Acerca de la 'libertad de expresión' y la 'neutralidad' de los medios de información
Guillermo Navarro JiménezArgenpress (De Rebelión)
Ante la decisión del gobierno del Presidente Hugo Chávez Frías de no renovar la concesión de frecuencia a RCTV por razones estrictamente legales (1), todos los grandes medios masivos de información del continente, han elevado sus gritos al cielo, aduciendo que, tal práctica, coarta la “libertad de expresión”. Ello amerita un primer análisis.
Si por “libertad de expresión” se entiende al derecho que supuestamente tenemos todos los ciudadanos para expresar nuestras opiniones, nuestras posiciones ideológicas, políticas, religiosas, culturales, nacionales, etc. ¿Cómo se posible la aplicación de ese derecho ante el monopolio de la propiedad que se constata sobre los mismos? Al respecto Louis Molle, Editor del Washington Daily News, ante la pregunta de “¿Quien disfruta de la libertad de prensa?, advertía que ese derecho se restringe a . . . “Los propietarios de los periódicos y sus semejantes”. Por lo que añadía que: “la libertad de prensa es la propiedad” (2), en clara alusión a la propiedad privada sobre los medios masivos de información, y, lo que es más importante, la denuncia implícita de que la relación poder económico-medios, posibilita la imposición de limitaciones a la “libertad de prensa”, por parte de quienes detentan la propiedad sobre esos medios. Posición que determina, desde otra óptica, el privilegiar la exclusión antidemocrática como patrón social, puesto que: “No pueden existir derechos de ciudadanía para todas y todas”, ya que: “Derechos para algunos, por más numerosos que éstos sean, no son derechos son privilegios”, como bien lo afirma Cándido Grzibowski, del Instituto Brasileño de Análisis Social y Económico.
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