“Las recomendaciones de los distintos sectores de trabajadores, de sectores sociales, de las provincias y sindicatos, y después de una amplia reunión con el compañero Vicepresidente, el Canciller, ministras y ministros, hemos decidido, en esta conducta de mandar obedeciendo al pueblo, abrogar el Decreto Supremo Nº 748 y los demás decretos que acompañan esta medida”.
El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, decidió anoche abrogar el Decreto Supremo Nº 748 que nivelaba el precio de la gasolina y el diesel a los precios internacionales, considerada una medida necesaria para frenar el desangramiento de los recursos de los bolivianos y poner punto final al contrabando de carburantes.
Sin embargo, la medida que fue defendida de manera abierta y franca por sectores indígenas y campesinos leales al proceso de cambio, desató un descontento generalizado de los sectores urbanos de las ciudades, debido a que todavía, gran parte de los bolivianos aún tiene el sustento mínimo para sobrevivir y la pobreza sigue siendo uno de los principales enemigos del nuevo Estado.
El presidente Morales tomó la decisión de abrogar el DS 748 pese al costo económico que esto significa para el país. Pero así como asumió el decreto de manera valiente, el Mandatario dio la cara para dar marcha atrás y reafirmar su compromiso de “gobernar obedeciendo al pueblo”.
No obstante, la abrogación del DS 748 tambien fue asumido para evitar que sectores oportunistas y demagógicos encontraran el caldo de cultivo para desatar una espiral de violencia que pusiera en peligro el proceso mismo. Sin duda que en la coyuntura difícil para Bolivia, sectores de la ultraderecha comenzaron a reflotar y mostrarse como los salvadores de la patria y manipular la desesperanza del pueblo. La decisión presidencial fue tomada luego de escuchar a las principales organizaciones sociales del país a las que agradeció por su orientación y por hacer escuchar su voz de protesta.
“Las recomendaciones de los distintos sectores de trabajadores, de sectores sociales, de las provincias y sindicatos y después de una amplia reunión con el compañero Vicepresidente, el Canciller, ministras y ministros, hemos decidido, en esta conducta de mandar obedeciendo al pueblo, abrogar el Decreto Supremo Nº 748 y los demás decretos que acompañan esta medida”, aseguró Morales en un mensaje al país a dos horas del Año Nuevo.
Morales abrió así un nuevo escenario que debe encarar el gobierno junto a los movimientos sociales y pensando, en primer lugar, en los sectores más necesitados y empobrecidos que han cifrado sus esperanzas en el proceso de cambio, tal es su esencia y razón de ser.
El compromiso con el proceso de cambio sin duda se reafirma hoy más que nunca debido a que el liderazgo y la inteligencia del presidente Evo Morales ha dado retro a una decisión que parecía irreversible dados los argumentos y la urgencia con que estos fueron presentados.
La lección que anoche entregó el Presidente a los líderes políticos es que en la Bolivia de hoy, en el proceso de construcción del Estado Plurinacional, ya no se puede gobernar sin el pueblo, sin su participación plena en la toma de decisiones políticas fundamentales. El proceso de cambio, sin embargo, como hemos señalado en el editorial de hoy del cuerpo A de Cambio, es de todos y requiere y requerirá, sin duda alguna, más de un sacrificio, la entrega total por la causa de los excluidos y vilipendiados por siglos.
Hoy 1 de enero de 2011 hay razones para sentir orgullo por el presidente Evo, por su claridad y estatura política que está lejos de cualquier ambición personal. Prevaleció su pertenencia a ese pueblo sacrificado y humilde del campo y las ciudades.
La visión del presidente Morales ha hecho posible dar un paso atrás para, con toda seguridad, dar dos pasos adelante en la construcción del nuevo Estado, con dignidad y soberanía.
Sin embargo, la medida que fue defendida de manera abierta y franca por sectores indígenas y campesinos leales al proceso de cambio, desató un descontento generalizado de los sectores urbanos de las ciudades, debido a que todavía, gran parte de los bolivianos aún tiene el sustento mínimo para sobrevivir y la pobreza sigue siendo uno de los principales enemigos del nuevo Estado.
El presidente Morales tomó la decisión de abrogar el DS 748 pese al costo económico que esto significa para el país. Pero así como asumió el decreto de manera valiente, el Mandatario dio la cara para dar marcha atrás y reafirmar su compromiso de “gobernar obedeciendo al pueblo”.
No obstante, la abrogación del DS 748 tambien fue asumido para evitar que sectores oportunistas y demagógicos encontraran el caldo de cultivo para desatar una espiral de violencia que pusiera en peligro el proceso mismo. Sin duda que en la coyuntura difícil para Bolivia, sectores de la ultraderecha comenzaron a reflotar y mostrarse como los salvadores de la patria y manipular la desesperanza del pueblo. La decisión presidencial fue tomada luego de escuchar a las principales organizaciones sociales del país a las que agradeció por su orientación y por hacer escuchar su voz de protesta.
“Las recomendaciones de los distintos sectores de trabajadores, de sectores sociales, de las provincias y sindicatos y después de una amplia reunión con el compañero Vicepresidente, el Canciller, ministras y ministros, hemos decidido, en esta conducta de mandar obedeciendo al pueblo, abrogar el Decreto Supremo Nº 748 y los demás decretos que acompañan esta medida”, aseguró Morales en un mensaje al país a dos horas del Año Nuevo.
Morales abrió así un nuevo escenario que debe encarar el gobierno junto a los movimientos sociales y pensando, en primer lugar, en los sectores más necesitados y empobrecidos que han cifrado sus esperanzas en el proceso de cambio, tal es su esencia y razón de ser.
El compromiso con el proceso de cambio sin duda se reafirma hoy más que nunca debido a que el liderazgo y la inteligencia del presidente Evo Morales ha dado retro a una decisión que parecía irreversible dados los argumentos y la urgencia con que estos fueron presentados.
La lección que anoche entregó el Presidente a los líderes políticos es que en la Bolivia de hoy, en el proceso de construcción del Estado Plurinacional, ya no se puede gobernar sin el pueblo, sin su participación plena en la toma de decisiones políticas fundamentales. El proceso de cambio, sin embargo, como hemos señalado en el editorial de hoy del cuerpo A de Cambio, es de todos y requiere y requerirá, sin duda alguna, más de un sacrificio, la entrega total por la causa de los excluidos y vilipendiados por siglos.
Hoy 1 de enero de 2011 hay razones para sentir orgullo por el presidente Evo, por su claridad y estatura política que está lejos de cualquier ambición personal. Prevaleció su pertenencia a ese pueblo sacrificado y humilde del campo y las ciudades.
La visión del presidente Morales ha hecho posible dar un paso atrás para, con toda seguridad, dar dos pasos adelante en la construcción del nuevo Estado, con dignidad y soberanía.