martes, diciembre 09, 2008

El cardenal de El País y el MAS

Manipulación informativa



En Bolivia comenzaron formalmente las campañas a favor y en contra de la nueva constitución política del Estado, cuya aprobación será sometida a referéndum el próximo 25 de enero. En la misma consulta popular se podrá decidir también las superficies máximas para propiedades agrícolas (5000 o 10000 has). En el transcurso de las últimas semanas el gobierno ha demostrado su voluntad de enjuiciar a diversos responsables de los desmanes, saqueos, golpizas y atentados terroristas ocurridos durante el mes de septiembre, en el marco de un plan golpista que apostó por caotizar el país. Muchos de los autores, físicos o intelectuales, provienen de la región oriental; un número apreciable de ellos son grandes terratenientes.

Para dar sólo una idea de su capacidad y recursos, basta indicar que los seis latifundios más grandes de Bolivia (en total 6670 kms2) equivalen en superficie a la suma de los veintiún países más pequeños del mundo. Buena parte de sus propietarios poseen además cadenas televisivas, periódicos y radioemisoras; en Bolivia la mediocracia actúa organizadamente, pautada por intereses empresariales contrarios al proyecto popular.

Con una frondosa galería de personajes impresentables, las fuerzas conservadoras locales están huérfanas de figuras creíbles. Necesitadas de rostros confiables y con arraigo y simpatías tanto en el pueblo como a nivel internacional, han decidido reimpulsar al cardenal Julio Terrazas, arzobispo de Santa Cruz, esta vez con el apoyo del periódico El País, de España, célebre por su postura sistemáticamente contraria al gobierno de Evo Morales (el conocido periodista ibérico Pascual Serrano ha realizado numerosas investigaciones y denuncias contra aquel medio de prensa en su sitio www.pascualserrano.net ).

El País acaba de seleccionar a cien personajes relevantes del 2008, entre los que incluye al cardenal boliviano, ubicándolo en la categoría "lideres". Resulta interesante leer la breve reseña biográfica de ese periódico, que en pocas líneas cambia de conceptos, se contradice, y por fin instala lo que le interesa: la promoción y respaldo a quien pudiera coordinar y garantizar un movimiento de oposición al proyecto popular, habida cuenta del estrepitoso naufragio de otras estrategias.