viernes, junio 30, 2006

Bolivia: Refundirla o refundarla
Por Alfredo Chimori Saucedo - Friday, Jun. 30, 2006 at 10:38 AM

Ángel Guerra

Bolivia: nueva batalla popular

Ángel Guerra

¿Con cuánto ganará el MAS la elección de Constituyentes? ¿Cuántos le dirán no a la autonomía?


(De Rebelión)

El pueblo boliviano decide si confirma el rumbo

miércoles, junio 28, 2006

LANGOSTAS SE HACEN PASAR POR CAMBAS

De Indymedia
(25/11/2005 23:06)
Por: Marcelo Patzi Sanjinez

VAMOS POR EL NO EN TARIJA


Indymedia Bolivia

“LA BURGUESÍA NO ENTREGA EL PODER POR LA VÍA PACÍFICA”

Entrevista a Miguel Urbano Rodrigues.

Por Vladimir Hierro y Joaquín Madera.
AGENCIA BOLIVARIANA DE PRENSA – MÉXICO.

“SE TIENE QUE ESTAR EN LA LÍNEA DE PELIGRO, EN LA TRINCHERA”

AGENCIA BOLIVARIANA DE PRENSA (A.B.P.): ¿Cuál es su opinión, en general, sobre los procesos políticos y sociales impulsados por la izquierda en América Latina?

MIGUEL URBANO RODRIGUES (M.U.R): Pues, en primer lugar, para contestarte, yo evito emplear la palabra izquierda porque, a nivel no sólo de América Latina, hay fuerzas que no son de izquierda y utilizan la palabra. Para darte un ejemplo, en Europa hay cantidad de partidos socialistas que están en el poder y no hay un solo partido socialista que sea de izquierda hoy en Europa. Son partidos neoliberales, que hacen política neoliberal. El partido laborista inglés, el partido socialista francés, el partido socialista en Portugal y en España, son partidos que hacen política de derechas mientras se titulan socialistas y de izquierda, y la prensa, el sistema mediático, los presenta como izquierda.

ESTUDIANTES NORMALISTAS OBLIGADOS A MARCHAR

Testimonio Indy media Bolivia
Malena, Santa Cruz (28/06/2006 13:32)

El mecanismo de control para los estudiantes normalistas, son tikets que les seran repartidos a cada alumno de la normal en el lugar de concentracion, caso contrario no podran inscribirse para el proximo semestre

Sin duda alguna, la asistencia a la marcha de hoy en la tarde no es voluntaria como lo quieren hacer ver los civicos, empresarios y medios de comunicación.

Autoridades de la Normal Enrrique Finot de la ciudad de Santa Cruz, obligan a los estudiantes normalistas a asistir de manera obligatoria a la marcha convocada por el comite civico y empresarios privados; el mecanismo de control para los estudiantes normalistas, son tikets que les seran repartidos a cada alumno de la normal en el lugar de concentracion, caso contrario no podran inscribirse para el proximo semestre, por que al momento de inscripcion se tendrá que entregar los tikets repartidos en la marcha.

Lo mismo ocurre con las diferentes instituciones del departamento, que estan obligando a los funcionarios y demas trabajadores a participar de la marcha, caso contrario estaran sometidos a sanciones.

Y como era de esperarse todas las empresas privadas darán "tolerancia" a sus trabajadores para que asistan al lugar de concentracion, mas sin embargo los trabajadores de estas empresas estan olbigados a aistir, caso contrario tambien estaran sujetos a sanciones de multa economica.

Es totalmente increible el manejo economico que hacen los civicos y empresarios para la marcha, pero es mas increible como logran manipular la opinion de la gente, obligando a otros a asistir a una marcha manejada por quienes siempre han vivido a costillas de los demas, aprovechandose del poder que tienen manejan todo a su antojo, no por nada son ahora grandes latifundistas.

A seis días de la elección de constituyentes, la derecha recurre a la guerra sucia para restar votos al MAS

(De Rebelió)

lunes, junio 26, 2006

El referéndum sobre las autonomias departamentales en Bolivia

Mauricio E. Ochoa Urioste

El presidente boliviano denunció que un congreso de etnografía se utilizó para infiltrar militares norteamericanos

Marines disfrazados de estudiantes

Pablo Stefanoni
Página/12
(Rebelión)

Evo Morales propone refundar América Latina


(De Frente Transversal)
Por Kintto Lucas

Por eso es enorme la responsabilidad, no sólo con el país sino con toda América Latina?, agrega. Morales se hizo cargo en Quito de la presidencia temporal de la crujiente Comunidad Andina de Naciones (CAN), conformada ahora por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú ante el retiro de Venezuela, ocasión en la que recibió el respaldo del movimiento indígena ecuatoriano, el más organizado de América Latina.

AUTONOMIA DEPARTAMENTAL O BOLIVIA UNITARIA


(De Tribuna Boliviana)

De: Walter Rivera

riverawaly@yahoo.se

La próxima elección para la Asamblea Constituyente, será de mayor importancia que las elecciones pasadas del 18 de Dic, ya que se trata de refundar el País, desechando leyes arcaicas que garantizan la hegemonía de una minoría oligárquica.

Recordemos que para desbloquear y viabilizar la Asamblea Constituyente en el Congreso, nuestro actual gobierno se vió obligado hacer concesiones a los partidos neoliberales y a los prefectos separatistas por no contar con las 2 / 3 partes del voto congresal,concesiones que afectaron a pueblos originarios y otros sectores sociales, pero lo grave fué el haberse aceptado la pregunta vinculante sobre las autonomías departamentales al mismo tiempo que la elección de los futuros constituyentes, lo cual significaría una muralla impasable en la Asamblea Constituyente para no discutir otras propuestas autonomistas de Regiones, Provincias o posible creación de un décimo departamento.

Los últimos acontecimientos en Santa Cruz dirigidos por el actual prefecto y el Comité cívico del lugar como ser: el fallido intento de la entrega del Mutun a la empresa EBX brasilera en condiciones desfavorables para el país, la región y el medio ambiente; la retención o el “desvío” de fondos económicos y materiales de la ayuda internacional para los damnificados de las últimas inundaciones y la Campaña de Alfabetización; luego del inicio de la redistribución de tierras fiscales emprendida por el gobierno, las autoridades separatistas de Santa Cruz llaman a llenar listas a los campesinos originarios de Santa Cruz o de otras regiones que hayan vivido en ése departamento mínimo 5 años para la "distribución" de tierras !!; el incremento de paramilitares armados para proteger “sus” latifundios es otra medida ilegal; la cuantiosa campaña propagandista para votar por el SI, manipulación de niños escolares en marchas “autonomistas”. Estas y otras actitudes anticonstitucionales ratifican el carácter fascista de las élites urbanas de Santa Cruz y Tarija para no permitir la participación democrática de los sectores sociales y comunidades indígenas, así como mantener intocables los latifundios regalados por los desgobiernos de Víctor Paz Estenssoro, J. Paz Zamora, G.Sanchez de Lozada, Hugo Banzer Zuares y “Tuto” Quiroga.

Los que actualmente claman autonomías son los mismos vende patrias que remataron nuestros recursos naturales, nuestra sagrada soberanía al imperio del norte y a las voraces empresas transnacionales, pretenden el control absoluto de la economía y los recursos naturales de una minoría en desmedro del conjunto de los departamentos y del País, cuyo objetivo es desconcentrar el poder del estado para reconcentrarlo excesivamente en las capitales de los departamentos, con el consiguiente debilitamiento de la Nación, agudización de la pobreza o la riqueza de los departamentos ,lo que ocasionaría enfrentamientos entre departamentos, que puede incluso desembocar en una guerra civil.

No olvidemos que la lucha justa por las autonomías y la descentralización, jamas la enarbolaron los actuales voceros de la Nazion Camba, al contrario, fueron los pueblos originarios y movimientos sociales con sus largas marchas y protestas cuando imperaban los partidos entregistas, nosotros no nos oponemos a las autonomías en si LO QUE EXIGIMOS ES QUE LAS ATRIBUCIONES, DERECHOS Y OBLIGACIONES DE POSIBLES AUTONOMIAS SE REGLAMENTEN DENTRO LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, priorizando por supuesto la unidad y el desarrollo nacional.

Por lo tanto, nosotros bolivianos residentes en el exterior, que aún se nos niega el derecho a voto, llamamos, sugerimos, a nuestros compatriotas, amigos, familiares que se encuentran en el País (que no hayan sido “depurados” nuevamente por la CNE ) a votar POR LOS CANDIDATOS A CONSTITUYENTES DEL M..A.S. Y MARCAR NO A LA PREGUNTA TRAMPOSA DE LAS AUTONOMIAS DEPARTAMENTALES, no podemos ni debemos votar por nuestros verdugos.

Por otro lado apoyamos el PLAN DE DESARROLLO NACIONAL expuesto por el actual Ministro de Planificación para el desarrollo Carlos Villegas, quién también invitó a los empresarios a “ponerse los oberoles” para el real desarrollo del País. También lo apoyamos por haber sido elaborado POR BOLIVIANOS Y EN BOLIVIA, por ser minuciosamente estudiado y con planes realistas a corto, mediano y largo plazo. Responde a la aspiración del conjunto de la población boliviana para el desarrollo integral.

Por último, encarecemos a los compatriotas que tengan acceso al Internet o al teléfono difundir éste documento o otros argumentos para influir en el voto que defienda los verdaderos intereses de nuestro Pueblo y su futuro.

JALLALLA BOLIVIA !!

LA LUCHA CONTINUA !!



HASTA LA VICTORIA FINAL !!

POR EL GRUPO APOYO M.A.S. BOLIVIA GOTEMBURGO-SUECIA

Walter Vera Rivera

jueves, junio 22, 2006

BOLIVIA: ¿AUTONOMÍA O SOBERANÍA?



Por Rafael Bautista S.

“Mi palabra es como las estrellas. Ellas no palidecen.

La tierra no le pertenece al hombre. Es el hombre el que le pertenece a la tierra.

De eso estamos ciertos. Todas las cosas están relacionadas entre sí

como la sangre que une a una familia. Todo está relacionado.

Lo que hiere a la tierra, hiere también a los hijos de la tierra.

No fue el hombre el que tejió la trama de la vida: él es solo un hilo de la misma.

Todo cuanto haga con la trama se lo hará a sí mismo”.

Seattle, cacique de los Duwamish

El discurso de moda enarbola una palabrita que, pareciera, enunciar solamente un “afán popular de cambio”, acorde al nuevo panorama que se vive en una “nueva Bolivia”. Esta palabrita se muestra inocente y, como doncella de claustro, no habría cómo reprocharle nada porque de su conducta responderían “el Sumo” y “su Usía”. Tan sacramentada la cosa que hasta hay que aclarar el “no estar en contra sólo que…, es que…, pero…”, y todos los etcéteras que hay para no quedar mal con “su Ilustrísima”. Pues bien, como nuestro fin no es agradar y, si la verdad duele, pues que les duela a quienes les llegue. La “autonomía” no es ni tan inocente como se muestra ni tampoco responde a la tan mentada “voluntad popular”.

¿Qué es la “autonomía”?, ¿quiénes la toman como bandera?, ¿por qué la toman como bandera? y, en definitiva, ¿quiénes se benefician con ella? Todas estas preguntas se remiten a otra: ¿quién desea el poder? Porque en el fondo está la detentación de aquello que llaman poder. Quienes temen perderlo necesitan de otra legitimación para seguir siendo los beneficiarios de él, por eso recurren a la invención de nuevas apariencias. Las apariencias sirven para mostrar y para ocultar. En nuestro caso: ¿qué muestran y qué ocultan las “autonomías”? El juego de las apariencias es siempre un juego de formas, que buscan agradar y seducir, por eso se dice que las apariencias engañan, porque su función radica en “aparentar” algo, en “inventar” algo que no hay; por eso su empleo radica en su efecto, si logra el efecto deseado cumple con su objetivo; pero el objetivo verdadero nunca se “muestra” en la apariencia, el objetivo de la apariencia es “en-cubrir” lo que aparece detrás, y “en-cubre” precisamente “mostrándose” ella; o sea, “mostrándose” a sí misma “oculta” algo. Lo que “oculta” es lo que no-se-ve; lo que se ve es sólo lo que ella quiere mostrar. Entonces, lo que realmente interesa es lo oculto; por eso la verdad molesta, porque quien engaña teme ser des-cubierto. Verdad, como decían los griegos, es “aletheia”, “des-cubrir” lo oculto. Cuando se critica las “formas aparentes” (como la “autonomía”), lo que se busca es des-montar la apariencia para “des-cubrir” lo oculto. Por eso demandamos la verdad. Lo opuesto a la verdad no es el error, sino el engaño.

“Autonomía” es un constructo que viene del griego “autos” y “nomos”. El primero dice de lo que se mueve por sí mismo y el segundo es el nombre griego de lo que conocemos por ley. La “autonomía” la reclama iracundamente aquel que quiere darse leyes por sí y para sí. Pero la potestad de la promulgación de leyes la tiene el Estado, o sea, el que quiere darse leyes por sí mismo quiere, en última instancia, desconocer al Estado. La pregunta es obvia: ¿por qué quiere desconocer al Estado? Las palabras no son entes abstractos y eternos; son todo lo contrario, porque son construcciones culturales, o sea, históricas, o sea, no son cándidas como virgencita de pueblo. Significan el sentido depositado en sus cuencos por el despliegue histórico. Entonces, la “autonomía” (que reclaman los grupos de poder) tiene un sentido preciso, el sentido que no aparece en lo que dicen los abanderados de ella; entonces, ese sentido debe “des-cubrirse” no en lo que se dice, sino en lo que “no-se-dice”. Y lo que “no-se-dice” es la “verdad” oculta y “en-cubierta” por la nueva apariencia con la que se reviste el discurso oligárquico, la nueva legitimación para preservar su detentación abusiva y corrupta del poder.

Es cierto que la palabra “autonomía” apareció en las movilizaciones de naciones originarias del oriente y del occidente boliviano. Porque lo que se “mostraba” era, que un Estado (atribuyéndose la potestad del “derecho” y la “razón”) no puede continuar excluyendo sistemáticamente a las naciones que soportan, en carne propia, el colonialismo de nuestra suerte; que la soberanía empieza cuando el todo de un país se reconoce, autoconcientemente, como un fin en sí, y no como simple medio (instrumento) para el fin que se dispone afuera; que esto pasa por reconocer y reparar la injusticia sobre la cual se halla fundado un país como Bolivia; que un país que paulatinamente excluye y condena a la miseria a su pueblo, sólo procura su condición (como país) miserable y dependiente; y esto pasa por un reconocimiento real, ya no sólo formal, de las otras naciones al interior de ese Estado criollo-racista-moderno-boliviano. La apropiación de aquella palabra, se la hacía en nombre de una política de “restauración”, que las naciones originarias proponían como la posibilidad fundamental de recuperación de alternativas a la ya evidente decadencia del patrón de vida moderno-occidental. Aquella “autonomía” tenía como objetivo “restaurar” patrones civilizatorios que hicieron posible relaciones menos conflictivas entre la tierra y el ser humano, de las cuales se podrían derivar otra economía y otra política (necesarias ante las nefastas consecuencias del globalismo salvaje). Aquella política de “restauración” no buscaba competir con el Estado, sino “restaurar” las condiciones que necesita toda proyección de sentido; es decir, para que un mundo sea una alternativa, ese mundo debe poder desarrollar sus posibilidades y, para ello, se debe asegurar sus soportes materiales (una cultura no se despliega si a la vez no se despliegan su economía y su política).

De ninguna manera competían con el Estado, porque garantía de sus soportes debía ser un Estado (por supuesto no racista) que proteja su “restauración”. Las naciones originarias siempre demostraron, en las más críticas situaciones, como en la guerra del Chaco, ser más bolivianas que quienes gobernaron centenariamente este país. Ante el desprecio racista centenario de los grupos dominantes, las naciones originarias resistieron siempre precariamente (afincándose en sus cada vez más descompuestos patrones civilizatorios) para demostrarnos que el patrón moderno-occidental-euro-norteamericano sólo consiguió agudizar nuestra pobreza tanto material como espiritual. En esos términos, la “autonomía” que proponían las naciones originarias buscaba hacer posible las condiciones básicas para “restaurar” cultural y civilizatoriamente un mundo como alternativa al imperante y aplastante mundo mercado-céntrico.

Esa “autonomía” era la respuesta a la política de “inclusión”. Porque el Estado oligárquico, desde su soberbia, apuesta por la “inclusión” como el modo más idóneo para subsumir formal y materialmente al excluido; o sea, le “reconoce” como “diferente” (el ajeno al Yo, a lo Mismo, al amo), y como “diferente” le trata, como “extraño”, como “advenedizo”, como un algo que se debe “tolerar”. El Estado oligárquico se da el lujo, tanto de “excluir”, como de “incluir”; la misma arrogancia que desconoce y luego reconoce, como un juego donde se dice y se desdice, pero donde, en definitiva, se oculta lo que realmente quiere decirse. La política de “inclusión” es una política señorial, desde arriba, que decide cuándo y cómo te hago el “favor” de dirigirte la palabra; pero el “favor” que hace el señor no es un “reconocimiento”, porque reconocer al otro como interlocutor significa reconocerle en su humanidad, o sea, en su dignidad absoluta; sólo así tiene sentido reconocerle: otorgarle, en cuanto reparación, respeto absoluto a su vida. Lo contrario significa dejarle con vida para que siga muriendo como un perro.

La subsunción formal, entonces, consiste en etiquetarle como “ciudadano”, es decir, como el número que hace falta para seguir inflando el padrón electoral, la legitimación que le basta al señor para hincharse el cuello de democracia. La subsunción material es menos romántica; consiste en “tolerar” como “diferente”, aquello que no encaja en lo “racional”, lo “civilizado”, lo “humano”, etc., aquello que, en definitiva, tiene nomás que “modernizarse”, o sea, devenir en “lo Mismo”, el patrón blanco-moderno-occidental que se muestra como lo único “racional”, “civilizado”, etc. En tal contexto, tendría sentido un separarse del Estado moderno pero, ni aun así, las naciones originarias, optaron por tal separación, pues ellas asumen en sus reivindicaciones (que son las reivindicaciones de un todo: Bolivia) inclusive las figuras emancipadoras modernas (la modernidad postula los más altos valores de la humanidad y en nombre de ellas atropella, desde hace cinco siglos, a toda la humanidad), como los “derechos humanos” y el “Estado de derecho”.

La “inclusión” es un eufemismo que ostenta el que se arroga el derecho de decidir qué hacer con el otro; por eso tal política deviene “incluyendo” a los indios en casa del patrón, pero sólo en cuanto servidumbre. Frente a esa política surge la política de “restauración” que, desde el excluido, no busca una “inclusión” mentirosa, sino el respeto a su “ser distinto”. La política moderna deviene en un literal obstáculo cuando asistimos a la pauperización de la dos únicas fuentes de riqueza: hombre y naturaleza; porque la modernidad nace, como civilización, devaluando a la naturaleza como objeto, y al hombre no-europeo lo rebaja como salvaje, infiel y no civilizado. Por eso el Estado oligárquico-moderno-racista-boliviano siempre consideró a su elemento nativo como un lastre y a su tierra sólo como fuente de ganancias (para el capital internacional). Las naciones originarias, desde su patrón civilizatorio, pudieron advertir las consecuencias de la lógica moderna: la destrucción de la tierra termina siendo destrucción de la humanidad. Por eso demandan la “restauración”, porque la modernidad significa una alteración del orden natural; concebir a la tierra, como simple cosa, lleva a perderle todo posible respeto, lo cual lleva a un inmisericorde abuso de su capacidad reproductiva, lo cual, en última instancia, nos conduce a lo que asistimos: La explotación de los recursos naturales, bajo el patrón de acumulación de ganancia, excluye al 80% de la humanidad, condenándola a la miseria absoluta (material y espiritual), dejando al 20% restante despilfarrar el 80% de los recursos naturales de modo cínico e insensato. Pero ese despilfarro tampoco es solución, ni siquiera para el primer mundo, porque este es sólo ostentación y, como tal, es pura apariencia, porque “oculta” el precio de ese despilfarro: la miseria del 80% que atestigua impotente la perversidad de esa lógica (y que ya acordona, mediante la violencia, a las grandes urbes del primer mundo).

Un verdadero “reconocimiento” no busca la “inclusión”, menos “incluirse” en un orden éticamente perverso. La “autonomía” que proponían las naciones originarias, era la respuesta a esa política señorial que le deja hablar al excluido, pero que nunca le escucha: el falso diálogo entre mudos (los indios) y sordos (los que dominan). Pero la “autonomía” que proponen ahora los comités cívicos de Santa Cruz y Tarija, los partidos de la derecha, las oligarquías (sobre todo cruceña) y los medios de comunicación, no tiene nada que ver con lo anteriormente expuesto. Una misma palabra, en boca de distintos actores, tiene también distintas derivaciones, porque los intereses son distintos. Ahora proclaman “autonomía” los heraldos de la exclusión, los herederos de aquella mentalidad colonial, dependiente, racista, con la cual se fundó Bolivia (los doctorcitos que redactaron una carta magna para ser como ellos, como los amos que los habían abandonado). Escarbando la génesis del nuevo discurso “autonómico” de la oligarquía, se entiende que este discurso tiene otros fundamentos y persigue otros propósitos. Y es la respuesta que manejan torpemente ante una política de “restauración”. “Autonomía”, para el sector beneficiario de las políticas neoliberales, consiste en reeditar la consigna del “menor Estado posible” (bandera del neoliberalismo fundamentalista, “a la Reagan”). Porque el Estado, para el “reino milenario del mercado”, es siempre el cuco que pretende controlar sus excesos; por eso reduce al Estado a su faceta autoritaria y le sirve sólo para maximizar las ganancias, o sea, para reprimir toda protesta. Porque en nombre de las leyes del mercado, el fundamentalismo neoliberal denuncia toda oposición como irracional y salvaje, asumiéndose como lo único racional y civilizado. El mercado (supuestamente perfecto) debe de ordenar la realidad (lo imperfecto), aunque la misma realidad se oponga. Hasta la visión neoclásica de la economía capitalista, se pretendió atenuar los desequilibrios que produce el automatismo del mercado mediante una intervención planificada. El socialismo real apostó por el extremo: planificación total; el neoliberalismo fue más lejos: mercado total; porque ya no interesan los desequilibrios que se producen (aunque sean irremediables) sino exclusivamente las ganancias que se logran.

Esa manera de mirar las cosas penetró en la mentalidad colonizada de las elites latinoamericanas (sobre todo de quienes fueron castrados intelectualmente en Harvard y Chicago) y, como “naturaleza misma de las cosas”, es la imperante ideología que se acuesta en las sombras aparentes de la palabrita de moda: “autonomía”. Como respuesta a la erupción social, a la “guerra del agua”, a la “guerra del gas”, a la elección de un “indio” como presidente, a la reconstrucción de un Estado colonizado hasta la vergüenza, la oligarquía opta por su típica política colonial: despedazar un país, para repartirse lo que queda. La “autonomía” que persiguen es la separación formal y real del Estado nacional (porque este ya no les pertenece) y, como ya no pueden gozar de sus beneficios, entonces optan por asegurar sus feudos; para ello necesitan romper las ataduras legales y “autonomizarse”, o sea, en constituirse en Estados dentro del Estado. Se trata de una política de división, porque la unidad nacional sólo puede asegurarse con un Estado que consolide su soberanía; pero a un Estado débil, como el boliviano, lo que menos puede reconstituirle es la descomposición estructural de su jurisdicción. El capital transnacional hidrocarburífero logró, mediante su influencia en los círculos de poder, patrocinar la idea de “autonomías departamentales” para que, departamentos como Santa Cruz y Tarija decidan, por sobre el gobierno, el destino de los recursos naturales en sus respectivos departamentos. Ante la presencia de un gobierno no manipulable, la solución es, como en la guerra del Chaco, enfrentarnos para, otra vez, despedazar nuestra tierra. A lo cual se añade aquella insistencia de grandes latifundistas por lograr control absoluto de la tenencia de la tierra, de ese modo, asegurar legalmente su posesión ilícita de propiedad.

Bajo la bandera de la “autonomía” se oculta la detentación de privilegios mal habidos en (sobre todo) veintiún años de neoliberalismo; donde, como fórmula mágica, se enriquecieron unos cuantos, dejando a todo un país repartirse la miseria que dejaron. Este sector es el mismo que, en casi dos siglos de vida republicana, empobreció a su elemento nacional, ignorante del efecto que eso le traería, porque de ese modo se conformaron como una oligarquía miserable, acostumbrada a la limosna, incapaz de iniciar un despegue económico, porque nunca pudo ni quiso democratizar su sociedad y ampliar el bienestar a todos los sectores del país que les cayó del cielo (porque nunca lucharon por él). Deformadas sus cabezas con el racismo proveniente de más allá del atlántico, nunca pensaron una política para todos, así como nunca planificaron una economía para todos (así se formó a generaciones de médicos, bajo las teorías eugenésicas, donde el “indio” era catalogado como una raza condenada a la decadencia; así se formaron los “doctores de la ley”, creyendo que su cuna estaba en Grecia y Roma, despreciaron centenariamente a los “indios”, gracias a quienes comían y vivían como “superiores”), porque vivían quemándose las pestañas para garantizar la felicidad de los amos de turno, a los cuales abrían las puertas y dejaban hacer su agosto con lo que encontraban, porque así gozaban de las migajas que les dejaban los amos (incapaces de imitar siquiera aquello que colmaba sus apetitos: el modo de producir los artilugios a los que eran adictos). Estos son los abanderados de la “autonomía” y apuestan por ella, porque ella garantiza sus posesiones y sus disfrutes. El Estado puede estar en manos de un “indio”, pero en sus fincas sólo mandan ellos. La euforia “autonómica”, que patrocinan los grupos de poder, oculta todo eso y los medios (de propiedad privada) se ocupan (sobre todo en Santa Cruz) de hacer de esa apariencia una seducción irresistible y “magnífica”.

El modelo de país “autonómico” es una receta, como la “reforma educativa”, que viene de afuera. Quien pregona tal modelo es, como sus antepasados (los primeros colonizados: los criollos; quienes nacieron mirando para afuera y despreciando lo que había adentro, la tierra que les dio cobijo y sustento), incapaz de pensar algo propio, y por eso se presta modelos de otros lados porque cree que, si allá dio resultado, aquí también lo hará, porque piensa que la realidad es (como ya lo sacramentó la ciencia moderna del siglo XVIII, hoy en plena crisis) plana y homogénea en todo lado. El modelo “autonómico” de España es “un” intento (deficiente) de “modernizar” la imposición centenaria de Castilla y Aragón por sobre otras naciones: el país Vasco, Cataluña, Galicia, Asturias, etc. Se trata de la misma evidencia en suelo propio de la falacia moderna: ningún estado moderno es un Estado-Nación. Lo mismo sucedió con la “I’lle de France”, que es la imposición sobre bretones, provenzales, etc.; la Alemania de Bismarck corrió la misma suerte, es la dominación de los prusianos sobre los bávaros, francos, etc.; la “Gran Bretaña”, es la dominación inglesa sobre Escocia, Irlanda, Gales, etc.; ni qué decir del que se arroga ser el campeón de la democracia: Estados Unidos de Norteamérica; ¿acaso no es la culminación del atropello salvaje de sioux, cherokees, cheyenes, mohicans, chiracahuas, etc.?

El Estado moderno nace con esa contradicción: se propone como “Estado-Nación” cuando se trata, en realidad, de la imposición de una nación sobre la otra; la contradicción es mucho más grave cuando sucede la imposición moderna-occidental en las colonias americanas (donde el racismo es el mejor argumento para liquidar por completo a las naciones originarias). Cuando las “autonomías” se proponen departamentales reproducen no sólo la herencia colonial (porque la delimitación departamental responde a una política de apropiación y enajenación de recursos que la colonia sistematizaba para sacar todo lo que servía para financiar el moderno-sistema-mundo naciente, del cual España fue el primer beneficiario), sino que atropellan, de modo cínico (en nombre de la “patria”), toda posible restauración racional del territorio (porque las naciones originarias siguen siendo prisioneras en un espacio mal distribuido y, producto de ello, son desplazados en su propia tierra, mendigando lo que es garantía de vida y debiera ser derecho inalienable).

El “referéndum autonómico” reconoce sólo el modelo departamental, que es el enarbolado por las oligarquías, y quiere hacer creer que ese modelo representa la alternativa a un “centralismo colla”. El centralismo afecta a todos, lo mismo a los pueblos (“collas”) aledaños a la sede de gobierno que al oriente del país. Lo coherente ante un centralismo es una descentralización administrativa; pero de allí imponer “autonomías departamentales”, bajo el prurito de evitar el centralismo, es saltar de la coherencia a la artimaña; porque del centralismo siempre se beneficiaron quienes, en veintiún años de neoliberalismo, se llevaron la riqueza (que sobraba al capital transnacional) a ciudades como Santa Cruz, y ahora esgrimen, en nombre de “reivindicaciones regionales”, una “autonomía” que les garantice, de modo legal, persistir en el poder, aunque este sólo sea departamental, ya que quienes persiguen la “autonomía” (por eso el carácter “vinculante departamental”) son precisamente los grupos de poder de los departamentos en donde se encuentran los más grandes campos hidrocarburíferos: Tarija y Santa Cruz.

“Autonomía” quiere decir darse leyes por sí y para sí. Quien persigue esto, en nombre de todos, persigue el beneficio privado, no el bien común. Porque preservando la estructura colonial (la derivación del poder a nivel departamental) lo que se preserva es la continuidad ilegítima y despótica de la acumulación de poder y riqueza. Condición de la acumulación de poder es la producción de menos democracia posible. La “autonomía” es la nueva apariencia que oculta la afirmación de los grupos de poder a nivel departamental, gracias a los cuales, el capital transnacional puede ingresar por otras vías a continuar su agosto en este país.

Un país descuartizado por políticas que no sólo desfalcaron al Estado sino que, legalmente, hicieron posible la transferencia sistemática de riqueza hacia afuera requiere, para recomponerse, no una feudalización de su espacio político sino una re-constitución de las mediaciones institucionales (como el Estado) que aseguren la democratización paulatina de todo su sedimento nacional. El verdadero poder no es aquel que se asalta. El verdadero poder emana de la “voluntad popular” y es la fuente de todo nuevo proyecto; por eso el “poder popular” es algo que se construye, lo que se construye no se asalta, lo que se asalta son las instituciones, y estas son sólo mediaciones necesarias para posibilitar la realización de lo proyectado. La construcción de un Estado nacional-popular pasa por reconocer que la legitimación, en última instancia, radica en el “poder popular”, y sólo el ejercicio militante de ese poder construye democracia. Pero si se entiende el poder sólo en términos modernos, como “potestas”, o sea, como algo que se posee, entonces se reproduce la lógica de la dominación, por la cual siempre se cae en constituir a “obedientes”, para ejercer dominio efectivo, y a pactar con quienes detentan espacios de decisión, para acaparar, en lo sucesivo, más poder. Por ello, la estrategia de la vicepresidencia fue un desliz poco afortunado. El “acuerdo” por el cual se certificaba el “referéndum autonómico” cometía un doble error; por un lado, reconocía el poder ficticio que ostentan los comités cívicos y los grupos de poder como un poder real y, por otro, otorgaba de modo ingenuo representación a quienes ya la habían perdido en la última elección: los partidos tradicionales reciclados en PODEMOS y UN. Ahora aquel desliz debe enfrentarnos al riesgo de asistir a la “autonomización” de los elementos de un Estado débil y, como tal, puede no tener la fortaleza necesaria para impedir una amenazante disgregación política. Por ello, nuestra respuesta a la pregunta del “referéndum autonómico”, debe ser un rotundo NO.

Rafael Bautista S. Autor de “OCTUBRE: EL LADO OSCURO DE LA LUNA” Ed. “Tercera Piel”, La Paz, Bolivia.rafaelcorso@yahoo.com La Paz, junio de 2006

Evo dice la Verdad Otra Vez



Arturo von Vacano

Cuando el Presidente Evo Morales informó a los bolivianos de que el pentágono está enviando militares disfrazados de turistas y estudiantes a Bolivia tuvo posiblemente como fuente al Washington Post del día 3 de febrero de 2006.

Ese matutino anotó ese día y en su página A8 una versión del anuncio del patrón del Pentágono, Donaldo Rumsfeld, de sus nuevas órdenes para sus militares, incluidas en un manual oficial por las que el Presidente de USA permite desde esa fecha el envío "secreto" de militares sin uniforme a cualquier país, el secuestro y asesinato de personas no gratas a USA y el reclutamiento de traidores y asesinos, entre otras misiones de las que no tienen ya obligación de informar a su embajador. Associated Press, vocero no oficial de su gobierno, incluyó en su nota del 21 de junio firmada por Fiona Smith y dedicada a criticar al Presidente Morales por haber difundido esta información, el siguiente párrafo que traducimos: "Equipos militares de Operaciones Especiales han sido enviados a Latinoamérica durante los últimos años. Sus oficiales dicen que tales operaciones no son secretas y son conocidas por los gobiernos anfitriones aunque no dicen donde operan. Un informe de abril del Washington Post dice que hay 20 de estas misiones en el mundo y que el Pentágono no necesita ya de la aprobación de sus embajadores para estas misiones". Mintiendo apenas, AP dice un absurdo (los embajadores no saben de lo que hacen sus militares, pero los gobiernos extranjeros si) y habla de una "aprobación" de esos embajadores cuando en realidad se refiere a que no son informados sobre tales operaciones comando.
En fecha 4 de Febrero 2006, envié a mis corresponsales la siguiente nota relacionada con el discurso de Rumsfeld. Es desalentador para todo comentarista el que un Presidente latinoamericano se vea necesitado de denunciar estas operaciones comando sin que, al parecer, ningún otro gobierno se haya dado por enterado hasta la fecha de la Guerra Larga de Rumsfeld.
Esta fue mi nota:

Donaldo lanza la Guerra Eterna

Arturo von Vacano

Hay veces en que parece que la prensa en español se duerme en masa. Así pareció el día 3 del mes que concluye cuando Donaldo, el Avatar Gringo de la Guerra, proclamó la Guerra Eterna, hija de la Segunda Guerra de Irak que hoy vivimos y nieta de la Guerra Fría, aborto de Harry Truman, ese que dejó huella en Hiroshima y Nagasaki. Hace un mes de la declaración de Rumsfeld y no hay impreso en el idioma de Cervantes que se haya dado por enterado. La Guerra Larga (como la llama Rumsfeld sin el menor sentido poético) durará 20 años y provocará algunos cambios: los soldados de USA no usarán ya uniforme ni invadirán ante la TV esos países cuyo idioma jamás entienden; en lugar de ello, se "colarán" en cualquier país, andarán disfrazados de campesinos "originarios" y se dedicarán a asesinar "a la Bond" a presidentes, obispos y dirigentes políticos allí donde les venga en gana. (En Bolivia se murmura que un gringo en uniforme boliviano asesinó al minero Coro.) Otro cambio: reconociendo que USA se está convirtiendo en un país de obesos, reducirá al mínimo su infantería y dará ultra-importancia a sus aviones "fantasmas" cargados de mini-bombas atómicas. El resultado: el resto del mundo se verá obligado a convertirse en una población subterránea condenada a vivir en cuevas y minas sin salir jamás a cantarle a la luna. Aún otro cambio: las libertades civiles de que tan orgullosos estaban los gringos hasta 2000 habrán desaparecido, el espionaje contra sus ciudadanos será legal (como ya lo es) y la "desaparición" de gente buena y sana será pan de cada día. Habrá un Guantánamo en cada estado y muchos gringos pedirán asilo en Islandia. Rumsfeld hizo uso del Club Nacional de la Prensa en Washington para decirnos a tirios y troyanos que "Estados Unidos está metido en una larga guerra" contra Al Qaeda y Osama bin Laden, al que comparó con Lenín y Hitler y anotar estos cambios, pero el mundo no dijo ni "pip". Hizo como los judíos de París en 1941. A estas alturas habrá gente que se dirá: "Este Arturo es un mentiroso. Mira nomás lo que dice para hacerlo quedar mal al embajador delincuente". A mis pruebas me remito: página A8 del Washington Post del 3 de Febrero de este Año del Señor de las Tinieblas. Pídale usted a la india, digo, a la Srta. Empleada, que vaya a comprar un ejemplar en lo de la chola Ignacia. Cito también la primera página del mismo diario y del día 4, histórica fecha ignorada por todos en la que el Pentágono lanzó el manual que oficializa su Guerra Larga y los cambios que vengo anotando. Por eso me sorprende tanto el inexplicable silencio de la prensa en español en el mundo. Los objetivos señalados por Rumsfeld y sus milicos son tres, dice ese manual: impedir que los terroristas del equipo contrario se hagan de armas de destrucción masiva iguales o similares a las que tienen los terroristas gringos, defender el territorio nacional de USA contra extranjeros y ciudadanos y "auxiliar" a "aliados" como Bachelet y Uribe en su esforzada lucha contra sus propios pueblos. Rumsfeld lo dijo de modo un poco diferente, pero la idea es la misma. Esto es lo que se llama "periodismo interpretativo". Para Rumsfeld y los gringos en uniforme, se acabaron los malos años en que había que respetar las Convenciones de Ginebra y el cuero de los prisioneros de guerra uniformados o en pelota. Las guerras del futuro (y del presente) son y serán "guerras irregulares" libradas no contra estados ni países sino contra "grupos extremistas" cuyos extremos sean diferentes a los de Rumsfeld.
Para el Pentágono, Irak y Afganistán son apenas "las primeras batallas" de la guerra eterna iniciada el 3 de Febrero pasado, guerra mundial que se libra contra los extremistas musulmanes que son "profundamente más peligrosos" que los enemigos anteriores del Imperio porque pueden usar avances tecnológicos que les permiten operar a nivel global (esto lo dicen los gringos mentirosos, no yo) y a la velocidad de un rayo. (Yo digo desde 2000 que el 9/11 lo armaron los gringos usando a bin Laden y sus muchachos. Digo que muy pocos estados modernos (USA, Israel, Francia, Inglaterra) pueden organizar una operación de semejante calibre. Afirmo que no capturan a bin Laden porque el hombre ese está oculto (o preso) en USA. Pero, ¿a quién le importa lo que yo digo? No me haga usted el menor caso, y siga con su rocambor). Todo esto ha sido posible porque desde 2000 vive USA lo que ahora llaman una "presidencia imperial" durante la cual Bush ha pisoteado la Constitución, ha negado los derechos civiles de sus ciudadanos, he mentido y engañado sobre el 9/11 y la Guerra en Irak y está manejando a capricho, ignorancia y locura un régimen arbitrario e ilegal que la mayoría de los gringos (estúpidos políticos como ningún otro pueblo) no sabe cómo combatir.

Para ellos, el Presidente es dios y no saben qué hacerse de este dios loco. Mientras el ala derecha del partido plutócrata (republicanos) destruye sistemáticamente la esencia misma del estado estadounidense, sus leyes y los equilibrios de poderes que garantizaban una convivencia civilizada (que nadie hiciera lo que le viniera en gana con gentes, bienes, hijos y tesoros), el ala izquierda (demócratas) ejercita el papel de bobos cómplices y no se atreve a nada porque el país "está en guerra", cuando en verdad la Guerra de Irak es para USA como la que libró contra los Comanches hace dos siglos, y eso. Pero, así como Hitler anunció al mundo las sorpresas que guardaba en el bolsillo del chaleco, así Rumsfeld ha dicho el día 3 y repetirá para el mundo las canalladas que prepara y lanza en este Febrero maldito el Imperio, enemigo de la humanidad, contra los seis mil millones de bípedos parlantes con que Dios ha querido oprimir este planeta. Ah, pero usted siga nomás con su café. Cuide que no se le vaya a enfriar.


miércoles, junio 21, 2006

Nacionalismos de pacotilla



Por Antonio Peredo Leigue

La Paz, junio 19, 2006

Las grandes recepciones de agasajo a los nuevos gerentes yanquis a quienes entregaban los recursos nacionales, ahora se ocultan con cinismo. Las proclamas de que la inversión extranjera (léase norteamericana) significa el desarrollo nacional, fueron silenciadas. Las sociedades formadas con capitales estadounidenses se camuflan. La última de tales trapacerías que pretendía entregar el Mutún a cambio de un miserable 1% se ha echado al olvido rápidamente.

Hoy por hoy, quienes se jactan de hablar “un buen inglés”, gritan un nacionalismo risible a cuenta de la amistad del gobierno boliviano con Venezuela y con Cuba. No han tenido empacho en agitar la bandera boliviana para cubrir sus mediocres campañas electorales. La ley prohíbe este uso publicitario pero, como puede verse, no hay autoridad electoral que se haya dado por enterada.

De hecho, quienes vendieron el patrimonio nacional a las transnacionales, reclaman hoy por el apoyo que recibe Bolivia para su desarrollo. Los que no tuvieron vergüenza de disfrazarse como ordenaba la embajadora yanqui para asistir a sus fiestas, se rasgan las vestiduras porque Hugo Chávez está dispuesto a afianzarla economía boliviana y lo declara abiertamente. ¡Pobres personajes que, al abandonar la escena, no tienen el recato de irse calladamente!

La vergüenza nacional

Desde agosto de 1985 gobernaron, sucesivamente: Víctor Paz Estenssoro, Jaime Paz Zamora, Gonzalo Sánchez de Lozada, Hugo Banzer, Jorge Quiroga, GSL nuevamente, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez.

El país se nos muere y hay que vender desde rosas hasta piedras, fue la primera consigna. ¿Lo recuerdan?

Borrón y cuenta nueva para las relaciones internacionales. No olvidemos la cláusula oculta del acuerdo con Bush padre. ¿Eso fue nacionalismo?

Goni llamó capitalización a una vergonzosa entrega que destruyó el LAB, los ferrocarriles, agrandó el déficit fiscal y puso en bancos extranjeros los fondos destinados a la inversión. ¿Sabía la letra del himno nacional este señor?

Continuador del esquema que le dejaron, el general se dedicó a distribuir tierras entre sus amigos, como lo hizo a lo largo de su dictadura. ¿Estaba haciendo patria?

Tuto, quien ahora es capaz de salir vestido con los colores de la bandera, firmó decretos a gusto y sabor de las petroleras: entrega de propiedad en boca de pozo, conversión de las parcelas en semi-parcelas para ahorrarles inversiones. ¡Patriota, el caballero!

Entre Mesa y Rodríguez pende el humillante acuerdo de entrega de los misiles chinos al Pentágono. Y ni qué hablar de la pobreza de conducta con que, ambos, se doblegaron ante las transnacionales para no implementar la nueva ley de hidrocarburos.

¿De qué nacionalismo pueden hablar todos ellos?

Destruyeron Bolivia. El pueblo los repudió. Retírense silenciosamente de la escena política. Nadie los quiere allí. Caven su tumba y échense a esperar su muerte.

Las cuentas del general


Execlub

editorial: Después que públicamente se descubriera de un alegato entre supuestos herederos, y,... la merecida defensa de recursos mal habidos, o mejor dicho de dineros robados a este pueblo sufrido..., salió a la misma opinión pública una réplica audaz y cínica del hijo de un expresidente de facto, segun él, predestinado por los dioses a salvarnos de las profunidades del infierno y en compensación..., a llevarse muchos millones de dólares a nombre de la democracia, en contra de las mayorias y todo para salvaguardar el sistema de los pocos y de los que siempre abusaron del poder. Extrañamente, fué un general que nos humillaba pensando algun día escapar de nuestras fronteras y tener un colchón financiero que guarde su cuestionado rol como gobernante sin patria y sin honor. El auto proclamado hijo de prócer, que malgasta fortunas sin trabajar como heredero de la infamia..., tiene el atrevimiento de ultrajar a una mujer que denuncia, a una patriota que defiende lo nuestro..., y que entusiasma a sufridos pueblos como Tarata, a recuperar estos dineros para que sean utilizados en el bien común. Lean con amargura la respuesta a este antipatria. Estamos descubriendo, les saluda, W. Flores Medina execlub@ejecutivo.com

martes, junio 20, 2006

NO A LAS AUTONOMIAS REGIONALES


(De Execlub)

Circula un volante en las provincias del Chaco que convoca a votar por el No en el Referéndum Autonómico. "Habemos quienes apoyamos el NO porque deseamos que la Constituyente discuta el SI, pero a las autonomías municipales, regionales, indígenas y comunitarias", dice el documento crítico al Comité Cívico de Santa Cruz.

Escribe desde el Chaco: José Manuel Ramos Peláez

¿Está usted de acuerdo en el marco de la unidad nacional, en dar a la Asamblea Constituyente el mandato vinculante para establecer un régimen de autonomía departamental, aplicable inmediatamente después de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado, en los departamentos donde este referéndum tenga mayoría, de manera que sus autoridades sean elegidas directamente por los ciudadanos y reciban del Estado Nacional competencias ejecutivas, atribuciones normativas administrativas y los recursos económico-financieros que les asigne la nueva Constitución Política del Estado y las leyes?

Esta será la pregunta del referéndum autonómico que se realizará el 2 de julio próximo, de forma simultánea a la elección de constituyentes, que representarán al país durante la Asamblea Constituyente, que funcionará en Sucre desde el próximo 6 de agosto por espacio máximo de un año.

Desglosando la pregunta, el referéndum consultará al electorado habilitado para sufragar, si está de acuerdo en: ¿dar a la Asamblea Constituyente el mandato vinculante para establecer un régimen de autonomía departamental [Significa, autorizar a la Asamblea Constituyente (compuesta por 255 constituyentes nacionales) para que redacte en la nueva Constitución un Régimen Autonómico Departamental, donde se dirá cómo estará conformado el Gobierno Autónomo Departamental y cuáles serán sus competencias, principalmente] aplicable inmediatamente después de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado, en los departamentos donde este referéndum tenga mayoría [Significa, que ese Régimen Autonómico Departamental escrito por los constituyentes en la nueva Constitución, entrará en vigencia en los departamentos donde gane el ¡SI!, apenas se promulgue la nueva Carta Magna como resultado de un referéndum nacional] de manera que sus autoridades sean elegidas directamente por los ciudadanos [Significa, que a partir de la vigencia de la autonomía departamental, los ciudadanos podrán elegir a sus autoridades departamentales como ser Directores departamentales de Salud, Educación, Caminos, Impuestos, Aduana, INRA, etc. (no sólo Prefectos como ya se lo hace). La elección no se aplica a provincias ni secciones] y reciban del Estado Nacional competencias ejecutivas, [Significa, que ese Régimen Autonómico Departamental establecido en la nueva Constitución, deberá decir qué competencias tendrán los Gobiernos Departamentales a diferencia de las competencias nacionales, y deberá el Estado transferir dichas competencias. Es decir, qué pueden y qué no pueden hacer los Gobiernos Autónomos Departamentales en su territorio] atribuciones normativas administrativas [Significa, que el Régimen Autonómico Departamental deberá establecer un Poder Legislativo para los departamentos donde gane el ¡SI!, además de un sistema de administración propia de sus recursos departamentales.

Es decir, que el Departamento Autónomo tenga su propio Parlamento o Legislativo; y también, su propia burocracia] y los recursos económico-financieros que les asigne la nueva Constitución Política del Estado y las leyes? [Significa, que los Departamentos Autónomos también deberán recibir del Estado lo que recaudan de impuestos en sus territorios, lo que perciben de aranceles, lo que pagan de regalías y patentes los inversionistas privados, etc. Es decir, el Régimen Autonómico Departamental deberá decir claramente cuánto, cómo y de qué recibirán recursos estos departamentos] Nótese claramente, que como mandato del referéndum y ganando el ¡SI!, la Asamblea Constituyente deberá diseñar un Régimen de autonomías departamentales. El ¡SI! creará un chaleco de fuerza que impedirá a la Asamblea Constituyente tratar otro planteamiento autonomista que no sea "departamental". El ¡SI! "departamental" no es igual al ¡SI! regional o provincial. Por eso, vote ¡NO!

10 RAZONES PARA DECIR ¡NO!

La AUTONOMIA, de implementarse en el o los departamentos donde gane el ¡SI!, con seguridad traerá malas consecuencias:

* La autonomía departamental reproducirá, departamentalmente, el centralismo nacional que tanto criticamos, en desmedro de provincias, secciones o regiones que buscan autonomía.

* La autonomía departamental será el candado a cualquier aspiración regional de convertirse en nuevo departamento, y evitará que la Asamblea Constituyente delibere sobre los tipos y * formas de autonomía demandadas por regiones, sectores sociales e indígenas del país.

* La autonomía departamental reavivará y fortalecerá al obsoleto aparato administrativo Prefectural, que hoy en día compite con la administración pública Municipal, mantiene una burocracia * parasitaria, acapara más recursos que los municipios, refugia a los políticos tradicionales, y engorda a la oligarquía nacional.

* La autonomía departamental buscará la libre disposición de recursos naturales nacional-estratégicos como el gas, para entregarlos a la rapiña de los capitales transnacionales.

* La autonomía departamental legalizará las aspiraciones oligárquicas de Santa Cruz y Tarija, que consisten en manejar y controlar a las provincias a fin de que sigan aportando con sus riquezas naturales al progreso de sus empresas, industrias y latifundios, y de la capital de departamento.

* La autonomía departamental pondrá en riesgo la existencia de los departamentos que no tienen suficientes recursos para sostenerse y desarrollarse, por lo tanto, se generarán condiciones económicas y sociales desequilibrantes para el país. La desigualdad intranacional será un

resultado inevitable.

* La autonomía departamental concentrará el poder político y económico en capitales de departamento, poniendo en riesgo la satisfacción de necesidades provinciales, seccionales y cantonales.

* La autonomía departamental favorecerá a las élites económicas y políticas de las provincias, cuyos intereses coinciden con los de las roscas departamentales, y son contrarios a las verdaderas aspiraciones del pueblo trabajador y campesino.

* La autonomía departamental conferirá mayores competencias a los gobiernos departamentales. No así a las provincias, secciones y cantones, que tendrán que seguir dependiendo del centralismo y la politización capitalina.

* La autonomía departamental entregará más recursos económicos, financieros y técnicos a los gobiernos departamentales. No así a las provincias, secciones y cantones, que tendrán que resignarse a las migajas que arroje el centralismo capitalino.

domingo, junio 18, 2006

Gobierno lanza plan para nuevo Estado social, descolonizado y fundado en la multidiversidad

Agencia Boliviana de Información

Evo cumplió con la convocatoria, pero votará en contra de autonomías que quieren los ricos


Agencia Boliviana de Información

EL PRESIDENTE DEPARTAMENTAL.

(De Tribuna Boliviana)
Eduardo Rodríguez Arauco.
La desesperación de ser más de lo que se ha podido conseguir por
meritos propios, lleva a determinadas personas a auto sugestionarse de que
son merecedoras de altos cargos jerárquicos del país, por eso sin
importar que medios se utilizan se busca crear el sui géneris cargo de
Presidente Departamental.
Por aplicación de disposiciones legales inconstitucionales, emitidas
por soberbia e ignorancia, se pretende transformar una Prefectura, en una
Presidencia, buscando de esta forma entre otras cosas, tener el manejo
discrecional de los recursos del país, ubicados en determinadas
regiones de nuestro suelo patrio.
Estas explosiones Napoleónicas, deben ser tomadas en cuenta por el
Gobierno y definir claramente los motivos de remoción de una autoridad
prefectural, los que hasta el momento y a solicitud de la juntucha de
prefectos, se han circunscrito únicamente a los casos de fallecimiento o
renuncia de estas autoridades, sin considerar que pueden darse causales de
mal desempeño de sus responsabilidades, como una traición a la patria,
subversión, enajenación de recursos o territorios protegidos por
nuestra CPE, que de ser comprobados deberían hacer posible la expulsión de
estas autoridades.
Cuando un presidente en funciones cometió actos de corrupción y entrega
de los recursos naturales del país, ha sido obligado a escapar como un
delincuente, entonces como puede ser posible que a un prefecto se lo
remueva únicamente por dos razones y ninguna de ellas sea un acto
delictivo.
El apoyo e incluso la defensa que hizo un Presidente Constitucional, a
la instalación de empresas extranjeras, que se introdujeron al país
amparados por verdaderos grupos delincuenciales, vulnerando la CPE fue una
de las razones para la expulsión de GSL.
En este caso el in disimulado apoyo y la defensa a ultranza que se hizo
de la empresa brasilera EBX, que apoyada como era costumbre en
anteriores gobiernos por pequeños grupos, que defienden sus intereses en
desmedro de los de Bolivia, debía merecer el cuestionamiento de todo el país
al comportamiento de autoridades, que quieren forzar al pueblo
boliviano, a que reconozca y acepte la delincuencia, abuso e invasión del suelo
patrio.
Después de haber promovido paros, huelgas y otro tipo de medidas
totalmente ilegitimas, ya que estban dirigidas a la no expulsión del país de
una empresa que de inicio vulneraba el pago de impuestos, la ocupación
de territorios amparados por nuestra CPE y como si eso fuera poco,
infringia también un grave atentado contra el medio ambiente.
EBR ha pisoteado nuestra CPE y lo puede volver a hacer como tantas
veces le ha sucedido al país y de estos errores han venido todas las
desgracias y desventuras de nuestra querida Bolivia.
El primer pliego de licitación del Mutun otra exigencia Cívica, fue
como se demostró una verdadera entrega de este recurso al capital foráneo,
pese a ello existió una fuerte presión incluso con medidas de hecho,
tendientes a apoyar las leoninas ofertas propuestas por determinados
grupos, que se organizaron apoyados por personas que representan intereses
que no son los que le convienen al país.
Con la acertada postergación de la licitación original por parte del
gobierno, se pudieron corregir y mejorar muchos aspectos que hacen a la
mayor y mejor participación del estado en el Mega Proyecto, sin embargo
la actitud de los aspirantes a las Presidencias Departamentales es y
sigue siendo de apoyo a intereses alejados a los del país y sus regiones.
[Este mensaje contenía archivos adjuntos]

sábado, junio 17, 2006

Sobre la Ley y el Racismo

Arturo von Vacano

La tragedia boliviana puede definirse en términos sencillos como el fracaso de la sociedad boliviana en el cumplimiento del vital deber de incorporar a su población indígena y transformarla en un segmento educado, libre, dinámico y efectivo en la conquista del futuro del país. Eramos un país en el que, de cada diez seres humanos, seis eran fantasmas sin derecho alguno.

Este fracaso es culpa de todos, pero no por igual; La culpa es proporcional al poder ostentado por cada segmento durante los feroces 200 años de vida que ha sufrido Bolivia. Quienes mayor poder tuvieron más culpable son hoy de semejante fracaso. Quienes sufrieron porque no tuvieron poder alguno son tal vez inocentes de ese fracaso.

El que los explotados de Bolivia jamás aceptaran ese horrendo destino es un homenaje a todo ser humano y ello les hace merecedores no sólo de la admiración y la simpatía del mundo, sino también de su apoyo. Tal ha sido la reacción mundial desde que Evo salió a cumplir su primer milagro, el de poner a Bolivia en el mapa del universo.

Pero los enemigos de Evo no están, por lo menos no todavía, fuera de nuestras fronteras. Es cierto que acechan desde el Paraguay, país invadido, y ese horrible Chile (lo que sería Bolivia sin Evo), y espían desde el Brasil, que desenmascaró ya a Lula, pero el mundo ha decidido dar pausa a Evo porque la brutal miseria de Bolivia es harto evidente. Ese apoyo pasivo podría continuar si Evo y sus enemigos no convierten a Bolivia en el Irak de América.

Evo y sus enemigos locales, se entiende, porque tiene dos enemigos criollos que pueden hacer arder el país como no ardiera en la década de los 50, cuyos peores años fueron el castigo para una Revolución Traicionada.

Uno de esos enemigos es la Ley boliviana. Redactada por los enemigos de la bolivianidad, ha sido hecha para servir a esos enemigos, para protegerlos, para darles armas despreciables contra el país, para permitir su impunidad perenne. Del uso y abuso de tales leyes malas no existe mejor ejemplo, tal vez, que ese profesional del cinismo, la pillería y el desprecio por la conciencia del hombre que el actual senador que fuera ministro de Educación del tirano.

Por supuesto, es sólo un ejemplo. La legión de la que este ente forma parte incluye a millonarios más hábiles y más ricos que nunca han visto ni su cara ni su apellido en una denuncia publicada de sus "operaciones", pero todos son producto de esa Ley boliviana que ha permitido el triste registro de 30 años de historia hechos de crímenes, canalladas y abusos increíbles sin ningún culpable castigado ni siquiera por la opinión pública. Tales son los extremos a que lleva la corrupción institucionalizada.

Esa Ley y su producto, esos "políticos" sin patria ni dios a no ser el dólar, amenazan hoy más que nunca las esperanzas de un futuro que alientan los humildes de nuestra tierra. ¿Es posible concebir una Bolivia del futuro que pudiera sobrevivir a semejante Ley? Hecha para explotarla antes de asesinar a la patria, excluye toda posibilidad de futuro digno de tal nombre.

Un otro enemigo, tal vez más feroz, es el racismo boliviano. Los bolivianos somos racistas desde siempre, desde antes de ser bolivianos. Los mitómanos del día, tanto occidentales como orientales, inventan historias idiotas basadas en ese racismo y dirigidas a preservarlo.

El Altiplano inventa un "imperio socialista" y cobrizo que jamás existió y los ricachos de Santa Cruz pagan pequeñas fortunas para inventar una Atenas oriental que pueda reemplazar en la imaginación de los ignorantes a la Santa Cruz real, hecha de bellezas desnudas, carnavales orgiásticos pero diminutos y horrorosas diferencias sociales. Como en el Brasil, en Santa Cruz los pobres no existen, no se ven ni se escuchan. O, si existen, existen sólo para comprarlos y convertirlos en asesinos y degolladores.

Ambos vicios nacen en nuestro racismo. Ambas mentiras excluyen a quienes son diferentes porque no son de la misma raza, como si hablar de razas puras fuera posible hoy por hoy. Ambos extremos harán la pira que terminará por quemar al país si no aprendemos a tiempo que todos somos bolivianos primero y mestizos después. Porque todos somos mestizos. Todos, por blancos o indios como aparecemos, somos mestizos tanto por dentro como por fuera. A ello se debe el hecho cotidiano de que todos ejercitamos el salvajismo de nuestra política, el desprecio por los más débiles, el uso y abuso del cinismo como "instrumento de trabajo".

Saludé en su momento el triunfo de Morales como el único "paso adelante" que pudieron dar los bolivianos en su intento de construir un país, y ello es evidente: ¿quién puede imaginar a Morales refugiado en Washington después de cometer crímenes y pillerías contra su pueblo? Habrá tarugos que hablen de La Habana o Caracas, pero ni sus peores enemigos han pensado en Insultarlo de esa manera.

Dije también que, si sus enemigos triunfan, Evo (que por ser Evo no puede ser otro que Evo) sufrirá el sangriento y bárbaro fin que los enemigos del país diseñaron para Busch El Suicida y Villarroel El Colgado. La diferencia, tal vez, estriba en que las fuerzas opuestas están tan equilibradas hoy que un final tan terrible para Evo significa para todos una pesadilla de sangre larga y feroz, anunciada ya por los peores años de la Revolución Traicionada.

A diferencia de otras, esta es una lucha que se libra en la conciencia de cada boliviano. No es como aquellas que permitían a los necios la cobarde afirmación de que "la política es para los sucios; yo no me meto", disculpa con la que entregaron el país todo a esos "sucios".

Hoy, cada boliviano debe ponerse la mano al pecho, debe reconocer a la Ley boliviana y al racismo boliviano como los enemigos mortales que son de nuestra patria, y debe combatirlos sin pena ni pausa porque si tales enemigos triunfan no habrá futuro para Bolivia.

Por sus Obras los Conocerás


Arturo von Vacano

En cualquier país del mundo, cada ciudadano de inteligencia media y un leve tinte de educación entendería que vive en un país sin futuro si los más entre sus habitantes se ven condenados a vivir como trogloditas, sufrir una miseria inhumana y carecer de la más mínima esperanza. Excepto en Bolivia, al parecer.

En Bolivia y desde que es Bolivia, un segmento mínimo (una sola familia extendida) ha vivido 200 años sin entender esa tragedia ni elevar a esa mayoría, campesinos que sucede que son indios, a la categoría de seres humanos, no digamos ciudadanos educados de un estado moderno. Esto es, comió oro mientras se suicidaba como segmento, despreciando todo futuro para la nación.

Esa familia extendida, llamada "elite" por su propio capricho, vio el fracaso de su "plan de dominio" en diciembre pasado, cuando 200 años de sacrificio y sangre pusieron por fin en el Palacio Quemado, que no es necesariamente el Poder, al primer miembro de esa mayoría explotada, el indio Evo Morales.

Diríase que tal evento, estudiado por una minoría educada, debió conducir a la ineludible conclusión de que es hora ya de hacer historia y dejar atrás las matufias, los robos y los horrores de lo que llamamos "vida republicana". Es hora de hacer una nación o perecer en el intento. Nada peor que el reciente pasado boliviano y sus dictadores, asesinos y "hombres de negocios".

Se diría también que ese segmento, beneficiario de esos 200 años de ceguera y cuyos "mejores" hijos se convirtieron en vendedores de cada trozo de la patria, "indios y todo", usaría esa educación de que tanto se vanagloria, adquirida en USA y Europa, para agarrar la ocasión por lo pelos, cumplir un deber humano y cívico elemental y hacer en 20 años lo que no se hizo en cinco siglos.

Si Bolivia tiene un futuro, ese futuro es la participación plena y responsable de sus mayorías en esforzada armonía con sus minorías.

Después de todo, Bolivia es un país de apenas ocho millones y los problemas de ocho millones no son problemas para el mundo, esos seis mil millones que se acercan a evidente prisa a las guerras por el agua, el aire y el Espacio vital.

Pero no. Parece que las "elites" prefieren acabar con Bolivia antes de aceptar la justicia de la causa de Morales. Su educación privilegiada les permite entender que Evo no es el Lenín del Chapare y que su "revolución" es apenas el límite de lo justo. Prefiere, pero, pintarlo como el Nuevo Che de los Andes y preparar su violenta defenestración para entregar el poder a gente tan patriota como Tito, Tuto y Sam.

¿Por qué? Porque Evo es indio, y las "elites" son "blancas" aunque nadie lo creería al verlas.

Pero claro, correrá la sangre antes de que otro Tuto (o el mismo) tenga una segunda oportunidad de vender los salares, otro Tito se haga de millones robando con gran cinismo y otro Sam se "preste" diez millones para iniciar su fortuna de "capitán" de la industria.

Porque sucede que la educación elemental que diferencia al ser humano de un ente egoísta y ciego dedicado a sus propias pasiones y disfrazado de "caballero" no se enseña en las universidades de USA y Europa.

Afortunadamente, nace con toda persona de conciencia recta. Es el sentimiento de rebelión e indignación que estalla en todo corazón bien puesto ante los crímenes de los poderosos. Es la inteligencia que entiende que la paz social sólo puede ser hija de una justicia elemental.

Pero la historia nos enseña también que las "elites" prefieren suicidarse antes de ser gobernadas por "ese indio deŠ". El racismo que nos aqueja desde antes de ser bolivianos estalla y conduce a la confrontación violenta gracias a esos "educados" miembros de las "elites".

Desde siempre he dividido a los bolivianos en dos segmentos, los que pueden irse y los que no pueden marcharse. Cuando gobernaban y podían irse, robaron, mataron, entregaron la patria a extranjeros y se fueron. ¿Qué mejor ejemplo que Goni?

Hoy gobierna uno que no puede irse, apoyado por otros que tampoco pueden irse. Nadie puede imaginar la gran diferencia entre éstos y los anteriores.

O, mejor, todos la conocemos porque sabemos a cual segmento pertenecemos.

Cuando una persona sabe que su país es de sus antepasados, de sus contemporáneos y de sus hijos, ve las cosas de modo muy diferente al de la persona cuya posibilidad de fugar como ladrón y genocida es posible porque tiene la cara blanca y habla inglés. Es decir, puede vender a su patria y gozar de esa venta lejos y feliz. Para Goni, Bolivia fue una oportunidad de saqueo.

Para Evo, este país es todo. No hay posibilidad de disfrazarse de gringo ni de cubano para Evo. El hambre de los campesinos es su hambre. El la ha sufrido y ha contado cómo es ese sufrimiento. Esa es la "educación" y la "preparación" que tiene Evo y que las "elites" ignoran. Conociendo la "educación" que imparten las universidades occidentales, es casi imposible esperar que los más "educados" entre las "elites" hayan desarrollado una conciencia social que les permita servir al país antes de servirse de él. No abandonarán la demagogia letal que han venido repitiendo desde la Revolución Traicionada. No se pondrán hombro a hombro con sus campesinos hasta transformar a nuestra sociedad en una nación posible.

En lo personal, esa imposibilidad me ha traído instantes de íntima amargura y terribles desilusiones porque no hablo en teoría sino que conozco los rostros, los nombres y los apellidos de muchos entre esa "elite" privilegiada que prefiere agonizar con sus vicios antes de elevarse sobre su propia pequeñez y hacer, tal vez por primera vez en su vida, lo que es justo, simple y llanamente.

Largo ha sido mi silencio en este aspecto porque nunca es fácil ser testigo del envilecimiento de un amigo. Y amigos han sido muchos entre los que hoy se ven obligados por Evo a quitarse finalmente la máscara y tomar partido por la opresión, la injusticia y el robo, que es como definimos mejor los últimos 30 años.

El primero que me lastimó fue Pedro Shimose cuando cambió casi tres décadas de exilio por un cartón de colores que le regalaran el enano tirano y su ministro ladrón, Hoz de Vila. Yo recordaba el día en que Banzer lo sacó con un puntapié del país, sonreía ante la ruta de Pedro hacia el exilio, ruta que comenzara en La Habana con palabras de elogio para un régimen y terminaba gracias a la Sra. Shimose, ¿quién lo duda? en Madrid con palabras de elogio para un tirano. Callé entonces porque los poetas, como lo probara Borges, tienen cierta licencia para practicar la estupidez política y Pedro es poeta, o lo era hasta que Banzer le quitó la musa más vital que exigiera su poesía, su patria.

Seguí luego las aventuras como saqueador y "empresario" de mi amigo el "P¹ura" Torres, seudónimo que muestra ya cuan cerca tiene a sus antepasados campesinos y no pudo menos que dolerme el recuerdo de su señor padre, Don Segundo, quien tuvo la debilidad de extenderme su amistad y su protección cuando no era yo más que un huérfano reciente. No haberlo recordado a tiempo, Edgar.

Un otro que creí honesto es Antonio Araníbar, cuyo consejo busqué guiado por mi candidez política (pues nunca creí que Goni llegaría al genocidio aunque lo conozco tan poco) y por la idea tonta de que no hay dineros que paguen la entrega de todo un país a sus explotadores extranjeros. Araníbar es y siempre fue agente de las multinacionales. ¿Dónde está ahora?

Pero nadie me duele más que Flavio Machicado, hoy que le veo asociado con los herederos del tirano después de casi una vida en que creí que servía los mejores intereses del país. Algún derecho tengo de hacerle este reclamo, pues que le ayudé sin interés alguno cuando buscó la vicepresidencia junto a Walter Guevara Arce y me hizo candidato a senador por La Paz sin preguntarme mi opinión, jugadas que atribuí más a la urgencia del momento que a un manejo turbio.

Pero allí está Flavio, ya viejo como yo pero tal vez no tan enfermo, pidiendo su voto a los vecinos de el Alto bajo la sigla infamante de ADN y creyendo tal vez que podrá comprar los que necesita porque el dinero ya no es problema. Así acaba mi amigo, el demócrata ministro de Torres, el general asesinado por los gorilas argentinos.

Otros varios me vienen a la memoria, pero no ocupan entre mis recuerdos el lugar que les diera nuestra niñez y nuestra juventud vivida como testigos unos de los otros. Varios fueron alumnos como yo del Indio Ayala, profesor de historia y educación cívica en un aula dedicada a cosas más importantes como las matemáticas y la importancia del dinero.

Algunos usaron su apellido para bañarse en oro sembrando horribles rumores sobre sus pillerías y sus abusos y hubo uno que cambió de patria para volver a Bolivia a perseguir y torturar rebeldes, pero será mejor que continúen enterrados bajo la mala memoria común aunque jamás paguen sus delitos.

Pero el azar me sonríe cuando pienso en que estos privilegiados del dinero y los apellidos ilustres terminan como están terminando mientras este quijotesco rebelde al que miraban desde arriba porque era pobre como San Francisco sigue viviendo en manos de miles de estudiantes y en el texto de "Sombra de Exilio", publicado sin cesar desde 1970 sin que sus editores me hayan pagado jamás un peso. Eso, y el no haber sido empleado público me consuelan cuando vivo con un pie en la tumba y el otro en una cáscara de banana. Yo no vendí mi conciencia.