Queridos hermanos:
Nos encontramos ante un momento histórico importante pero con riesgos considerables.
La Nueva Constitución Política del Estado, LEGÍTIMA Y LEGAL que pretende el cambio de país, es una Carta Fundamental renovadora, anticolonialista y antiimperialista, propende al cambio democrático en paz, sobre todo es respetuosa de los DDHH fundamentalísimos y tiene un contenido esencialmente humanista.
Toda la argumentación esgrimida en su contra es inadmisible, tendenciosa y falsa. No existe una sola normativa contraria al concepto antropológico de respeto a la dignidad humana, a la libertad, y a la identidad intercultural, a la bioética universal, a la tendencia constitucionalista latinoamericana contemporánea de descolonización opuesta totalmente al desarrollismo neoliberal.
Recoge principios y valores morales tradicionales andinos y de culturas nuestras anteriores a la colonia y los aúna con los principios y valores liberales clásicos.
Profundamente inclusiva, transforma la estructura del Estado modernizando todos sus elementos, prioriza la justicia social y la inclusión de todas las bolivianas y bolivianos.
En cambio, los Estatutos Autonómicos son la expresión viva de la oligarquía neoliberal instaurada en la patria, empecinada en obstaculizar todo cambio, opuesta a la justicia, a la dignidad humana en su concepto bioético y a los DDHH, excluyente, apropiadora de recursos naturales departamentales, con exclusividad de competencias egoístas. Es una propuesta divisionista, arrogante, sediciosa y absolutamente ilegal e ilegítima. ES ANTICONSTITUCIONAL.
Proponemos trabajar para evitar la división del país, sin violencia alguna, oponiendo argumentos valederos a partir del estudio y el análisis de ambos textos. Desde ya, la nueva CPE tiene raíz legítima y constitucional, la departamental es elaborada por un grupo de ciudadanos a quienes nadie ha elegido.
Toda posibilidad de normativa departamental es subsidiaria a una Ley de Congreso, una vez que se apruebe o se rechace la nueva CPE.
Los ciudadanos de Cochabamba, el corazón de Bolivia, debemos meditar sobre nuestro rol patriótico a desempeñar en este momento histórico.
Siempre fuimos la vanguardia del pensamiento nacional, hoy la historia y la conciencia social y política nos demanda el pronunciamiento firme y valiente para defenderla de los embates de la antinación. Evoquemos al Gran Mariscal Antonio José de Sucre: "Aún pediré otro premio a la nación...".
SALVAR A BOLIVIA DE LA DIVISIÓN. BOLIVIA UNITARIA. INCLUSIVA, CRISTIANA, ECOLOGISTA, BIOÉTICA Y HUMANISTA.
Afectuosamente Gastón Cornejo Bascopé
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