El consorcio Prisa-Razon, a la hora de sacramentar el nuevo boom literario del escritor (de cartas) Tuto Quiroga, reveló que este se propone ahora atravesar los terrenos de la ficción, componiendo una epístola de carácter metafísico, donde (en referencia al destinatario) prorrumpe en disquisiciones esotéricas acerca del nuevo postulado de las ciencias exactas: los “dos tercios”. Desde el cual argumenta el escritor (de cartas) se podría demostrar aquellas preocupaciones que aquejaron al entendimiento humano por milenios, como el encuentro perfecto de paralelas en un universo hipotético (de carácter “autonomista”), también el valor de pi (que por “dos tercios”, se puede calcular su exactitud, reduciendo los millones de cifras decimales a 13 senadores y 48 constituyentes), o la solución del sexo de los ángeles, que serían varones, bien machitos, autonomistas e inscritos en el Comité Cívico pro-Santa Cruz, además de afiliados a la “juventud cruceñista”. Los medios de prensa escrita no se cansaron en señalar que esto iba a significar (además del impacto científico) una nueva edad para la literatura: el “institucionalismo mágico”.
Los canales de televisión no pudieron más que enaltecer semejante empresa del joven y apuesto empresario (sin ocultar el deseo de que tal cometido sea merecedor del premio Nóbel); algunos de sus portavoces no pudieron aguantar las lágrimas, cuando aseguraban que esto sí representaba un cambio, pues un boliviano de buena cuna, iba a demostrar al mundo lo indemostrable. Según Unitel, este postulado también podría demostrar la no existencia del latifundio; la felicidad de su propietario fue tal que hasta dio la orden de reeditar la serie gringa: “La familia Ingalls”; y hasta se prevé que la nueva moda camba sea la de los “pilgrims”, el prefecto Costas propuso este emblema para la nación camba: “la tierra es de quien la descubre”. Red UNO y ATB, entusiasmados por la revelación, convocaron al mundo científico de sus agendas; apareció el físico de Zarati, quien señaló que él ya había sentado las bases para este cambio de paradigma, cuando había demostrado (en un juego de la botella con los ministros de Carlos Mesa) la nacionalización como el “principio empírico de imposibilidad”, desde el cual postula un nuevo principio moral: “amarás la propiedad privada por sobre todas las cosas”; Urenda estuvo de acuerdo, siempre y cuando se le agregue: “amarás la propiedad privada y la autonomía por sobre todas las cosas”; bajo esa consigna y eufóricos de aquel consenso (porque hacían dos tercios con el anfitrión, “que no se perdía” nada de aquella celebración) se despidieron no sin antes mandar a Bolivia mucho, mucho, mucho amor.
PAT cambió su frase de “99.99% de producción nacional”, por “dos tercios de producción privada”, y autónoma, recalcó mas tarde Barbery, enfatizando (como el maestro Yoda) que “no el Evo podría abusivo a la fuerza frente” y despidió el noticiero con un “fuerza que la contigo esté” a su tío Valverde, que se dedicó a explicar su último descubrimiento, fruto de sus últimas investigaciones en la tabla guija, que MAS era en realidad un anagrama y que debería de leerse SAM, que quiere decir “Sea la Autonomía una Mierda” (pronunciando mierda para que todo el país lo escuche) y que Evo era una sigla que quiere decir: “Enemigo Virulento del Oriente”. A propósito de la carta de Tuto dijo: “carajo hasta que alguien tuvo huevos” (pronunciando carajo y huevos para que todo el país lo escuche). En Cadena A, el abuelito Tino Cayetano, con su muñeco ciruelito, no dejó de mover sus brazos, tomando impulso para decir: “caray, no habíamos sido tan opas”; mientras Gigavisión enseñaba a decir au-to-no-mía a Maria José y abrían sus teléfonos para defendernos de Evo Darth Sidious (que ya llena de miedo a las presentadoras del noticiero de Católica y Bolivisión); por eso la radio Panamericana y FIDES preparan una “campaña por la sonrisa del rico”. Porque “los ricos también lloran” dice el Samuel. Y el Tuto dice en su carta que los ricos sólo son “diferentes” y que los pobres deberían aprender a respetar esa “diferencia”. Claro, dijeron los prefectos, “¿por qué deberíamos de rendir cuentas si ni nuestras mujeres nos las piden?”; robar también es una condición humana, como mentir y el que no le gusta eso, es porque no respeta la “diferencia” y la “diversidad”. “Los intolerantes son los pobres, no toleran a los ricos”, dijeron los cívicos de la media luna, a la vez que coreaban el nuevo principio: “amaras la propiedad privada y la autonomía por sobre todas las cosas, carajo” (pronunciando carajo para que todo el país lo escuche).
Lo más importante de la carta de Tuto, decía POSDATA que, con “claridad meridiana”, señala esos largos, milenarios e infinitos ocho meses de agravios cometidos contra la frágil y quebradiza paz que gozamos por tan sólo 181 años de republica, hasta que llegaron las hordas del Evo. Que lo que había hecho Tuto, con “claridad meridiana”, era demostrar que él sí tenía programa, hasta tenía una teoría científica y hasta la podía defender en inglés, que él hablaba mejor que todos nosotros y que, si nos propusiésemos en serio ser alguien en la vida, deberíamos aspirar a ser alguien como él. Tuto y todos los medios esperan ansiosos la respuesta a la carta, porque con los yatiris de acá, dicen, poco o nada se puede hacer.
La Paz, Diciembre de 2006
Rafael Bautista S.
Autor de “OCTUBRE: EL LADO OSCURO DE LA LUNA”
Editorial “Tercera Piel”, La Paz, Bolivia
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