viernes, mayo 23, 2008

La otra campaña

Los ricos también lloran


Después de la Nacionalización de los Hidrocarburos, la realización de la Asamblea Constituyente, la aprobación en grande, detalle y revisión de la Nueva Constitución Política del Estado y con ello la constitucionalización de la dignidad, la soberanía y la esperanza.

Después de haber sobrellevado democráticamente la conspiración permanente de la derecha afincada en PODEMOS, los comités cívicos y los prefectos mediolunáticos, sin necesidad de tener que llegar a un Estado de Sitio, encarcelamientos y confinamientos políticos, tal como lo esperaban los señores de la tierra y el aceite.

Después del referéndum estatutista y nulo de pleno derecho en Santa Cruz de la Sierra, sin legitimidad incrementaba como esperaban los fans acroatados, las juventudes cavernarias y fascistas de la unión, y él cómplice embajador gringo.

Después del rechazo y abstención o nulo por rechazo igual que llegan a mas del 50% en contra del estatuto separatista.

Después de la voltereta del reaccionario PODEMOS para ir a un Referéndum Revocatorio con todas las de la ley y que fue propuesta por el Presidente Evo Morales Ayma hace ya mas de cuatro meses.

Después de que Rubén Costas el Prefecto de Santa Cruz decide autodenominarse “gobernador” y el Consejo Departamental, decide transformarse kafkianamente en “asamblea legislativa departamental” (sí con minúsculas), sin ninguna base legal que la sustente, confirmando lo sabido: separatismo a toda Costa/s,

Después de todos estos escenarios…

Bolivia, a no dudarlo, aprendió que no hay miedo a la oligarquía provinciana y birlocha, ha comprendido que no hay burguesía enana y parasitaria que detenga el proceso de cambio.

Bolivia ha comprendido que sus elites se visten con ropa alemana, inglesa, francesa o americana pero de segunda mano, “dime como con que se visten y te diré quienes son” es la máxima que se ajusta a su manía dependiente, que denuncia su falta de vocación nacionalista y de perspectiva histórica como Patria.

Nosotros, los ciudadanos militantes, hemos comprendido que el terrorismo mediático (prensa, radio, televisión e internet) y el terrorismo analístico, se escudan en ficciones, en fantasmas fabricados por la embajada, las transnacionales y los señores de la tierra, la soya y el aceite.

Nosotros los ciudadanos militantes, hemos comprendido que podemos enfrentarlos, sin verlos, sin leerlos, sin escucharlos, porque cuando los vemos, leemos o escuchamos engrosamos sus billeteras, incrementamos sus reitings, acrecentamos su especulación, inflacionamos sus expectativas y los convertimos en gananciosos.

Hemos comprendido que no van mas, no pasarán. Despues de todo, entramos en la Otra Campaña...

Una campaña donde las razones de mayoritarios y mayoritarias de la patria no son campanas de palo, donde las razones de los pobres son las preocupaciones fundamentales de las políticas públicas, donde la nacionalización de los recursos naturales, las empresas estratégicas y la dignidad nacional son políticas estatales de urgencia.

Si los Zapatistas -cuyo ejemplo es parte de nuestro arsenal de experiencias acumuladas-, iniciaron una gran marcha para defender lo avanzado y preparar el terreno para las victorias en construcción con el nombre de la Otra Campaña.

En Bolivia iniciamos la defensa a medio camino del proceso, sabiendo que tenemos de inicio un 54% de apoyo.

La otra campaña en Bolivia es la nuestra, la que se preocupa por las solidaridades hoy presentes, por las reparaciones de injusticias históricas, que convierten la dignidad en políticas de Estado, en proyectos realizados cada día.

Nuestra campaña es dignidad y esperanza, estamos en puertas de un Referéndum Aprobatorio y Dignificatorio en la Bolivia del siglo XXI, estamos convencidos de que “No es de revolucionarios sentarse en la puerta de casa y esperar que pase el cadáver del imperialismo yanqui. El primer deber de un revolucionario es hacer la revolución”, tal como lo dejo dicho el de la entrañable transparencia: Ernesto “Che” Guevara.

Uru Uru Marka

Año tres de la descolonización

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