Obama al frente de un imperialismo pentagonizado, decadente y en crisis
(parte I) Por Narciso Isa Conde
¡Cierto!
Barak Obama es un mulato orgulloso de serlo, que para el racismo estadounidense equivale a negro, y su victoria electoral le imprime una importante derrota a la cultura dominante en esa sociedad.
¡Cierto!
Obama, por más que se haya enriquecido con el éxito de sus libros y otras fuentes de ingresos, no proviene del “establecimiento” tradicional de esa sociedad.
¡Cierto!
Obama es un tipo meritorio, inteligentísimo, ilustrado, carismático, aprovechador de buenas oportunidades; con una gran capacidad oratoria, joven, seductor, sagaz y, al parecer, firme en sus convicciones relacionadas con la necesidad de un cambio en el rumbo de la gestión política-estatal de la sociedad estadounidense.
Pero esa no es toda la verdad sobre el caso.