De las aulas de la UMSA salieron los universitarios que derrocaron a Gualberto Villarroel, el presidente que, como nadie, había entregado derechos a los...
De las aulas de la UMSA salieron los universitarios que derrocaron a Gualberto Villarroel, el presidente que, como nadie, había entregado derechos a los indígenas. Setenta años después del asesinato del “héroe de la Guerra del Chaco”, nuevamente los universitarios de la UMSA, volvieron a marchar, esta vez para derrocar, a Evo Morales, el presidente que, como nadie, había entregado derechos a los pobres, a las mujeres y a los indígenas.
Era el 21 de julio de 1946.
Durante 21 días, los universitarios y “las beatas” de la zona de Sopocachi, asediaron la plaza principal de la ciudad. Marchaban diciendo palabrotas, e insultaban y escupían a los policías y militares que custodiaban el palacio de gobierno.
Cada mañana se reunían en la “plaza del estudiante”, que entonces se llamaba “Plaza Franz Tamayo”.
Después de derrocar y asesinar a Villarroel, en homenaje a los universitarios de la UMSA, la plaza pasó a llamarse: “PLAZA DEL ESTUDIANTE”.
Algo así como “Plaza de los golpistas”.
Creyeron que eran héroes y exigieron una indemnización por “sus servicios” a la patria. Casi todos tenían rasguños imperceptibles en el brazo.
Los áñez, mesas y murillos, se quedaron 55 años, medrando del Estado y hundiendo en la miseria al país.
“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, había dicho el bueno de salvador Allende, pero el extraordinario líder chileno, no conocía Bolivia.