COMUNIDAD DE INVESTIGADORES ANTIIMPERIALISTAS
El voraz incendio en el Amazonas en Brasil, que arde desde el 10 de agosto, ha sido premeditado ya que de acuerdo a investigadores, hubo inicios del fuego en forma simultánea en distintos lugares.
Mientras, el presidente Jair Bolsonaro
no sólo no ha dado los pasos necesarios para controlar la situación,
sino que utilizó esta tragedia para acusar a los ambientalistas, a las
Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) y especialmente desató su odio
contra las poblaciones indígenas, que han sido atacadas brutalmente por
el mandatario, y amenazadas de ‘aniquilación’.
Desde que asumió el poder ya había
declarado su proyecto de convertir a la Amazonia en una especie de gran
emporio de transnacionales. El devastador incendio es una acción
depredatoria de alto nivel, y como señalan los expertos: los incendios
siempre son producto de la acción del hombre ya sea accidental o
premeditadamente.
Nadie desconoce los ambiciosos planes
elaborados por el poder hegemónico para apoderarse de la Amazonia, que
figuraba en libros de estudios de Estados Unidos, como territorios bajo
su control, para la ‘preservación’ del medio ambiente.
Además se conoce el accionar de muchas
ONGs, dependientes de las Fundaciones de todo tipo que utilizan el poder
hegemónico para sus diversas formas de guerras contrainsurgentes, que
se aplican contra nuestros países y que han invadido y se han extendido
silenciosamente a lo largo y ancho de América Latina.
En estos tiempos los incendios están
bajo sospechas, especialmente a partir de la detención en Chile del
soldado israelí Rotem Singer -en supuestas vacaciones- como autor del
siniestro en el Parque Nacional de Torres del Paine, reserva de la
biosfera en la Patagonia chilena, en 2012, donde el fuego quemó unas 17
mil hectáreas.
Singer llegó a un acuerdo para evitar el
juicio mediante el pago de 10 mil dólares (unos siete mil 530 euros) y
ayuda en una campaña de reforestación. Y firmó trabajar ‘como voluntario
entre uno y dos años para la ONG mundial ‘Keren Kayemet LeIsrael’,
especialista en reforestación y que tiene una delegación en Chile. Los
lobos cuidando a las ovejas.
Los incendios en Chile y Argentina han
sido investigados, pero en general se ocultó la información a la
población, a pesar de haberse determinado que habían sido iniciados por
manos siniestras, lo cual es terrorismo ambiental.
En el caso de Brasil se conoce desde
hace tiempo la ambición desmedida de las grandes transnacionales, uno de
cuyos modelos de depredación se llama Monsanto, que lamentablemente ha
ingresado en nuestros territorios utilizando la corrupción y las
diversas armas del poder imperial…
Que Bolsonaro sostenga que su país no
tiene lo necesario para hacer frente a esta situación, resulta
increíble. ‘El Amazonas es más grande que Europa, ¿cómo van a controlar
los incendios en esta área?’, dijo al confesar públicamente que el
Ministerio de Justicia no tiene personal suficiente para investigar cómo
comenzaron los incendios.
Sin embargo sostuvo que estos incendios
podrían haber sido provocados por la oposición a su gobierno y que
muchas de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) habían dejado de
recibir dinero de Alemania y Noruega y ‘como están desempleados quieren
derrotarme’.
Otra de sus hipótesis es que pueden ser
‘los agricultores o los indios’ y también aludió a los ganaderos,
quienes conforman grupos de elite de la derecha que lo apoyan.
Mientras esto sucede con el presidente,
tanto sus funcionarios como los medios de comunicación masivos han
silenciado durante demasiado tiempo la tragedia, lo cual también es otra
forma de terrorismo ambiental, que los hace cómplices de este nuevo
crimen contra la naturaleza y miles de pueblos originarios, cuya casa es
esa selva inmensa y viva.
Existen fuertes sospechas de que la
supuesta indiferencia de Bolsonaro ante la situación en la Amazonia es
parte de sus planes de ‘limpieza’ de esa región sobre la ‘necesidad de
aniquilar’ a las comunidades indígenas -como también a la población
negra, a los pobres, a los homosexuales, a los comunistas y la lista es
larga.
Y nada mejor que el fuego depredador y
‘purificador’, según sus preceptos ‘evangélicos’, para cumplir con sus
compromisos, especialmente con el presidente de Estados Unidos y el
primer ministro de Israel, Donald Trump y Benjamín Netanyahu, este
último el gran convidado de piedra que tiene un poder enorme sobre el
mandatario de Brasil.
Pretender acusar a los pobladores
indígenas, a los que está persiguiendo desde su llegada al poder,
refiriéndose a ellos en términos insultantes y racistas de otros siglos,
es otra evidencia de su política de sembrador de odio que lo une muy
cercanamente a sus mejores y poderosos amigos.
Los pueblos originarios amazónicos son
los mejores cuidadores de sus tierras y la naturaleza. Incluso en los
estudios se ha comprobado que sólo toman lo necesario de esa naturaleza,
que es lo que les asegura su existencia y supervivencia.
Los discursos de mujeres dirigentes
indígenas en el Congreso de Brasil han sido contundentes, desesperados, y
muy claros en cuanto a la amenaza que se viene contra ellos por el
ingreso de las grandes mineras y otras empresas y planes que terminarán
acabando con sus vidas y con el llamado pulmón del mundo.
La reacción de dirigentes mundiales
muestra, a su vez, el inmenso egoísmo de sus planteos, porque sólo
hablan del daño que esta destrucción provoca para sus países, y en
ningún momento se los escucha referirse a las miles de víctimas: seres
vivos, hombres, animales, pájaros, que aseguran la biodiversidad.
El silencio sólo se rompió ante la
presión del mundo y la respuesta de Bolsonaro, presidente de una
potencia mundial, tratando de explicar que no tiene los medios para
enfrentarse a esto, mientras en Bolivia el presidente Evo Morales está
dando un ejemplo de lo que significa un mandatario que ama a sus
pueblos, a su territorio, a sus vecinos.
Ante el primer incendio en la zona
amazónica boliviana nombró de inmediato un Comité de Crisis, puso a
trabajar a todo aquello de que dispone su país como helicópteros,
aviones, además de alquilar la aeronave más grande del mundo que se
utiliza para apagar los grandes incendios y toda la población está en
pie solidario.
Son dos respuestas que evidencian las
enorme diferencias entre un personaje, cuyo discurso violento, xenófobo,
racista y por cierto criminal representando a la ultraderecha regional,
al capitalismo rampante y brutal de este siglo que intenta asolar al
continente bajo el mandato imperial, y la del primer dirigente indígena
que llegó al gobierno en Bolivia con un discurso de paz, de
reivindicación de los derechos de los pueblos y de los originarios,
conculcados desde hace mucho más de 500 años, y también de profundo
cuidado del entorno, por la ‘madre tierra’, enseñando al mundo otro
camino hacia el hombre y la naturaleza.
En una denuncia llegada desde Brasil se
menciona a Open Democracy, organización que sostiene haber accedido ‘a
documentos internos del gobierno de Bolsonaro que demuestran que el
mandatario está comenzando a desplegar un proyecto para echar por tierra
los planes de conservación y avanzar en la explotación del Amazonas’.
Una de esas ONGs cuyas dobles intenciones conocemos.
En este caso, esa ONG hizo referencia a
unas diapositivas donde se demuestra que el gobierno de Bolsonaro
utiliza el discurso de odio para ‘disminuir el poder de las minorías que
viven en la región’ y de esa manera desarrollar ‘proyectos depredadores
que podrían tener un impacto ambiental devastador para el Amazonas’.
El Gobierno tiene como una de sus
prioridades habitar ‘la región amazónica para evitar la implementación
de proyectos multilaterales de protección forestal, sostiene Open
Democracy y cita específicamente al llamado ‘Triple A’ (Andes, Amazonas,
Atlántico), que sería un corredor ecológico con 135 millones de
hectáreas de bosque tropical y uniría los Andes con el Atlántico pasando
por el Amazonas. Se analiza que el accionar del mandatario brasileño
está pensado para evitar los proyectos de conservación y de preservación
del pulmón verde.
Aunque esto es parte del trasfondo
oscuro que se mueve detrás de las ambiciones coloniales para apropiarse
de la Amazonia, esta región sólo puede ser cuidada como sucedía hasta
ahora, por sus legítimos habitantes desde hace siglos.
La historia de la depredación es larga.
Muchos luchadores auténticos y dignos han sido asesinados por ese oscuro
poder y las ambiciones capitalistas que arrasan con todo, y que como
Bolsonaro expresan públicamente su plan de borrar del mapa de Brasil a
las comunidades indígenas.
Y detrás de todo esto, el también
publicitado plan de Estados Unidos y sus asociados de apropiarse de los
territorios amazónicos, como lo están haciendo en lugares como Colombia,
bajo el falso argumento de que sólo ellos aseguran la preservación de
la naturaleza.
Basta con recordar los genocidios y el
saqueo a los que han sometido a nuestros países y al África, donde
convirtieron vergeles en desiertos, para entender de qué se tratan estas
‘ayudas’.
En un trabajo publicado por Hispan TV
recientemente, se advierte sobre la gran amenaza que significan los
centros biológicos de Estados Unidos, que se están instalando
estratégicamente junto con bases militares, como es el caso de Colombia y
se pretende extender contando con la complicidad de los Estados
sometidos y la mayor parte de los medios de comunicación.
‘Esos laboratorios tienen que ver con el
control de la Amazonía como una de las proyecciones geopolíticas del
Pentágono, para lo cual Brasil y Colombia resultan dos centros
neurálgicos en la realización de sus intereses’, resaltó.
No sólo todo lo que se ha mencionado
está detrás de los fuegos amazónicos que hoy ‘conmueven’ al mundo, sino
hay mucho más para investigar lo que amenaza al continente en este siglo
XXI y que también nos muestra el vigor de las resistencias múltiples.