viernes, diciembre 14, 2007

¿Quo vadis, Bolivia?

¿Quiénes arman en Bolivia el despelote planificado? ¿Quiénes son los cerebros que organizan la división del país?

A propósito de la convocatoria de referendo revocatorio
Alberto Montero Soler

La situación de ingobernabilidad en Bolivia se hace cada día más dramática avivada por la actitud de seis de los nueve prefectos del país que, junto a Podemos -partido del expresidente Tuto Quiroga-, encabezan la bandera política del intento de secesión del país, mientras diferentes movimientos cívicos junto a sectores del estudiantado más reaccionario se han convertido en las fuerzas de choque de la estrategia de beligerancia a tal fin.

La estrategia de unos y otros, demasiado bien elaborada como para poderle atribuir su autoría a quienes acreditan un historial de tanta torpeza política, parece tener el sello indeleble y oscuro de quien trabajó en la embajada de Estados Unidos en Bosnia durante el periodo más crudo del enfrentamiento civil que asoló la región; que, de ahí, pasó a la embajada de Kosovo y que ahora -¡casualidades de la vida!-, ocupa la titularidad de la embajada estadounidense en Bolivia y es todo un especialista en países escindidos, cuando no en escindirlos, el señor Philip Goldberg. No hace falta tener mucho olfato político ni una intuición muy desarrollada para saber por dónde van los tiros –con perdón de la expresión- de lo que puede ser el futuro inmediato de lo que hasta hoy es Bolivia y que dentro de unos meses quién sabe qué puede ser como no se le ponga un freno decidido a la dinámica explosiva a la que está siendo conducido el país.

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