sábado, marzo 24, 2007

RESPUESTA A ARTURO VON VACANO

Gracias hermano escritor, ese artículo merece otra condecoración.

Si sabré yo cómo es la justicia en nuestra patria asolada por la iniquidad y la incorrección.

Estoy pensando en cierto personaje que ahora es Jefe de Investigación en el CEUB a quien no logré enjuiciar por la protección mirista en la justicia ordinaria de Cochabamba. Se había gastado casi un millón de $us en la Federación de Docentes Universitarios.

Ahora mismo tengo dos familiares pilotos del LAB que deben pagar cada uno casi $us. 30 mil para abonar el millón de dólares que un juez sentención en favor de la minuta de un abogado poco ético y troglodita.

Pienso en Chitochatarra que antes aprovechó del suero de los soldaditos en su laboratorio de PLASMAFÉRESIS en La Paz, pienso en la CNS, en la Caja Petrolera, en la Aduana cuando mataron a mi amigo Velasco, en el avión y la ayuda japonesa, en..., en..., en todo el ambiente lleno de corrupción.

Cuando ingreso al Palacio de Gobierno evoco a Gualberto asesinado y lanzado por la ventana del segundo piso y luego colgado, recuerdo con respeto a Roberto Hinojosa que desde el tejado del Hotel París trataba de proteger al presidente en la asonada criminal de julio del 46, pero fue cazado como paloma, cayó y fue arrastrado al farol. Todo por atreverse a organizar el Primer Congreso Indigenista en Bolivia, para abolir el pongueaje e insinuar la nacionalización de las minas.

Pienso en Chuspipata, en la masacre de San Juan, en la matanza del valle, en Epizana, en la muerte lenta de silicosis de miles de compatriotas nuestros, en Curahuara y aún más lejos en el tiempo en el genocidio de la MITA.

Fui testigo del sueño utópico de Salvador Allende hermoseado con los versos de Pablo y la decisión de miles de obreros y campesinos chilenos. Más tarde, la traición del criminal innombrable, los miles de torturados, asesinados, desaparecidos en el país de la poesía. Pienso en mis dos condiscípulos fusilados en el Estadio, en las manos mutiladas de Jara el artista .

Hoy, en nuestra Bolivia, los coaligados en los gobiernos neoliberales, servidores de las transnacionales pretenden retornar al pasado para vender la patria a estos pulpos.

Cuando visité el monumento de Marcelo Quiroga Santa Cruz, pariente lejano pero más que hermano de sangre identificado a él en la cabeza y en el corazón, puse la mano en su hombro mirando su metálico rostro, sentí de verdad el profundo dolor en su martirio. Cuando recito la prosa de Luis Espinal también siento la emoción espiritual de ser su hermano y proclamo su heroísmo. Semejante fue la viril actitud de nuestro Comandante CHE Guevara, tuvo su Gólgota y su fin pero como los anteriores quedará eterno para ejemplo de los soñadores..

Entonces reniego contra nuestra justicia boliviana también infectada de pus y epidemia incurable.

Querido escritor, mi padre Alberto Cornejo Solíz fue un pirista, comunista enamorado de la justicia. Benemérito de trinchera luchó toda su vida por la justicia social. Era abogado pero de los buenos.

Mi hijo de igual nombre, Alberto Cornejo Ferrufino, es abogado y fiscal gracias a sus propios méritos (la participación política fue posterior a su juramento de abogado y de Fiscal) Tengo enorme inquietud porque deseo que su vida sea un vaso impoluto de limpieza.

Mi amada esposa es también abogada y trabaja ad honorem junto a mí protegiendo mis espaldas de los sempiternos profesionales de la política.

Mi nieta Natalia estudia Derecho e igualmente asumo será una gran profesional de la justicia.

Por ello le enviaré a todos mis correos esta respuesta puntual dirigida al más noble de los pensadores de mi patria, al escritor Arturo von Vacano.

Felicidades y apoyo el contenido en toda su grandeza crítica y conceptual

Gastón Cornejo Bascopé

SENADOR POR EL MOVIMIENTO AL SOCIALISMO

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