viernes, septiembre 04, 2020

MARCACIÓN HUMANA DEGRADANTE

 La marcación física a hierro vivo fue una práctica común en tiempos coloniales, pero durante la inquisición, la condena a la tortura y a...

 Por Juan Carlos Zambrana Marchetti

La marcación física a hierro vivo fue una práctica común en tiempos coloniales, pero durante la inquisición, la condena a la tortura y a la muerte era presidida por una marcación moral degradante: “hereje” o “bruja”, entre otras. Pero eso no es cosa de un pasado lejano, porque en pleno siglo XX, en la Alemania Nazi, se utilizó una doble marcación en los judíos. Primero la marcación moral con la expresión “judío puerco” para identificarlos y reducirlos instantáneamente, despojándolos de todos los valores y derechos inherentes al ser humano, y después se los marcó físicamente con una numeración antes de ser enviados a las cámaras de gas.

En estos casos la marcación fue perpetrada con impunidad por regímenes totalitarios, pero la historia nos muestra la existencia de nuevas formas de marcación, utilizadas por gobiernos que se suponen democráticos. Ese fue el caso, por ejemplo, de la marcación de “comunista” durante la segunda mitad del siglo XX en el hemisferio occidental, impulsada por la cruzada anticomunista del senador Joseph Mc’Carthty en Estados Unidos a partir del año 1950. Ante la imposibilidad de matar físicamente a personas que no habían cometido ningún crimen, se recurría a provocarles la muerte civil, asociándolas, sin razón alguna, con la criminalidad, y la “amenaza” que representaba el comunismo de Stalin para el pueblo estadounidense. Así se sometía a las víctimas primero a la condena social, luego al aislamiento, y a la miseria por falta de empleo y de crédito, antes de rematarlas con la persecución judicial y el encarcelamiento.

Suramérica también sufrió el azote de esas prácticas de marcación humana degradante contra grandes segmentos de la sociedad. Ese es el caso de la marcación de “indio” para reducir a las personas, y bajarlas del estatus social que puedan tener en el presente, para marcarlas con el estatus de subhumano que supuestamente tenían sus antepasados en tiempos de la colonia.

En Bolivia, por ejemplo, toda la carga degradante que durante siglos se le fue añadiendo a la palabra “indio”, ha sido transferida a la palabra “masista”, que significa afín al MAS (Movimiento al Socialismo), el partido político del “indio” Evo Morales. Esto, por supuesto, después de haber satanizado a ese partido político, con un supuesto fraude electoral que ya ha sido ampliamente desmentido.

En cuanto a la marcación personal con móviles políticos, la Derecha ha intentado marcar a Evo Morales de “indio”, de “hediondo”, de “ladrón”, de “raza maldita” y hasta de “bestia salvaje”, pero más allá de esas marcaciones de connotación racista, también se lo ha intentado marcar con crímenes como el “terrorismo”, el “narcotráfico”, y últimamente la “pedofilia”. Ninguno de estos crímenes, que deben ser juzgados con probidad y condenados con severidad, le han sido probados en corte, pero todos fueron, y siguen siendo, utilizados políticamente para destruir su proceso de cambio, postrar nuevamente al “indio” en general.

Por inverosímil que esto parezca en sociedades avanzadas, en Bolivia las cárceles están llenas de “presuntos” culpables de delitos que no les fueron probados en corte. Personas que están detenidas “preventivamente”, en procesos deliberadamente paralizados, que, además, fueron detenidas por simples acusaciones aberrantes de sus oponentes políticos. La marcación humana degradante, es otro delito que se suma a esta lista interminable de abusos de poder contra el ciudadano, que se cometen a diario en Bolivia. Este delito, por conllevar una falsa acusación, debiera ser severamente penalizado, más aún, cuando tiene móviles políticos orientados a cambiar el curso de la historia de todo un país.

¿Qué espera el Congreso para terminar de una vez con todo este infierno de abuso de poder y corrupción judicial? Lo puede hacer sancionando y promulgando dos leyes muy simples.  Una eliminando de raíz la figura aberrante del arresto “preventivo”, y otra imponiendo respeto al precepto jurídico de presunción de inocencia. En ambos casos las normas tendrían que estar blindadas. Por ejemplo, penalizando con 10 años de cárcel el delito de falsa acusación, aplicable a denunciantes, abogados, fiscales, y jueces que se atrevan a dar curso a juicios sin la debida presentación y valoración de la prueba material del delito. También debiera tipificarse, en un segundo nivel de falsa acusación, el delito de marcación humana degradante. Esto es, la acción de asociar, por cualquier medio, el nombre o la imagen de una persona, con calificativos degradantes, o con algún delito por el cual no haya sido legalmente hallada culpable.

Leyes como esas, tendrían que ser aprobadas por unanimidad en el Congreso boliviano, tanto por el 2/3 de representación parlamentaria que controla el MAS, cuyos líderes están siendo perseguidos en el presente, como por el 1/3 restante, cuyos líderes ahora gobiernan, pero después del 18 de octubre, serán acusados de crímenes, corrupción, y otros delitos.

Es hora de que la justicia boliviana salga de la edad media y se adhiera a la modernidad.

Ver otros textos de Zambrana aquí: http://juancarloszambrana.com/

jueves, julio 23, 2020

BOLIVIA, UN PAIS DEVASTADO




 Tomado de
  
primeralinea.info
 
Bolivia ha superado la barrera de las 60.000 personas contagiadas con el Covid-19 con más de 2.000 fallecidos en cuatro angustiantes meses de pandemia. Sin embargo, los datos oficiales solo muestran una partecita de la realidad, aquella que se usa para fines inescrutables. En medio de esta espiral de contagio que ataca los flancos sociales más débiles resulta que no hay gobierno nacional donde golpea el dolor irreparable. Ha desaparecido del escenario la entidad rectora de la sociedad y de las instituciones dejando en la orfandad a más de 11 millones de seres humanos que solo atinan a preguntarse sobre su futuro incierto y sombrío.

El país ha quedado librado a su suerte. No hay quien tome las riendas del poder para convertirlo en prevención sanitaria, evitar muertes masivas y tomar decisiones sobre la sobrevivencia nacional. Bolivia vive en la mayor deriva de toda su historia, sin gobierno nacional que asuma su responsabilidad social, económica ni política, pero lo que es peor, sin rumbo ni destino previsible a corto plazo. El mediano y largo plazo son chistes macabros en medio de un régimen que ha hecho del poder su festín de sangre y dinero fácil. Con una presidencia interina que decidió pasar a la acera de la candidatura presidencial, prima el interés en la continuidad sobre la urgencia inevitable de la contingencia sanitaria.

El ministerio de salud, absolutamente extraviado e inepto, con 3 ministros rotando en plena crisis y un ministro de defensa semianalfabeto como sustituto del tercer ministro convaleciente, solo atina a mostrar estadísticas frías, incompletas y carentes de credibilidad en las que solo prima el cálculo político artero. Ninguna voz amable que explique lo que ocurre en el país con el avance, la estabilización o retroceso de la pandemia. Pura impostura, pura parafernalia mediática que solo drena plata a los bolsillos de los poderosos empresarios de la comunicación para que incrementen el volumen del miedo y la culpa. En medio de este panorama desolador, solo se escucha el grito estridente y lúgubre del ministro más siniestro de la historia, amenazando a los cuatro vientos con imponer la ley que fluye grotescamente de sus entrañas intoxicadas por el odio y la venganza.

Los medios de comunicación no traen sino malas noticias o el eco de lo que el régimen desea que se escuche en canales, prensa digital o radios, matizado con episodios escalofriantes ante los que tiembla la simple morbosidad. Se transmite en vivo la muerte de una persona solo para saciar el apetito del rating que exige el gobierno para asignar pauta publicitaria. Los medios bucean en un portentoso mar de información escuálida, infestada de miseria moral que afortunadamente más del 70% de la población boliviana no cree. Empero, eso no cuenta cuando se trata de hacer negocios con la verdad. Todos en sintonía y con el mismo libreto de confundir hasta la enajenación, mentir hasta la saciedad, obliterar la realidad hasta el adormecimiento. No solo paga el silenciamiento o el cerco mediático, también la miseria manipuladora y estridente de quienes han decidido convertir la muerte en negocio burdo.

Después de más de 120 días de extravío sanitario nadie sabe de la existencia de algún Plan Nacional de Control de la Pandemia o de sus resultados, pero tampoco pregunta la prensa testaferra porque su silencio cómplice cotiza. Se sabe a medias que estamos frente a una Emergencia Sanitaria Nacional que ha servido para todo, menos, para garantizar la salud y la preservación de la vida de los bolivianos. Contrariamente, el decreto de emergencia ha catapultado los grandes y pequeños negociados que han hecho de la pandemia el pretexto para el enriquecimiento ilícito más cruel del que se tenga memoria. Compras en el extranjero con sobreprecio astronómico de respiradores que ingresarían al país como resucitadores en medio de donaciones dudosas. Ministerios que nada tienen que ver con la pandemia adquiriendo insumos sanitarios que nunca llegan o que se bloquean en pleno vuelo para evitar que se descubra la infamia del negociado. Empresas estatales que sirven de caja chica a los grandes trueques ilegales mientras la gente agoniza en las aceras. Ministros que se mofan de sí mismos, mienten sin rubor a la gente ingenua o gastan su tiempo en escenificaciones groseras y morbosas en medio de borracheras atroces. La corrupción es pavorosa por donde se la mire y es éste el indicador de la mayor abyección de un régimen convertido en una cleptocracia sobre un mar de cadáveres insepultos. La emergencia sanitaria opera como una daga filosa en la garganta del pueblo boliviano.

El país asiste a un escenario dantesco en el que sobran la desesperanza y el estupor en un horizonte de dolor y tragedia inenarrable. En medio del luto y llanto, el régimen decidió capitular ante la pandemia a cambio de continuar con los ritos diarios del saqueo nacional. Dejaron en manos de gobiernos regionales y locales una tragedia que los desbordó no por la ineptitud del sistema de salud sino por el desmesurado afán de robarse todo a su paso y de prisa reprimiendo cualquier gesto de rebelión o censura. Prefirieron declarar la guerra a los sediciosos o los presuntos terroristas que interrumpen el festín de su felonía ratera. Ni señas de la existencia del gobierno frente a la tragedia humana que no sea un mensaje electoralista o anuncios estériles de campaña política. Ningún informe científico, ningún dato sobre la evolución de las capacidades sanitarias nacionales, regionales o locales, ningún atisbo acerca de la distribución de medicamentos o tratamientos benignos para la gente más necesitada. Nada de nada. Silencio absoluto y solo cifras de espanto que echan más dolor sobre un pueblo aturdido entre tanta indolencia gubernamental y tanta desdicha. Farmacias especulando con aspirinas, inexistencia de pruebas rápidas, médicos o enfermeras sin equipos de bioseguridad, hospitales saturados al límite de la desesperación.

El panorama es desolador por donde se lo mire. Decenas de cadáveres en las calles, muertos sin enterrar en los domicilios esperando la llegada de algún servicio sanitario del municipio, comunidades indígenas a punto de desaparecer asediados por la enfermedad letal, miles de familias contagiadas en los barrios periféricos esperando el turno de su muerte lenta y sin atisbo de asistencia médica, decenas de patrullas médico-militares en rastrillaje inútil sin contar con ningún medicamento a la mano, hospitales saturados por enfermos y aterrados por el miedo, salas de terapia intensiva sin oxígeno y sin respiradores y clínicas privadas convirtiendo la tragedia en un negocio redondo.

Estamos en manos de una casta enferma y virulenta que en menos de 7 meses dinamitó el país para llevarlo al borde del abismo. Privilegió la masacre y la muerte violenta, la persecución y el sembrado de escenarios de presunta sedición y terrorismo. Inventa argucias, miente sin escrúpulo alguno, vomita odio por donde pasa e intenta desaforadamente poner a las organizaciones sociales y al MAS contra las cuerdas apoyados en una prensa miserable que ofende la dignidad humana. La “república pitita” que pretendía reemplazar el Estado Plurinacional quedó sumergido en un mar de violencia y estulticia y solo exhala desmoralización y desencanto. Creyeron que desterrar la presunta dictadura equivalía a instalar una quimérica democracia y quedaron con los crespos hechos. Los golpistas de noviembre asisten estupefactos al derrumbe de su sueño convertido cada día que pasa en una pesadilla multiforme que sangra por todo lado. Están desconcertados y no se explican que la transición que debía llevarlos en hombros a un nuevo tiempo, los traslada inmisericorde al tiempo de una nueva infamia. Hasta los fariseos de la democracia pitita que soplaban a los 4 vientos augurios de cambio hoy palidecen ante su futuro sombrío quejándose lastimeramente de la inexistencia de mística democrática, compromiso o militancia pitita. Dan lástima aquellos que creyeron que retornaba la república del culito blanco.

Las encuestas no cuadran con sus deseos sublimes de perpetuarse en el poder. Los números desafinan con la realidad que inventaron y muestran con ferocidad salvaje que matar no siempre es beneficioso para las mentes criminales. Matar mata diría algún filósofo de la tragedia criolla. Abunda el deseo irrefrenable de desatar la ira popular por tanto indecoro y humillación. Postergar elecciones es la nueva fórmula que preside la desazón de una derecha abyecta que le rinde culto al miedo atávico. Proscribir al MAS es otra opción y la última, un nuevo golpe de Estado con el apoyo de la policía y fuerzas armadas envilecidas hasta el tuétano. El objetivo es el mismo: impedir el retorno plebeyo de los indios insumisos y de sus veleidades plurinacionales que apuestan por la igualdad entre semejantes para derrotar la desigualdad del color y el mito de la supremacía del dinero o la superioridad de clase social.

Para cerrar el corchete, la presidenta transitoria ha decidido ascender a los militares por decreto en un acto de prepotencia estéril con el único ánimo de sumar generales donde hay un ejército dividido. No queda la menor duda que en cualquier batalla que se avecine, las primeras víctimas de este infierno desinstitucionalizado del Estado serán los propios militares y policías enfrentando sus viejos rencores en un duelo absurdo y recurrente. Entretanto, el país seguirá sangrando por las heridas de la miseria que se empieza a arrastrar en las calles con gente que solo ha reducido su dignidad al pedido de una cristiana sepultura.

En un intento desesperado de cercar políticamente a la Asamblea Legislativa Plurinacional y trasladar la responsabilidad de su homicidio culposo, Jeanine Añez ha prometido un bono de 500 bolivianos a cambio de que se aprueben créditos para hipotecar al país al Fondo Monetario Internacional (FMI) en su última estocada de muerte. Como preludio de su fracaso en todo, Añez todavía cree que colocar una pistola en la cabeza del Tribunal Supremo Electoral para proscribir al MAS por una presunta declaración violatoria de la Ley Electoral, le permitirá sobrevivir al simulacro final. Sus días están contados y la marea de la ira subterránea tensada por la tragedia colectiva y la soledad empiezan a dar la cara.

El régimen está en camino a sumarse a las sombras de los cadáveres que se entierran de noche para que la luz del día no los delate. La huida es su única medicina casera y antes de hacerlo les resta cumplir la tarea de seguir preñando el país de odio y latrocinio.

domingo, junio 28, 2020

Bolivia colapsada: único país que atraviesa la pandemia con una dictadura

Tomado de agendasur.com.ar

25 junio 2020

Verónica Zapata, periodista y psicóloga boliviana.
      
Bolivia, a 100 días de cuarentena, reporta hasta el 24 de junio 27.487 contagios, 876 muertes y un promedio de 1000 contagios por día. El sistema sanitario colapsó en Beni y Santa Cruz, y es inminente el colapso de Cochabamba y La Paz. Estos cuatro departamentos concentran el 92% de los contagios, y Santa Cruz con el 60% de contagios es el foco. Bolivia es el único país de la región que atraviesa la pandemia con una dictadura, y se dirige, sin una política de Estado de prevención y de contención del Covid-19, al colapso absoluto a nivel nacional. No se cuenta con un plan de contingencia coordinado ni con un comité científico idóneo, y hay demanda urgente de médicos especialistas, insumos y equipos de salud. Lo que la presidenta de facto Jeanine Áñez realiza es la mera administración de cifras oficiales de contagios y muertes.

Tres ministros de salud se han relevado durante la cuarentena, que presentaron su “plan estratégico” en base a promesas de adquisiciones de insumos y equipos de salud, que no se verifican en la realidad. Áñez no cumplió con el objetivo de la cuarentena de abastecer al sistema sanitario de insumos, equipos de salud, infraestructura, contratación de personal, para atender la gran demanda que se podía producir. No hay coordinación de acciones entre el nivel central y los niveles gubernamentales y municipales, tampoco con los diversos sectores de la sociedad, lo que hace imposible entablar un abordaje serio de contingencia.  El “comité científico” no posee idoneidad, porque de su composición se excluyó a seis sociedades científicas de medicina crítica, terapia intensiva, medicina interna, infectología, neumonología, pediatría y a la Universidad Mayor de San Andrés (U.M.S.A.) de Bolivia. Está conformado por ocho médicos sin experiencia en la materia, y cuyo presidente era el yerno de Añaez, Mohammed Mostajo, quien fungía de asesor, definía las acciones del plan contra el Covid-19 y la compra de insumos y equipos. Hoy implicado en el “caso de corrupción, respiradores”, se fugó a EE.UU. bajo el argumento que “su trabajo como asesor había terminado”, en pleno colapso sanitario.
Áñez no cumplió con el objetivo de la cuarentena de abastecer al sistema sanitario de insumos.
Desde el inicio de la cuarentena se registraron en el país numerosas marchas de médicos suplicando por insumos y equipos de bioseguridad, capacitación, contratación de personal. También los alcaldes reclamaron que se les gire el presupuesto correspondiente para abonar los sueldos atrasados de los médicos.

El departamento de Beni, de donde es oriunda Áñez, se encuentra colapsado y un 50% de sus médicos llegó a contagiarse, según Jorge Gómez, director del servicio departamental de salud (S.E.D.E.S.) debido a la falta de equipos de bioseguridad. Trinidad, su capital, es el foco. El 22 de mayo el gobernador de Beni declaró el desastre sanitario y tuvo que pedir ayuda a un distrito limítrofe con Brasil. Recién el 25 de mayo, una delegación de seis ministros integrado por la actual ministra de salud, Eidy Roca, arribaron a Beni con 10 ambulancias y donaciones de la O.N.G. “Mano a mano” de insumos de bioseguridad y tres avionetas ambulancias.
De tal forma, venden una imagen de una Bolivia “pobre” que sobrevive con donaciones. Añez acusa a Evo Morales por la “herencia recibida”. En Bolivia, el presupuesto en salud hasta el 2005 era de 362 millones de dólares. En 13 años, Evo lo multiplicó por siete a 2.600 millones de dólares. Entre 1825-2005, época republicana, había 2.870 hospitales en el país. Entre  el 2006-2018, Evo  construyó 1.061 hospitales. La contratación de personal de salud de 1825- 2005  era de 17.175 ítems,  se incrementó  del 2006-2018 con 18.550 ítems, llegando al total de 35.725. Sólo 579 ambulancias había en todo el país al 2005, Evo las incrementó a 2.076. Se implementó el Sistema Único de Salud (S.U.S.) garantizando la atención sanitaria universal y gratuita al 51% de las y los bolivianos que no poseían seguro de salud. Se realizó transferencia de tecnología del INVAP argentino a tres centros de oncología de Bolivia, algo inédito en la historia del país. Médicos bolivianos fueron becados a especializarse a Cuba, Rusia, Argentina, China. Estaba estipulado para el 2020 la creación del ministerio de Ciencia y Tecnología, que quedó trunco pos Golpe de Estado. Hay 20 hospitales de 2° y 3° niveles que Morales dejó próximos a inaugurar, que no son utilizados, lo mismo sucede con las avionetas ambulancias que se adquirieron.
 
El 10 de marzo se registró el primer caso en el país, y el 22 de marzo se declaró la cuarentena. El 1 de junio el país implementó la “cuarentena dinámica”, con el fin de abrir diversos sectores de la economía como ocurre en diferentes países que empezaron a flexibilizar su cuarentena, y en simultáneo controlan la curva de contagios. En Bolivia sucedió algo insólito, el Gobierno central, sin plan de salida gradual de la cuarentena rígida, se desligó de su responsabilidad de contención frente al Covid-19, y la trasladó a las gobernaciones y alcaldías. Diversas regiones se auto encapsularon al ver avanzar sus niveles de contagio. En La Paz y Cochabamba se cerraron varios hospitales, entre ellos el Tórax y el Viedma, por el contagio masivo de personal que no se reemplazó, y se volvió a endurecer la cuarentena esta semana.
“Estas muertes se deben a la imposibilidad de recibir atención médica ante la saturación de los hospitales”.
Resultado del desgobierno de Áñez: se reportaron 10 muertos en las calles, algunos de ellos en las puertas de los hospitales y otros en sus casas sin recibir atención médica. Las imágenes recuerdan la cruda realidad de Guayaquil., en Ecuador. Uno caso demoledor ocurrió en Cochabamba con el cadáver de un hombre en la calle que peregrinó por siete hospitales durante cinco horas solicitando asistencia, sin lograrlo. Otros casos se registraron en Beni, Santa Cruz y La Paz. El 24 de junio, un paciente con Covid-19 se suicidó al complicarse su cuadro a falta de medicamentos, y se lanzó del tercer piso del hospital Solomon Klein, en Cochabamba. Por otro lado, el 20 de junio el Instituto de Investigaciones Forenses reportó 50 muertes diarias en los domicilios por insuficiencia respiratoria en Santa Cruz, a la espera de confirmar si son positivos. En Cochabamba se reportaron 13 cuerpos en sus domicilios y se habilitaron fosas comunes por el colapso del horno crematorio para cuerpos no identificadas.El ministro de obras públicas Iván Arias afirmó que las muertes reportadas en las cales ocurrieron porque hay personas que “esperan hasta último momento para ir al hospital”. En contraposición, la C.I.D.H. sostuvo: “Estas muertes se deben a la imposibilidad de recibir atención médica ante la saturación de los hospitales”.
El país requiere insumos y equipos de salud.
Según la sociedad boliviana de medicina crítica y terapia intensiva (S.B.M.C.T.I.), en el país hay 210 médicos intensivistas y se precisa duplicar esta cifra. Sin embargo, Áñez no permite la entrada de médicos cubanos. Sólo se cuenta con 100 camas destinadas a Covid-19, cuando se requieren 700 en todo el país. Al respecto, el 16 de abril, Mohammed Mostajo, embajador de Ciencia y Tecnología, anunció la compra de 500 camas de unidades intensivas y 450 mil reactivos. Las camas nunca llegaron, y luego de casi dos meses, recién el 3 de junio, llegaron sólo 70 mil reactivos. Los ex ministros de salud Aníbal Cruz y Marcelo Navajas prometieron hace tres meses 500 respiradores, pero llegaron el 15 de mayo 170 respiradores con sobreprecios, e inservibles para pacientes críticos con Covid-19. El 22 de junio se conoció la compra de sólo 10 respiradores que desaparecieron, y otra vez con sobreprecios.

En el país hay faltante de reactivos desde el inicio de la cuarentena, y las pruebas se restringieron a pacientes con “toda la sintomatología activa”, de tal manera Bolivia pasó a ser el país de la región que menos pruebas realizan. Las insuficientes pruebas que se realizan, llegan pos mortem luego de más de una semana, porque deben ser trasladados por tierra a los laboratorios de Cochabamba, Santa Cruz y La Paz. Recién hace un mes, se pusieron en funcionamiento laboratorios en Tarija, Beni y Chuquisaca. El colapso en los laboratorios es inminente por falta de personal. El Centro Nacional de Enfermedades Tropicales (C.E.N.E.T.R.O.P.), el laboratorio más importante de Santa Cruz, se declaró en emergencia al no recibir los termocicladores requeridos para procesar las pruebas, y tiene cuatro mil análisis en espera. Lo llamativo es que en el país hay 33 laboratorios, según lo anunciado el 16 de abril por Mohammed Mostajo: 23 pertenecientes al programa H.I.V. y tuberculosis y 10 donados por el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (P.D.N.U.), lo que permitiría tener tres laboratorios en los nueve departamentos del país. Por otro lado, en las clínicas privadas las pruebas cuestan un promedio de 150 dólares, por lo que Bolivia es el segundo país de la región de mayor costo en los test.

Por si fuera poco, el 18 de junio Áñez, quien sostiene un falso discurso de preocupación por la salud, evitó la entrada de un avión de China, con una carga con sobreprecios de hasta el 400% de 1.600.000 insumos de bioseguridad: 800 mil barbijos, 500 mil barbijos N95, 200 guantes, 50 mil overoles, 5 mil termómetro, 20 mil gorros y 10 mil lentes, que tenían como destino a empresas privadas y al Ministerio de Energía que intervino en la compra. El vuelo se canceló para evitar otro escándalo de corrupción ante la filtración de la información.
Administración macabra de cifras epidemiológicas para evitar elecciones.
Al principio de la cuarentena, las cifras epidemiológicas del país eran bajas y se vendieron como un “éxito”. De repente, cuando el pueblo boliviano puso en agenda la demanda electoral, en simultáneo las cifras oficiales se dispararon, y Eidy Roca, actual ministra de Salud, proyectó más de 130 mil contagios para la fecha de las elecciones del 6 de septiembre, casi triplicando las proyecciones del ex ministro de salud Aníbal Cruz de 48 mil contagios. Nos encontramos con que el golpismo administra desde el principio de manera macabra las cifras epidemiológicas en función de intereses y cálculos electorales, con el fin de evitar las elecciones en el país. Si bien es real y esperable el aumento de los contagios que aún no han llegado a su pico en el país debido a la inacción del Gobierno de facto, se desconoce con exactitud las cifras epidemiológicas, no sólo porque no se realizan las pruebas masivas y hay muchas a la espera de los resultados, también porque Áñez oculta y manipula sistemáticamente información al respecto.

domingo, mayo 31, 2020

Litio y Petróleo bolivianos en manos de EE.UU.



Salar de Uyuni - Litio

¿Por qué un Gobierno Transitorio e ilegítimo planifica a mediano y largo plazo, la enajenación de nuestros recursos estratégicos como el litio y el petróleo? Una carta da inicio a lo que será el mayor intento de una potencia decadente (EE.UU.) de apropiarse del litio boliviano, recurso estratégico y vital para la industria mundial, clave porque la era del petróleo va llegando a su fin.


La carta es breve, desea parecer inofensiva, pero expresa el inicio de la arremetida norteamericana para adueñarse del litio. Esta carta del 14 de mayo salió del Palacio de Gobierno en donde trabaja como Secretario privado de Jeanine Añez, un agente de la Agencia de Inteligencia Estadounidense (CIA), Erick Foronda.


El operario es Jorge Luis Vacaflor Gonzales (Viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil del Ministerio de la Presidencia), quien se dirige al Ministro de Energía Rodrigo Guzmán para solicitar “Coordinación para el Proyecto del Litio”. Además expresa que a pedido del Ministro de la Presidencia Yerko Nuñez, se vaya pensando en la estrategia para encarar y llevar adelante el proyecto del litio, que “como usted conoce, este tema es de alta conflictividad regional, por lo que es necesario contar con una ingeniería empresarial, así también con una estrategia social y comunicacional”, dice textualmente la misiva. Esta estrategia implica tener personas clave en puestos clave para manipular a la sociedad: medios de comunicación, periodistas, dirigentes, líderes de opinión, entre otros.


EE.UU. QUIERE PROTEGER “LO SUYO” ANTE PODEROSO AVANCE DE CHINA


Alrededor del 85% de las reservas de litio en el mundo se encuentran en el denominado “Triángulo del litio” compuesto por Argentina, Bolivia y Chile. Esas reservas se encuentran en condiciones de explotación únicas y por ese motivo permiten costos de procesamiento y producción mucho menores a los de los combustibles fósiles.


El litio es un recurso natural estratégico porque es:


1) Un factor clave en el cambio de matriz energética: el litio se necesita para elaborar baterías, pues el tiempo de petróleo altamente contaminante se va acabando.


2) Determinante en la modificación del patrón tecnológico, ya que las baterías denominadas ion-litio serán el motor que impulsará la movilidad de los próximos años mediante los autos eléctricos. Y no solo autos, sino termoeléctricas, motores de fábricas, computadoras, celulares, barcos, aviones, ferrocarriles, cohetes, submarinos, etc.


Pero, como hace más de 100 años, los países poderosos pretenden que los países pobres como Bolivia solo entreguen sus recursos naturales para que los ricos hagan funcionar sus industrias y fábricas. O sea, el litio se consume en los países ricos, pero es expropiado a los países subdesarrollados por medio de las empresas multinacionales. Así le pasó a la inmensamente rica Bolivia con su plata, oro, estaño, goma, hidrocarburos y ahora el litio. Los minerales se van y Bolivia sigue pobre.


MIREMOS MAS ALTO


En este momento hay un enfrentamiento por la supremacía mundial entre dos grandes potencias: EE.UU. vs. China. Quien acapare los recursos naturales estratégicos tendrá la hegemonía planetaria.


Entonces, si el litio emerge como factor clave para garantizar la supremacía productiva y tecnológica, y las mayores reservas del mundo se encuentran en Bolivia, es simple comprender que el tablero de la geopolítica mundial está atravesado por la disputa por este recurso estratégico que significa poder.


La avanzada china mediante proyectos en muchos países del mundo supone grandes amenazas para el dominio de los Estados Unidos. Es por eso que, desde que Donald Trump asumió el poder, la potencia del norte vuelve a utilizar la “Doctrina Monroe” que dice así: “América (latina) para los (norte) americanos”.


Por ello se entiende que todas las acciones en Bolivia que intenten discutir la hegemonía de EE.UU. y el “orden” mundial, serán consideradas como enemigas de EE.UU. A fin de mantener su hegemonía los “gringos” promovieron desde siempre: golpes de estado, asesinatos selectivos, incrustación de personajes clave en puestos clave (jefes militares, policías, empresarios, periodistas, analistas, dirigentes, agentes encubiertos, etc.). Además, mediante la utilización de todo tipo de instrumentos de política (económicos, judiciales, diplomáticos, militares, comunicacionales, culturales, de inteligencia, la OEA), buscará subyugar la voluntad de los países de América Latina. USA necesita a la región controlada y disponible para sus intereses.


“UN PAÍS POBRE Y ATRASADO NO DEBE ALZARLE LA VOZ A EE.UU.”


Detengámonos un minuto para pensar sobre la gran dimensión de las ideas de nacionalización, industrialización y soberanía tecnológica que impulsó Evo Morales.


Un país pobre que quiere controlar sus recursos naturales, planea explotarlos e industrializarlos para su beneficio, además, sin “ayuda” de los Estados Unidos desea insertarse en el mercado de litio produciendo tecnología de punta. ¡Semejante atropello a la supremacía estadounidense no se puede permitir!


Además, la amistad chino-boliviana alertó a los mecanismos de seguridad estadounidense. Por lo que decidieron apoyar el Golpe de Estado contra el gobierno nacionalista de Morales, y continúan en ese plan… ¿Permitirán el regreso de un gobierno de izquierda en 90 días? Si el pueblo se une y así lo decide, así se hará.


Otras señales de que EE.UU. está tras nuestro litio son: el saludo de Trump al accionar inconstitucional y violento de los militares bolivianos que derrocaron y casi asesinan a Evo Morales; el llamado de salutación y fortaleza de Trump a Añez el pasado 2 de mayo; el retorno de Usaid, el Banco Mundial y el FMI como mecanismo de presión económica; la subida de las acciones de la empresa de automotores Tesla, ante las buenas perspectivas de que el litio le sea “adjudicado” por el gobierno de facto. El 7 de marzo, en una visita de Bolsonaro a Trump, hablaron de temas económicos y respaldaron los esfuerzos del régimen de Añez por “celebrar elecciones limpias y libres”, de acuerdo a la agencia Reuters.


EE.UU. necesita apropiarse del litio para consolidar su hegemonía regional y mundial. Frente a esto, los bolivianos debemos proteger nuestros recursos con todos los medios posibles.


LITIO Y PETROLEO BOLIVIANOS EN MANOS DE “TRAIDORES”


El principal enemigo de la industrialización de litio en Bolivia fue y es Juan Carlos Zuleta Calderón, designado por Añez como Gerente de Yacimientos de Litio Boliviano (YLB). Este potosino trabajó para empresas chilenas dedicadas a la explotación de este recurso natural y al mismo tiempo formó parte de la Comisión Estratégica del Gobierno de Chile en defensa del litio entre 2014 y 2015.


Juan Carlos Zuleta es admirador de EE.UU. y un sirviente incondicional, escribe artículos para medios norteamericanos como la BBC, CNN, New York Times, entre otros. Zuleta es asesor del Comité Cívico Potosino” (Comcipo) que aún mantiene lazos con Marco Pumari y Comunidad Ciudadana.


Zuleta fue compañero íntimo de Samuel Doria Medina en la Universidad Católica Boliviana, desde 2014 tiene participación activa dentro de la Comisión Nacional del Litio (CNL) de Chile. Y tomando en cuenta que ese país quiso boicotear el proyecto estatal boliviano, Zuleta resulta un agente que trabaja para el gobierno chileno pues el progreso económico de Bolivia es una amenaza a sus intereses. Zuleta fue uno de los protagonistas para derogar el decreto supremo que conformaba una alianza estratégica entre Alemania y Bolivia, con total soberanía boliviana.


LITIO BOLIVIANO PARA LA EMPRESA ESTADOUNIDENSE TESLA


El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que Bolivia posee 9 millones de toneladas de litio, una buena veta para sus fábricas de autos.


Elon Musk, director de la fábrica de autos eléctricos Tesla, empresa ubicada en California, quiere levantar una planta de coches eléctricos en Brasil. Musktiene muy buena amistad con Bolsonaro quien anhela que Tesla fabrique autos en Brasil. Pero el litio de Brasil no es suficiente, necesita del litio boliviano.


Atento a ello, el empresario Samuel Doria Medina escribió en twiter lo siguiente: “Construir una Gigafactory en el Salar de Uyuni para suministrar a las baterías de litio”. Doria Medina es aliado de Añez, por tanto esa idea tiene el beneplácito del gobierno golpista.


EL PETROLEO TAMBIÉN EN MANOS DE UN “GRINGOFÍLICO”


También el petróleo boliviano, que mal o bien seguirá dando por un tiempo dinero fresco al Estado, está en manos del ex gerente general de la transnacional “Schulemberger”.


Richard Botello Hiza, el nuevo presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), tiene 21 años de experiencia adquiridos en el sector petrolero. El ejecutivo asume en reemplazo de Herland Soliz, quien estuvo en el cargo desde el 16 de diciembre de 2019 y afrontó serias denuncias de corrupción e irregularidades por la contratación de seguro y compra de combustibles.


Botello llegó a la presidencia de YPFB, gracias al agente de la CIA en el Palacio Quemado, Erik Foronda, quien es también Secretario Privado de Jeanine Añez. Según varios analistas el arribo de Richard Botello, marcará el inicio de la privatización de YPFB aprovechando el derrumbe de los precios del petróleo.


Botello, ingeniero industrial, ha trabajado en Brasil, EE.UU. y África. La empresa multinacional de petróleo Schlumberger, afronta juicios por provocar derrames de petróleo en Ecuador y Argentina.

Fuentes:
· http://www.erbol.com.bo/nacional/cambian-al-presidente-de-ypfb-asume-richard
· Https://blackagendareport.com/elon-musk-acting-neo-conquistador-south-americas-lithium