Pablo Stefanoni
Rebelión
El gobierno boliviano planteó que en los colegios se elimine o se dé optativa la materia religión. Ante la reacción católica, incorporó las otras religiones a la materia. La polémica siguió. “Las grandes guerras comienzan en las pequeñas lucubraciones.” La frase no pertenece a un teórico de los conflictos armados, sino al presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, cardenal Julio Terrazas. Desde su púlpito en la catedral de Santa Cruz de la Sierra, el purpurado cuestionó a los fieles católicos por mantenerse “pasivos” ante el creciente conflicto entre el gobierno de Evo Morales y el clero católico, acicateado por la propuesta oficial de volver a Bolivia un Estado laico y redefinir la enseñanza religiosa en las escuelas. Originalmente, el gobierno planteó eliminar la materia religión de los colegios públicos primarios y secundarios o volverla optativa; luego de la reacción de la Bolivia católica, se optó por quitarle a la Iglesia el monopolio de la materia e incorporar a todas las religiones que tienen alguna incidencia en el país. Pero esto último no alcanzó para calmar a los sectores católicos conservadores: “No podemos permitir que el gobierno nos quite a Dios y a la religión”, dice un fiel cruceño ante los micrófonos de televisión.
Rebelión
El gobierno boliviano planteó que en los colegios se elimine o se dé optativa la materia religión. Ante la reacción católica, incorporó las otras religiones a la materia. La polémica siguió. “Las grandes guerras comienzan en las pequeñas lucubraciones.” La frase no pertenece a un teórico de los conflictos armados, sino al presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, cardenal Julio Terrazas. Desde su púlpito en la catedral de Santa Cruz de la Sierra, el purpurado cuestionó a los fieles católicos por mantenerse “pasivos” ante el creciente conflicto entre el gobierno de Evo Morales y el clero católico, acicateado por la propuesta oficial de volver a Bolivia un Estado laico y redefinir la enseñanza religiosa en las escuelas. Originalmente, el gobierno planteó eliminar la materia religión de los colegios públicos primarios y secundarios o volverla optativa; luego de la reacción de la Bolivia católica, se optó por quitarle a la Iglesia el monopolio de la materia e incorporar a todas las religiones que tienen alguna incidencia en el país. Pero esto último no alcanzó para calmar a los sectores católicos conservadores: “No podemos permitir que el gobierno nos quite a Dios y a la religión”, dice un fiel cruceño ante los micrófonos de televisión.
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