El Nacional de Tarija
(tomado de Rebelión)
(tomado de Rebelión)
Son una especie conocida y que no se halla en peligro de extinción. Se trata de una inmensa bandada de buitres que reaparecieron precisamente en estos días de conflicto por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
La mayoría no participó en la marcha indígena ni siquiera voló sobre el parque. En general estos buitres son comodones y muy citadinos. Tienen garras y pico largos, plumaje multicolor, con capacidades de camuflaje. Estaban a la espera de sangre, de muertos, si niños muertos, mucho mejor para ellos.
Ciertos políticos arropados con nuevos discursos, ciertos medios de comunicación “imparciales”, varios “activistas”y “dirigentes” son los buitres del caso Tipnis. Se lanzaron a la carroña que dejaba el conflicto. En primera fila dos viejos politiqueros. De pronto se volvieron defensores del medio ambiente, los indígenas y la democracia. Uno de ellos, por ejemplo, en un movimiento sin miedo del rebote de sus palabras olvidó su participación en la Capitalización gonista de los años 90. Aquel proceso privatizador, a partir de su propio líder, sumaba, por antonomasia, los componentes más agresivos al medio ambiente de diversas zonas del país.
Desde las minas de Sánchez de Lozada que contaminaron los ríos que pasan por Tarija hasta el mismísimo Aguaragüe presentan hoy pasivos ambientales grotescos. ¿Por qué en ese entonces no salió don Juan, sin miedo, a denunciar el saqueo y la destrucción del medio ambiente?
Hay más, ayer martes, el mismo político se lanzó contra la ABC y la OAS por el tema Tipnis. Curiosamente, en 2008, el escándalo “emails” afectó a la ABC, la OAS y un turbio empresario cruceño. El hombre “sin miedo”, esa vez no dijo nada, algo temía. Peor aún, en julio de 2009, condecoró en su entonces alcaldía al turbio empresario cruceño. Para variar, aquel empresario había sido hombre de confianza del dictador Hugo Bánzer. ¿No que “sin miedo” era un luchador contra las dictaduras?
Otro caso: el líder de otra agrupación oportunista convocó a una “resistencia democrática y pacífica”. Sus antecedentes democráticos suman su alianza en 1989 con el dictador Banzer quien en 1971 masacró a sus compañeros de lucha. Sus “resistencias pacíficas”, las veces en que proyectos estatales amenazaron zonas con potenciales cementeros, rayaron en un demencial vandalismo muy bien azuzado.
Ya mucho se ha hablado del “ambientalismo” de varias ONG provenientes de los países que más contaminan el planeta. Sus empleados, con su tradicional uniforme hippie de “activistas”, cobran salarios en las dos trincheras del pleito. Traen la biblia ecologista y el evangelio anticolonial para algunos “dirigentes indígenas”. Uno de ellos, de origen aymara, declaró el domingo no haber votado dos veces porque se hallaba en Copenhague y en Nueva York, respectivamente. Vaya rebelde que además recibió llamadas de la Embajada de EEUU durante el conflicto.
Y, junto a ellos, también aparecieron algunos diarios y varias cadenas de esas cuyos enviados especiales empezaron entusiastamente a multiplicar muertos. Curiosamente las mismas, en octubre de 2003, restaban muertos, multiplicaban “terroristas” y no tenían “enviados especiales” en El Alto.
Ésa la lista parcial de buitres que revolotean también sobre un Gobierno extraviado en sus propias turbiedades y bajezas. Un Gobierno cuyos voceros al parecer presuponen que mucha gente carece de cerebro. Mientras los buitres más bien creen que los bolivianos no tienen memoria.
La mayoría no participó en la marcha indígena ni siquiera voló sobre el parque. En general estos buitres son comodones y muy citadinos. Tienen garras y pico largos, plumaje multicolor, con capacidades de camuflaje. Estaban a la espera de sangre, de muertos, si niños muertos, mucho mejor para ellos.
Ciertos políticos arropados con nuevos discursos, ciertos medios de comunicación “imparciales”, varios “activistas”y “dirigentes” son los buitres del caso Tipnis. Se lanzaron a la carroña que dejaba el conflicto. En primera fila dos viejos politiqueros. De pronto se volvieron defensores del medio ambiente, los indígenas y la democracia. Uno de ellos, por ejemplo, en un movimiento sin miedo del rebote de sus palabras olvidó su participación en la Capitalización gonista de los años 90. Aquel proceso privatizador, a partir de su propio líder, sumaba, por antonomasia, los componentes más agresivos al medio ambiente de diversas zonas del país.
Desde las minas de Sánchez de Lozada que contaminaron los ríos que pasan por Tarija hasta el mismísimo Aguaragüe presentan hoy pasivos ambientales grotescos. ¿Por qué en ese entonces no salió don Juan, sin miedo, a denunciar el saqueo y la destrucción del medio ambiente?
Hay más, ayer martes, el mismo político se lanzó contra la ABC y la OAS por el tema Tipnis. Curiosamente, en 2008, el escándalo “emails” afectó a la ABC, la OAS y un turbio empresario cruceño. El hombre “sin miedo”, esa vez no dijo nada, algo temía. Peor aún, en julio de 2009, condecoró en su entonces alcaldía al turbio empresario cruceño. Para variar, aquel empresario había sido hombre de confianza del dictador Hugo Bánzer. ¿No que “sin miedo” era un luchador contra las dictaduras?
Otro caso: el líder de otra agrupación oportunista convocó a una “resistencia democrática y pacífica”. Sus antecedentes democráticos suman su alianza en 1989 con el dictador Banzer quien en 1971 masacró a sus compañeros de lucha. Sus “resistencias pacíficas”, las veces en que proyectos estatales amenazaron zonas con potenciales cementeros, rayaron en un demencial vandalismo muy bien azuzado.
Ya mucho se ha hablado del “ambientalismo” de varias ONG provenientes de los países que más contaminan el planeta. Sus empleados, con su tradicional uniforme hippie de “activistas”, cobran salarios en las dos trincheras del pleito. Traen la biblia ecologista y el evangelio anticolonial para algunos “dirigentes indígenas”. Uno de ellos, de origen aymara, declaró el domingo no haber votado dos veces porque se hallaba en Copenhague y en Nueva York, respectivamente. Vaya rebelde que además recibió llamadas de la Embajada de EEUU durante el conflicto.
Y, junto a ellos, también aparecieron algunos diarios y varias cadenas de esas cuyos enviados especiales empezaron entusiastamente a multiplicar muertos. Curiosamente las mismas, en octubre de 2003, restaban muertos, multiplicaban “terroristas” y no tenían “enviados especiales” en El Alto.
Ésa la lista parcial de buitres que revolotean también sobre un Gobierno extraviado en sus propias turbiedades y bajezas. Un Gobierno cuyos voceros al parecer presuponen que mucha gente carece de cerebro. Mientras los buitres más bien creen que los bolivianos no tienen memoria.