de septiembre pasado. Al lado del cuerpo calcinado, el bebé de la mujer lloraba histérico –relató–. Envalentonados por los gritos y el descontrol, lo agarraron de las piernitas, lo sacudieron y, como no podían callarlo, le dispararon en la cabeza. “Esto ha sido una masacre. No aceptamos la tesis de un enfrentamiento”, concluyó horas después en diálogo con Página 12 de Argentina, Rodolfo Mattarollo, el abogado y ex funcionario argentino que encabeza la comisión del Unasur que investiga la masacre, en la que murieron al menos 20 indígenas. Aún se desconoce el número de desaparecidos.
Las imágenes se suceden como si fuera un documental, mientras el auditorio en la Cancillería argentina observa en el silencio más absoluto. Una mujer indígena relata la masacre de Pando mirando directamente a la cámara. Con los ojos nublados por las lágrimas recordó cómo un grupo de “hombres de la ciudad” quemó viva a una de sus compañeras el 11 de septiembre pasado. Al lado del cuerpo calcinado, el bebé de la mujer lloraba histérico –relató–. Envalentonados por los gritos y el descontrol, lo agarraron de las piernitas, lo sacudieron y, como no podían callarlo, le dispararon en la cabeza. “Esto ha sido una masacre. No aceptamos la tesis de un enfrentamiento”, concluyó horas después en diálogo con Página 12 de Argentina, Rodolfo Mattarollo, el abogado y ex funcionario argentino que encabeza la comisión del Unasur que investiga la masacre, en la que murieron al menos 20 indígenas. Aún se desconoce el número de desaparecidos.