jueves, enero 14, 2010

¿Y cuando se hará el inventario de los terroristas que radican en EE.UU?

Terrorismos

POR JEAN-GUY ALLARD

GRAMMA INTERNACIONAL


Estados Unidos, el país que pretende buscar, de manera absurda, terroristas de Al Qaeda en vuelos procedentes de Cuba, es el santuario privilegiado de una importante colonia de terroristas, torturadores, esbirros y mandatarios asesinos que su política sucia hacia Latinoamérica ha generado en el curso de las últimas décadas, confirman los archivos.

Además de haber iniciado, orientado, financiado y manejado el terrorismo contra Cuba a través de sus órganos de inteligencia o de grupos miamenses cuya existencia ha fomentado, Estados Unidos ha alentado, apadrinado o inspirado actividades ilegales a lo largo del continente cuyos autores luego ha albergado.

Desde Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, autores confesos de la destrucción en vuelo de una aeronave cubana en 1976, con la muerte de 73 personas, hasta los autores de actos de terrorismo contra gobiernos progresistas de la América Latina de hoy, Washington nunca se ha ofendido de ver aparecer en su territorio a estos individuos criados o reclutados por sus servicios para sembrar la muerte.

Acerca de Posada, la red Internet está repleta de sus confesiones y de relaciones de sus crímenes, ya sea como instructor de terroristas en los Everglades, comisario Basilio en Caracas, narcotraficante suministrando armas a la Contra nicaragüense, autor de múltiples planes de magnicidio o promotor de actos de terrorismo en territorio cubano.

De su cómplice Orlando Bosch, un pediatra sicópata, se ha hablado poco en estos últimos años en una prensa miamense amnésica cuando le conviene. Los archivos de los años 60 de esta misma prensa reflejan sin tantos escrúpulos sus “hazañas” sucesivamente como jefe del MIRR terrorista, del “Ejercito cubano anticomunista” o de “Acción Cubana”.

Bosch fue luego jefe, siempre por decisión de la CIA, de la terrorista Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), cuyas operaciones fueron entre las más sangrientas de toda la historia del terrorismo en el continente.

El 28 de julio de 1960, Bosch llegó a Miami con una visa de 30 días. Cincuenta años después, burlándose de la Justicia venezolana y disfrutando como Posada y muchos otros de la protección activa de la CIA y de los politiqueros mafiosos, cura su senilidad intermitente en un bungalow de Hialeah.

UN LISTAZO INTERMINABLE DE ASESINOS

La lista de los terroristas cubanoamericanos radicados hoy en Estados Unidos que conspiraron y actuaron contra Cuba con las técnicas cínicamente enseñadas en las academias USA del terror y que siguen beneficiándose de la complicidad o de la condescendencia del aparato que hoy busca terroristas preferiblemente árabes, es interminable.

Ya con la caída de la dictadura pronorteamericana de Fulgencio Batista, los asesinos cubanos más repugnantes como Esteban Ventura, Rolando Masferrer, Julio Laurent, Pilar García… encontraron de inmediato refugio en la Florida donde vivieron lujosamente con el dinero robado al Estado a su salida de la Isla.

De los años de la estación CIA de Miami, la multimillonaria JM/WAVE, surgió el enorme contingente de gánsteres que la agencia recicló, después de Playa Girón, en elementos claves de sus operaciones continentales, tanto con la DISIP venezolana como en las filas de la policía secreta del dictador chileno Augusto Pinochet y en los aparatos de represión de distintos regímenes a los cuales otorgó un apoyo inconfesable.

Desde los hermanos Novo Sampoll, Pedro Crispín Remón Rodríguez y Gaspar Jiménez, hasta Reinol Rodríguez, Antonio Calatayud, Nelsy Ignacio Castro Matos, Roberto Martín Pérez y Sixto Reinaldo Aquit Manrique, Héctor Francisco Alfonso Ruiz alias Héctor Fabián, Sixto Reynaldo Aquit Manrique, Ángel Alfonso Alemán, son decenas y decenas de asesinos “anticastristas” que se radicaron permanentemente en Miami y que siguen ahí con status de intocables.

ASESINOS PINOCHETISTAS Y GOLPISTAS VENEZOLANOS

Sin embargo, la lista de estos terroristas, torturadores, esbirros y mandatarios asesinos hospedados en Miami por Estados Unidos es aún mucho más larga.

Se extiende desde torturadores del régimen militar argentino hasta agentes pinochetistas tales como Michael Townley, asesino con los hermanos Novo del canciller chileno Letelier.

Entre muchos otros militares fascistas salvadoreños, el capitán Alvaro Saravia, asesino del arzobispo Romero se ha beneficiado de la hospitalidad estadounidense.

Mercenarios de la Contra nicaragüense y Tonton Macoutes de Haití también aparecen en este inventario que queda por completar e investigar.

Cuando se considera a la Venezuela revolucionaria, aparecen en Miami torturadores como Joaquín Chafardet; auténticos fascistas como Salvador Romaní y Ricardo Koesling; los ex agentes de la DISIP Johan Peña, Pedro Lander, José Antonio Guevara que participaron en el complot para el asesinato del ex fiscal Anderson al lado de Patricia Poleo, también refugiada en la Florida.

Carlos Andrés Pérez, primer responsable de la represión de la sublevación popular venezolana de 1989 conocida como El Carachazo, es hoy exiliado en Estados Unidos

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